En las últimas semanas, el fútbol ha ocupado un lugar central en nuestra agenda. Fuimos testigos de la conmoción en Argentina tras la renuncia de Lionel Messi a la selección, la épica victoria de Islandia contra Inglaterra en la Eurocopa, y las batallas campales entre hooligans en las ciudades de Francia.
¿Qué lugar ocupa este juego en nuestra sociedad? ¿Cuánto tienen que ver la patria y el fútbol? ¿Y cuánto influye esa relación en el fenómeno de la violencia que rodea este deporte?
De estos y otros asuntos conversamos con el sociólogo argentino Pablo Alabarces quien se ha especializado en estudiar la influencia del fútbol en la construcción de identidades colectivas y cómo influye esa relación en los episodios de violencia que muchas veces rodean este deporte. Alabarces fue invitado esta semana por la Secretaría de Deportes (que depende de la Presidencia de la República) y el Instituto Superior de Educación Física (de la Universidad de la República) para disertar sobre políticas publicas y violencia en el deporte.
Según Alabarces, en Latinoamérica hay voluntad para abordar la violencia en el deporte pero se erra el camino porque se parte desde la "ignorancia". Para el experto, hay que descartar la explicación que dan los medios y los políticos de que la violencia en el deporte es una "conducta excepcional" a cargo de "sujetos excepcionales".
Según Alabarces, la violencia en el fútbol no se puede comparar con la inseguridad ciudadana, o la violencia en el tránsito, porque tiene características particulares: es mucho más visible mediáticamente, hay un contrato afectivo (la pasión) entre el sujeto y el equipo que defiende; hay una "lógica moral muy masculina a través de la cual es obligatorio y aceptado pelearse por la camiseta porque está en juego la honra"; y además es una actividad que es "fuente de placer" para una gran cantidad de individuos.
Enlace externo
Conferencia Políticas públicas y violencia en el deporte: desafíos en el escenario contemporáneo, sitio web de la Udelar
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