En entrevista con En Perspectiva la diputada del Partido Colorado Cecilia Eguiluz, quien fue secretaria general de la Intendencia de Salto (IS) durante la gestión de Germán Coutinho, aseguró que la comuna “no está fundida” y que las deudas se deben a inversiones en obras y aumentos de sueldos. Además, dijo que la Junta Departamental estaba al tanto de la situación: “si Lima no sabía, es porque no habló con sus ediles”.
EN PERSPECTIVA
Jueves 18 de junio, hora 8.16.
EMILIANO COTELO:
En Salto hoy se cumplen 10 días de paro total de actividades en la Intendencia. Un hecho inédito en la historia del departamento.
Los empleados solo están cumpliendo con algunos servicios de emergencia, pero la basura se acumula en la vía pública porque no hay recolección, el transporte urbano no funciona porque los ómnibus –que son propiedad de la Intendencia– no salen a la calle, las oficinas no atienden al público y hasta las piscinas municipales de Daymán y Arapey están cerradas.
La huelga es una respuesta de la Asociación de Empleados y Obreros Municipales de Salto (Adeoms) porque la comuna, que actualmente gobierna el Partido Colorado (PC), adeuda a sus trabajadores los sueldos de mayo, los salarios vacacionales de quienes se han tomado licencia en los últimos meses y retenciones a entidades bancarias y cooperativas de crédito y consumo, entre otros rubros.
Mientras tanto, muchos –incluso en filas coloradas– se preguntan cómo se entiende que el gobierno que Germán Coutinho encabezó hasta febrero pasado haya pasado de ser un “ejemplo de gestión” a acumular un déficit que supera la mitad de su presupuesto anual.
Vamos a conversar con la diputada colorada por Salto Cecilia Eguiluz, que fue secretaria general de la Intendencia de Salto. Eguiluz también fue la segunda suplente de Coutinho en la candidatura a la Intendencia en las elecciones del 10 de mayo pasado.
Para comenzar, quiero consultarle por Germán Coutinho, hoy senador. Muchos oyentes deben preguntarse por qué esta entrevista no la estamos haciendo con él, que fue quien encabezó el gobierno en Salto en los últimos cinco años. Hemos hecho esas gestiones, pero la respuesta hasta el momento es que Coutinho prefiere no hablar. En cambio usted sí tomó la iniciativa de salir a los medios, en especial a los medios de Salto. ¿Por qué esa diferencia de criterios?
CECILIA EGUILUZ:
En el caso de Germán hay una decisión que él ha tomado en forma personal, pero también tiene que ver con parte de una negociación. Específicamente quedaron individualizados dos voceros para lo que tiene que ver con el conflicto y con la salida del conflicto, y ellos son el doctor Barreiro, que es el actual intendente, y el doctor Lima, que es el intendente electo. Así se decidió en una reunión en la que Germán participó. Fue un acuerdo, se dio la palabra de que cada uno iba a cumplir su rol. Y Germán tenía que cumplir otro rol que tenía que ver con la Junta Departamental y algunos compromisos que teníamos asumidos en lo político. Así se hizo. Se está a la espera, acompañando y ayudando al proceso para poder finalizar todo en buenos términos. Eso a veces hace que los actores que de algún modo son los protagonistas no puedan intervenir porque eso por ahí puede ayudar, pero también puede desayudar en una salida que tiene muchas aristas y que se hace pasados unos días de una elección departamental que fue muy reñida en Salto.
EC – Es una decisión polémica esa del silencio de Coutinho. Hay quienes interpretan que no está asumiendo su responsabilidad.
Ce – No, no, el silencio se produce después de esa reunión del jueves en OPP (Oficina de Planeamiento y Presupuesto). Antes había estado en los medios, hizo varias notas acá en Montevideo asumiendo la responsabilidad.
EC – Pero no entró en las explicaciones a fondo en cada uno de los temas que están planteados.
Ce – Sí, hizo un mea culpa y asumió las responsabilidades como correspondía. Para encontrar todas las explicaciones todavía hacen falta buenos análisis internos que me parece que son de recibo. Y sé que en estos días se estaba reuniendo con el director de Hacienda también.
EC – A cuenta de esa entrevista con el propio Germán Coutinho, empiezo a plantearle a usted varias de estas dudas que están arriba de la mesa.
Ce – Estoy a la orden. No es lo mismo, no soy Germán Coutinho, pero en definitiva tengo también una responsabilidad política, sobre todo con quienes nos votaron.
EC – Usted era la mano derecha de Coutinho en la Intendencia, prácticamente.
Ce – Yo fui la secretaria general de la Intendencia y sí soy parte del equipo y sí salgo fuertemente a defender su gestión.
EC – Según las rendiciones de cuentas de la Intendencia, en 2010, el año en que se instaló la actual administración colorada después de la gestión frenteamplista de Ramón Fonticiella del Frente Amplio (FA), el déficit era de unos 95 millones de pesos, menos del 10% de la recaudación. A fines de 2013, último dato conocido oficialmente, el déficit había crecido a más de 580 millones de pesos, casi el 45% de la recaudación de la Intendencia. A comienzos de este mes, el contador Carlos Broglio, de la Dirección de Hacienda de la Intendencia, reconoció en la Junta Departamental que actualmente el déficit supera los 700 millones de pesos. Entonces, ¿qué pasó en esos años? ¿Por qué el déficit creció de esa manera?
Ce – Por dos razones. Una de ellas es que no tuvimos capacidad de endeudamiento a futuro, lo que hizo que tuviéramos que cumplir con una cantidad de exigencias de la comunidad y también de los funcionarios –porque esto tiene que ver mucho con el rubro 0– que necesitaban demasiada inversión. En el departamento, así como el déficit creció, si usted mira la rendición de cuentas de 2013 sobre todo, también la inversión creció en forma importante. En el total en el quinquenio vamos a andar en un monto muy cercano a los 100 millones de dólares de inversión, lo cual también es inédito en el departamento. Son números positivos, reales, de cosas palpables y de las obras que se fueron realizando.
Y cuando usted dice que no se llegaba a 100 millones en la rendición del 2010, no es así. Ahí hubo un tema muy puntual, un arrastre que se había marcado de forma diferencial en la rendición, después de que el Tribunal de Cuentas hiciera una intervención fuerte el déficit terminó siendo de alrededor de 140 millones. Porque en el cierre del 2009, y antes de la elección del 2010, no se pusieron como déficit algunos endeudamientos que sí eran déficit y se pasaron algunas recaudaciones que habían sido en enero al cierre de diciembre. Luego eso fue observado y después de un año de trabajo con el Tribunal se logró arreglar.
Para ser precisos, como sé que es usted, me parece bueno hacer las aclaraciones.
EC – Pero suponiendo que el déficit haya sido de 140 millones en el año 2010, si se llega ahora a 700 millones quiere decir que fue creciendo a razón de 150 millones por año en un cálculo hecho de manera muy gruesa.
Ce – De pesos por año. Es más o menos la mitad del presupuesto anual. El presupuesto anual de la Intendencia es de unos 44 millones de dólares, y el endeudamiento total equivale a unos 22 millones, o sea alrededor del 50% del presupuesto anual. Pero en definitiva, ¿qué es el déficit? Que hay más gastos que ingresos. Eso les pasa a la mayoría de las intendencias, por no decir a todas; creo que, con excepción de una, todas las intendencias están en las mismas condiciones. Y esto se aplaca como lo hace el gobierno nacional, teniendo la posibilidad de endeudarse más allá del período.
Porque la Intendencia tiene que seguir funcionando, los servicios se tienen que brindar, y los recursos que recibe –casi todas las intendencias están iguales– no dan para hacer todas las inversiones que tiene que hacer, para el gasto social que tiene. Las intendencias en los departamentos son el eje de inversión, es a través de ellas que se hacen la mayoría de las inversiones. Por lo tanto es importante pasar el período, y nosotros no tuvimos esa posibilidad. Tuvimos que trabajar al contado, por decirlo de alguna manera; yo no soy profesional y me gusta hablar en términos que todo el mundo pueda entender.
EC – De todos modos la pregunta es por qué el déficit creció tanto, por qué pasó del orden del 10% de la recaudación al 45% de la recaudación.
Ce – Por lo que le digo. Tiene dos respuestas muy claras y puede tener más financieramente hablando. Le digo la evaluación que nosotros tenemos.
EC – Usted ha dicho “nosotros gestionamos mal”. Es una frase textual de un tuit suyo del 11 de junio.
Ce – Sí, me refiero a la gestión financiera, porque entiendo que hubo errores. Pero, como le decía, tiene que ver con dos cosas. Primero, con que se invirtió más de lo presupuestado en obras, y segundo, con el rubro 0, que son los sueldos.
EC – [Empecemos a analizar gastos e inversiones.] Vamos por partes. ¿Cuáles son las obras que la Intendencia ha hecho con fondos propios? ¿Esas obras fueron presupuestadas correctamente? ¿La Intendencia tenía la certeza de que iba a contar con los recursos para financiarlas, para llevarlas adelante?
Ce – Sí, las que se realizaron con recursos propios sí, se presupuestaron y se hicieron. Y además se hicieron obras que tienen que ver con proyectos que se fueron aprobando, que fueron con recursos propios en el caso de algunos fideicomisos. Porque en definitiva son recursos propios, hicimos fideicomisos por 800 millones de pesos y se terminan ahora todos el 30 de junio, por lo tanto el cumplimiento ha sido 100%. Eso es parte del cuello de botella al cierre del período. En definitiva sí, las obras que se presupuestaron con dinero de recaudación propia se hicieron, las obras que se presupuestaron con dineros extrapresupuestales –que son las partidas que manda el gobierno nacional, que en definitiva también son de la Intendencia de Salto pero se regulan por un mecanismo nacional– también se cumplieron. Y se hicieron más obras que no estaban planificadas.
EC – ¿Qué tipo de obras?
Ce – En lo que tiene que ver con las piscinas barriales que se construyeron en este período, que son tres, una en el barrio Artigas, otra en Saladero y otra en Palomar, […], hubo una cuarta piscina que no financió Salto, sino una fundación privada, pero todo lo que fue el andamiaje del proyecto, los gastos operativos corrió por cuenta de la Intendencia. Es la primera piscina que tenemos en el interior del interior, porque ustedes nos dicen el interior a Salto, pero también tiene que ver con una localidad que está alejada de la capital.
Los accesos a la ciudad se hicieron absolutamente todos. Lo que tiene que ver con las avenidas, la Manuel Oribe tuvo una financiación importante del Fondo de Desarrollo del Interior (FDI), pero también tuvo financiación propia de la Intendencia de Salto. El FDI es de OPP, por tanto son también recursos de las intendencias que administran OPP y la Sectorial, pero que se vuelcan de vuelta a las intendencias en forma de proyectos que OPP nos aprueba y que certifica.
Después tenemos 5.000 kilómetros de caminería rural. Había lugares donde hacía más de 12 años que no pasaba una máquina. En el quinquenio en total hicimos los 5.000 kilómetros, tenemos una certificación 100% del Ministerio de Transporte y Obras Públicas de los años 2010, 2011, 2012 y 2013. Y tenemos dos planes, el 370 y el 371, uno también con certificación total y en el otro no llegamos al 100% en el 2014, pero tenemos un buen cumplimiento. Todo eso se hace con esos recursos.
También realizamos lo que tiene que ver con obras sociales. Compramos nueve ómnibus para nuestro sistema, que también fue discutido. Invertimos 35 millones de pesos con financiación propia de la Intendencia, que estaba presupuestado también, en la compra de nueve unidades para la Intendencia. No pudimos ni siquiera conseguir los votos para un fideicomiso a 10 años que habíamos pedido y diagramado, el FA no votó.
Entre otras obras está también la iluminación, que ha sido casi total.
Construimos el pozo nuevo de las termas del Arapey. Con financiamiento privado por deudas de cánones que tenía una empresa se terminó todo el saneamiento de las termas del Arapey, que no existía. A través de proyectos, con financiación nuestra y del ministerio, cambiamos y renovamos absolutamente las termas del Arapey, los vestuarios, las piscinas, sobre todo la piscina deportiva, pusimos en condiciones el parque de las termas, que es muy lindo.
Hicimos una ciclovía de acceso a Salto, mediante un convenio el ministerio iluminó el acceso y nosotros construimos la ciclovía.
Hicimos muchas intervenciones en los servicios públicos, todo con dinero propio. Por ejemplo la recuperación de espacios del puerto. Ustedes saben lo que es poder recuperar espacios históricos para que tengan que ver con lo turístico. En Salto lo hicimos recuperando espacios que son de AFE en algunos casos, y en otros se hicieron convenios con la gente de Prefectura para recuperar el muelle Negro.
Se hicieron también una serie de infraestructuras que tienen que ver con los barrios. Hicimos intervenciones fuertemente en tres barrios, en Los Olvidados, en Víctor Lima y en Calafí, que se está haciendo ahora. Son barrios que fueron creciendo muy de golpe, que no tenían saneamiento en algunos casos, que tenían calles de tierra y sin cordón cuneta. En esos barrios se hicieron intervenciones 100%, totales, iluminación, cordón cuneta.
Colocamos en toda la ciudad 120 garitas. Era todo un desafío, todo sabemos lo que es para la gente que circula en ómnibus. En Salto se venden unos 700.000 boletos por mes, por lo tanto el ómnibus es realmente muy usado.
Si quiere le sigo describiendo, pero realmente fueron muchas las obras.
***
EC – [Sigamos con el análisis de los gastos.] Hablemos del rubro 0, los sueldos. Tanto Adeoms como la oposición sostienen que el déficit de la Intendencia se debe a varias decisiones y políticas que adoptó esta administración, una de ellas, la principal crítica, está centrada en los sueldos. Casi el 85% del presupuesto de la Intendencia corresponde al rubro 0. ¿Por qué es tan alta esa proporción?
Ce – No sé de dónde sale ese porcentaje.
EC – ¿Cuáles son sus números?
Ce – A mí me habían pasado 75%, dista bastante. De todas maneras es abultado. Pero le quiero decir varias cosas. Primero, es bastante ingrato que Adeoms se queje del rubro 0, porque en definitiva ese rubro ha crecido por responsabilidad de nuestro gobierno y de nuestra administración, pero también por exigencias de los trabajadores, que nosotros entendemos y comprendemos y además creímos justas, por eso hicimos los convenios colectivos que hicimos.
EC – Hubo aumentos salariales muy importantes en la Intendencia de Salto, sobre todo para los funcionarios que cobraban menos. En algunos casos terminó habiendo aumentos del 100%. Más allá de la justicia o no de esas medidas, ¿la Intendencia estaba en condiciones de otorgar esos aumentos?
Ce – De acuerdo a los análisis que se fueron haciendo cada vez que se celebró un convenio colectivo, cuando se pasaba raya y se decía “este convenio colectivo en plata sale tanto”, iba haciendo sus análisis, y sí estaba en condiciones de pagarlos. Capaz que el error nuestro fue invertir mucho y además pagar buenos sueldos. Si una de las dos cosas se hubiese frenado en su momento, quizás el resultado no hubiera sido este y no hubiéramos problema de caja.
EC – Algún oyente se pregunta si la señora Eguiluz administra su casa como se administró la Intendencia, si ese manejo del dinero es el que haría una buena ama de casa.
Ce – Yo no soy directora de Hacienda, y no sé si administrar una casa es exactamente igual que administrar un gobierno. Por lo tanto no me parece que pueda contestarle de otra manera al oyente.
Los reclamos salariales eran muchos, había gente que cobraba bastante por debajo de las tareas que hacía, y nos encontramos con gente que tenía contratos que no existían en el rubro salarial, los famosos “contratos chatarra”, como se los denominó en Salto. La intendencia del FA, previa a la nuestra, había ingresado 908 personas. Nosotros tenemos un aumento de 135 funcionarios.
EC – De nuevo estamos con números controvertidos. ¿Cuál es la cifra actual de funcionarios?
Ce – Son 1.870 funcionarios.
EC – El número que ha circulado con más insistencia estos días está por encima de los 2.000.
Ce – Ese es un número mentiroso y malintencionado, porque nunca pasamos de los 2.000. Cada vez que algunos dirigentes de Adeoms, el intendente electo y dirigentes del FA lo dicen, lo desmentimos. El intendente ha tomado la decisión en estos días de colgar en la página web la información exacta, con los nombres y el listado de los funcionarios, porque nos parece correcto que la gente tenga la información correcta. No hubo nunca 2.000 ni 2.500, como se llegó a decir. Son 1.870.
EC – De todos modos, ustedes habían criticado a la administración Fonticiella porque había incrementado la plantilla. ¿En cuánto?
Ce – Con Fonticiella entraron 908 personas, y nosotros aumentamos en 135.
EC – Pero si hacer entrar 900 era un exceso, ¿por qué ustedes a su vez agregan 130, 150?
Ce – Nosotros los agregamos porque se necesitaban, ellos aducen que la Intendencia necesitaba. Le digo cuál es la diferencia. Cuando el intendente Malaquina le entregó el gobierno a Fonticiella había 1.250 funcionarios, y Fonticiella se va con 1.735. El aumento real es la diferencia que queda, no la cantidad de gente que ingresó, porque obviamente en el quinquenio se va jubilando alguna gente y se tiene que ir balanceando.
EC – Entonces Fonticiella había hecho ingresar 700, 600 y pico en el neto.
Ce – Hizo ingresar 908, pero en el neto quedaron alrededor de 700. Y nosotros 135, es bastante inferior el número.
EC – Pero es bastante incomprensible.
Ce – ¿Por qué incomprensible?
EC – Porque se suponía que la plantilla ya estaba inflada.
Ce – No, no, no, la crítica nuestra fue a los sistemas de ingreso, cómo ingresaron, no fueron tanto los ingresos lo que criticamos. Si quiere hacemos la retrospectiva –yo era edil en ese momento–: lo que criticamos fuertemente no fue eso, sino una adecuación que se hizo después de que se perdió la elección departamental. Una adecuación a 573 funcionarios de la Intendencia que desde nosotros pedimos en la transición que no se hiciera y se hizo de todas maneras. Luego fue objeto de determinados replanteos y se hizo nuevamente toda la adecuación de acuerdo con el gremio. Pero no tenía que ver con los ingresos de funcionarios, tenía que ver con una adecuación hecha después de la elección.
EC – Está bien, pero ustedes criticaban el aumento de la plantilla.
Ce – No, no el aumento, en ese caso no era el aumento de la plantilla.
EC – ¿Para ustedes estaba bien la cantidad de funcionarios que entregaba?
Ce – Lo discutimos, no es lo mismo aumentar 700 que aumentar 135. Son 135 en cinco años en una intendencia que verdaderamente ha crecido, tenemos casi 10.000 habitantes más, y además tenemos la responsabilidad de tener seis municipios en un departamento absolutamente descentralizado desde el punto de vista territorial, porque tenemos 14.000 kilómetros cuadrados. La primera exigencia de cada uno de los alcaldes y municipios nuevos –todos tuvimos que adaptarnos al nuevo sistema– era que necesitaban funcionarios. Por primera vez en Salto las localidades del interior tienen inspectores de tránsito, que no tenían, localidades que tienen un volumen importante de vehículos. Entonces hay un montón de cosas que hacen que la plantilla tenga que aumentarse.
Pero en cinco años se aumentó el rubro 0 en cantidades importantes y solamente hay 135 personas más en la Intendencia. Por lo tanto está claro que lo que hubo fue un aumento real en el bolsillo de los trabajadores de la Intendencia y no un aumento real en la plantilla de la Intendencia. Son dos opciones de gestión diferentes.
EC – También hay críticas a las compensaciones, altas compensaciones que cobraron varios cargos de confianza del intendente Coutinho, y que no cesaron ni siquiera cuando comenzaron a producirse los problemas para pagar en fecha a los funcionarios, a mediados del año pasado. ¿Cómo es esto de las compensaciones?
Ce – Las compensaciones no llegan ni al 2% de todo el rubro 0. Ha habido una exageración desde mi punto de vista, con mala intención, en lo que tiene que ver con las compensaciones a los funcionarios. Primero, porque tenemos muchos cargos de confianza que son funcionarios de la Intendencia y tienen que tener compensaciones para acceder a los cargos que están ejerciendo. Y segundo, porque en realidad esas compensaciones no llegan al 2% del rubro 0.
EC – Pero ¿por qué tienen que tener esas compensaciones?
Ce – Para tener un sueldo adecuado. Hay muchos funcionarios en la Intendencia de Salto que ganan más que los directores. Hay meses en que los recolectores de basura terminan ganando más que los directores, porque, aparte de que tienen buenos sueldos, incluimos en el convenio colectivo el pago de las horas extras como se debe hacer. Por primera vez en la historia la Intendencia de Salto paga la hora extra como hora doble, como se paga en todos lados, y no como hora simple, como se pagaba antes. Por lo tanto el tema de las compensaciones es un tema netamente político que nosotros vamos a defender, pero no por un criterio económico, sino porque en definitiva no tiene nada que ver con el aumento del rubro 0. No llega a ser el 2% del rubro 0.
EC – Pero usted dice que las compensaciones se necesitaban para poder tener en los cargos de dirección a determinados profesionales.
Ce – En algunos casos fue así y en otros casos es porque son funcionarios de carrera que reciben determinada compensación porque están cumpliendo otra función. No se los va a aumentar de grado, no se los va a pasar del grado 10 al grado 14 por estar cumpliendo una función. La están cumpliendo en nuestro gobierno, por lo tanto lo que tienen que recibir es la compensación por el grado. Eso ha sido una manera de enchastrar políticamente, aparte a gente que a veces está en cargos de confianza pero ni siquiera son de nuestra colectividad política.
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EC – Otro de los capítulos polémicos es el boleto, una de las políticas aplicadas en esta gestión que incluso llamó mucho la atención a nivel nacional. En Salto los ómnibus son de la Intendencia. No como en Montevideo, por ejemplo, donde el servicio lo brindan empresas privadas que usufructúan concesiones otorgadas por la comuna. ¿Por qué Coutinho decidió bajar el precio del boleto, que estaba en 12 pesos, a 6 pesos?
CE – Por varias razones. La primera es que la empresa de ómnibus en Salto es una razón social y fue creada como una obra social para la gente que no tenía cómo trasladarse en Salto, que no es una ciudad tan grande, son unos 110.000 habitantes, pero es bastante extendida en cuadras. La creación de la empresa obedece a factores sociales y también la rebaja del boleto obedeció a esos criterios. Se hizo un análisis previo y fue una propuesta de campaña en la elección de 2010. En ese momento se vendían 250.000 boletos por mes, actualmente se venden alrededor de 700.000, por lo tanto la diferencia se compensa también por la cantidad de nuevos usuarios.
EC – ¿Ustedes habían hecho un estudio sobre si ese precio era económicamente viable para sostener el servicio?
Ce – Se hizo un estudio antes de la elección, incluso se hizo pensando que se iba a duplicar la cantidad de gente.
EC – ¿Y pasó eso?
Ce – Más que se duplicó, se vendían 250.000 boletos y pasaron a venderse 700.000.
EC – ¿Entonces?
Ce – Cuando uno tiene más usuarios tiene que mejorar la calidad del servicio. Entonces se produce nuevamente todo un tema que había que equilibrar.
EC – ¿Y eso no estuvo previsto en la decisión inicial?
Ce – Sí, sí, estuvo previsto, en el presupuesto se incluyó la compra de ómnibus y se tuvo en cuenta también el cambio –un cambio prácticamente de ingeniería– de las líneas. Se transformaron las líneas, se terminó con 14 líneas en la zona urbana, más un ómnibus a la costanera –lo que llamamos la costanera, que sería como la rambla–, que en definitiva hace que mucha gente que se queda en Salto porque no puede ir a veranear tenga toda la parte de esparcimiento que está en la costanera donde se hacen las actividades de verano. Ahí lo que pasa es que el boleto pierde aproximadamente 3 millones de pesos por mes.
EC – ¿Y de dónde sale ese dinero?
Ce – Se subsidia. Entran 1,5, 1,6 millones de pesos por mes por el subsidio al combustible –un fideicomiso bastante viejo que viene de la Comisión Nacional para el Desarrollo–, y el resto se subsidia con dinero de las propias arcas de la Intendencia.
EC – Fue una política muy audaz, muy riesgosa. Por ejemplo, ¿por qué ni siquiera se ajustaba por IPC? Porque en estos cinco años subieron los precios de todos los productos y servicios y sin embargo el boleto siguió a 6 pesos.
Ce – Porque así como muchas veces el gobierno nacional entiende que debe subsidiar algunos temas sociales, en Salto se entendió política y conceptualmente que la empresa de ómnibus no tenía que dar ganancia. No sé si usted conoce los nuevos informes de Naciones Unidas en lo que tiene que ver con lo que los medios de transporte dejan indirectamente en los bolsillos ciudadanos para hacer una reactivación económica. Naciones Unidas miró el proyecto de Salto, de hecho lo está estudiando. Más allá de que está previsto hacer una suba en el precio del boleto –que ojalá no sea muy significativa, si es que ya está definido hacerla–, creo que igual Naciones Unidas va a seguir mirando el modelo de Salto, porque tiene justamente esa connotación.
EC – Está bien, pero todos los gobiernos tienen ideas y proyectos con sentido, muchas veces necesarios, hasta imprescindibles, pero tienen que elegir, y tienen que llegar a la conclusión de que algunos podrán llevarse a la práctica y otros no en función de lo que las cuentas de ese gobierno permitan. Da la impresión, por la exposición que usted hace, de que la Intendencia en la gestión Coutinho tomó una serie de decisiones que en su conjunto sobrepasaban enormemente sus posibilidades de manejo de finanzas.
Ce – No, en este caso el boleto fue un tema medular para nosotros, no solamente porque había sido estudiado y analizado, sino porque surge de la necesidad de la gente. Eso fue muy importante y se sigue teniendo en cuenta.
Además estamos hablando no solamente de lo que tiene que ver con la inversión –con la inversión en sueldos, con la inversión en obras, con el boleto social, que es parte del déficit, en definitiva, porque no es de un déficit externo que estamos hablando–, y no estamos hablando de la cantidad de millones de pesos de reducción de gastos. De gastos en demasía que se hacían en la Intendencia, gastos en viajes, gastos en viáticos que en otras administraciones venían haciendo los directores. Esta Intendencia no tiene viajes al exterior ni a Europa como se estiló hacer durante mucho tiempo. Esas cosas sí para nosotros son gastos. Hicimos una campaña con relación a la inversión contraria al gasto, por lo tanto hay una rebaja muy fuerte en lo que tiene que ver con gasto. Separábamos gasto e inversión. Lo que es inversión social está en el boleto, lo que es inversión en obras está en obras –es imposible negarlo por más que haya un discurso político en ese sentido–, lo que es inversión en el funcionario está en el bolsillo del funcionario, y lo que es gasto se recorta.
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EC – Usted decía que las inversiones entre otras cosas habían sido en sueldos, en mejorar el sueldo de los funcionarios y que esas inversiones estaban en el bolsillo de una enorme cantidad de gente, de esos empleados de la Intendencia.
Ahora, de la audiencia llega este mensaje de Alfredo, que pregunta: “¿En qué bolsillo quedaron las retenciones?”.
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EC – El Intendente electo, Andrés Lima, y el FA de Salto anunciaron que luego de que se lleve a cabo una auditoria en la Intendencia presentarán denuncias penales contra el exintendente Coutinho y probablemente también contra usted por algunas de las decisiones, entre ellas el problema de las retenciones. Por haber retenido partidas de los salarios de los trabajadores que corresponden a distintos rubros y que no fueron volcadas donde correspondía. Hablan del delito de “apropiación indebida”. ¿Qué contesta usted?
Ce – Primero que nada no me parece bueno que se diga que se va a hacer una auditoria para después hacernos una denuncia penal y ya tipificar los delitos. Si quieren hacerlo que lo hagan ya, si tienen las pruebas de lo que dicen que lo hagan inmediatamente. Si no, uno está como en un manto de dudas de cosas que no hizo. Y de ninguna manera vamos a aceptar que se dude de nuestra honestidad, y que además se lo ande panfleteando y diciendo. El que tenga alguna prueba que vaya a los juzgados y que nos citen, vamos a estar siempre a la orden. Del mismo modo que muchas veces fuimos llamados (a la Junta Departamental) y fuimos todas las veces que fue necesario, en persona, sin delegar absolutamente nunca en nadie. Por lo tanto me parece que hay que cortar con los rumores. Los rumores no benefician a nadie, y en definitiva todo en la vida da vuelta y si empezamos con los rumores no todos vamos a terminar muy bien.
EC – ¿Qué pasó con esas retenciones?
Ce – En lo que tiene que ver específicamente con las retenciones del Banco República (BROU), se llegó a adeudar dos meses a una cuenta que tiene la Intendencia con el BROU, por lo tanto la deuda no figuraba a nombre de los trabajadores. A los trabajadores se les pagaba el sueldo e inmediatamente se les hacía el descuento del BROU, por lo tanto nunca cayeron en morosidad ni nada, quien quedaba debiendo el dinero era la Intendencia de Salto.
Frente a eso se plantearon varias alternativas y se hizo una negociación que llevó cerca de un mes en su momento para intentar cumplir con ese atraso que tenía la Intendencia con el BROU. Y se hizo un convenio. Como había un atraso del gobierno central en el pago del subsidio del alumbrado público a la Intendencia, se le cedió ese atraso al BROU, entonces cada vez que se pagaba el alumbrado público se pagaba al BROU, y se fue extinguiendo la deuda que tiene que ver con las retenciones.
EC – Pero no era el único problema en materia de retenciones.
Ce – En materia de retenciones fue el mayor problema. Hasta ese momento no había problemas con otras retenciones. Luego hubo problemas con el Banco Hipotecario, se llegó a tener un atraso de dos meses. Ya se pagó en estos días, según los informes del contado.
EC – También hay retenciones impagas al Banco de Seguros del Estado (BSE), a la financiera ANDA, a la cooperativa de consumo Cosalco…
Ce – Al BSE no tengo ni idea. Con ANDA y Cosalco se refinanciaron las deudas y se estaba pagando, eso fue conveniado. Pero se habla como si esto fuera un hecho inédito, y no es así. Cuando ingresamos a la Intendencia seguimos pagando cuotas de atrasos a Caja Nacional, como se le llama al crédito social del BROU, que venían de la época de la crisis del 2002. Ahí se hizo un convenio, como se hizo ahora. En realidad más que un convenio fue una cesión de crédito, por lo tanto nosotros no veíamos el dinero, iba directamente al BROU. Pero en su momento hubo un convenio –que siguió pagando el gobierno de Fonticiella y seguimos pagando nosotros– que venía de la época de la crisis, que en definitiva eran cuotas conveniadas y por el mismo rubro, o sea que en ese momento no pagaron las retenciones. Es algo que no debería pasar, está mal que pase, no se tendría que haber demorado ni un mes ni haber tenido atraso, pasó, está mal. Pero de ninguna manera es porque alguien se llevó el dinero, como manifestó en algunos medios el intendente Lima, “desapareció el dinero”. No, no desapareció. El dinero no estaba, no se pagó, se hizo un convenio y se empezó a pagar con el dinero que también se nos debía.
EC – Pero la lista sigue: deudas con proveedores, deuda con Ancap, hoy el diario El Observador habla de otra que aparece, una deuda con el BSE que hace que los ómnibus del transporte colectivo de Salto no tengan el seguro vigente.
Ce – No. Le voy a decir una cosa: todas las deudas componen el déficit, si las vamos a empezar a sacar de a una, y bueno, sí, vamos a estar todo un año. Yo puedo empezar a sacar para atrás las deudas que dejó el gobierno del FA y así nos vamos a seguir metiendo en una especie de rueda de nunca salir. Si esas son las reglas de juego, y son las mismas que para Salto, en Montevideo… recorrer los medios y decir “no tengo plata, mire, me dejaron tal deuda con Ancap”, “yo no sabía”. Si no sabía es porque no habla con sus ediles. Nosotros fuimos a la Junta Departamental, las rendiciones de cuentas están en la Junta Departamental, porque se cumplen en tiempo y forma, y cada una de las deudas figura en la rendición de cuentas.
EC – ¿Cuál es el resumen de su explicación como autoridad de la Intendencia de Salto en estos cinco años?
Ce – Lo que decíamos al principio. Este caos que quisieron plantear en realidad no es tal, se podría haber solucionado en tiempo con una actitud responsable, de sentarse dos equipos de trabajo o dos personas o como se quisiera, con voluntad política, para resolverlo.
EC – ¿Y qué les dice usted por ejemplo a los propios dirigentes colorados que durante años mostraron a la Intendencia de Salto dirigida por Germán Coutinho como un ejemplo de gestión?
Ce – Y es un ejemplo de gestión. Y tuvo errores y nos hacemos responsables de los errores, y nos equivocamos. Seguramente estos temas que terminan siendo el eje –los gastos de inversión en obras y los gastos de inversión en funcionarios– no tendrían que haber sido de la magnitud que fueron, eso nos habría evitado tener problemas de caja. Pero lo que sí es seguro es que la Intendencia de Salto no está fundida, porque si estuviera fundida, como algunos actores políticos dicen, nadie le daría 1.000 millones de pesos de crédito como le están dando ahora.
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Transcripción: María Lila Ltaif
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Documentos:
¿Qué pasó en Salto?
El lunes 22 de junio, algunos días después de esta entrevista, el senador Pedro Bordaberry publicó en las redes sociales un artículo en el que dio su parecer sobre la situación económica en la Intendencia de Salto bajo la gestión de Germán Coutinho.