El Estado uruguayo, su tamaño y su funcionamiento requieren una reforma: esa parece una idea consensuada dentro de la clase política. Pero, ¿cómo funcionaría? Lo conversamos con el Dr. Ramos, exsubdirector de la OPP e integrante del Partido Independiente
“El Estado uruguayo es una máquina que está funcionando mal”, dice el programa del Partido Nacional. Reformarlo es “impostergable”, dice el de Cabildo Abierto. “La madre de todas las reformas”, la calificó Tabaré Vázquez en su primer gobierno. Un Estado “inteligente, transparente y que rinde cuentas”, pide el programa del Partido Independiente.
Parece haber consenso entre la clase política sobre la necesidad de una reforma del Estado. La pregunta es cuál.
Además, el tema del tamaño del Estado se ha convertido en los últimos días en uno de los principales de la campaña electoral. Ernesto Talvi ha tomado como una de sus banderas la reducción de la plantilla de funcionarios, y habla de no rellenar 9 mil vacantes anuales. El Partido Nacional maneja no completar el 21 % de las vacantes totales del Estado.
¿Es ese el camino? Para combatir el déficit fiscal, ¿basta con reducir el número de empleados públicos?
Conrado Ramos, doctor en Ciencias Políticas, integrante del Partido Independiente, subdirector de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto entre 2007 y 2010, coautor de Los procesos de reforma y modernización administrativa del Estado uruguayo desde la OPP, ha planteado que sería necesario incluso crear una suerte de Eduy21 pero centrado solamente en el tema de la reforma estatal.
Para profundizar en esa idea, esta mañana recibimos aquí En Perspectiva a Conrado Ramos.
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