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Estufas a leña: ¿Cómo utilizarlas de forma más eficiente y menos dañina para la salud y el medio ambiente?

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Foto: PxHere

El frío ya está instalado, y eso significa que se empiezan a encender las calefacciones. Aires acondicionados para algunos, estufas a gas, eléctricas, a pellet… y, por supuesto, estufas a leña.

La estufa a leña tiene algo magnético que las demás no. El sonido del crepitar, la luz anaranjada, el ritual de acomodar la madera, el armado del fuego lo hace más acogedor, más entrañable. 

Más de la mitad de los hogares uruguayos, un 56%, tiene al menos una parrilla o un horno a leña, y casi la misma cantidad, 54%, tienen estufas a leña, quematuti o calderas de leña. Se consume alrededor de un millón de toneladas anuales de este material. Es decir que está arraigado en la cultura uruguaya.

Pero puede ser un material ineficiente desde el punto de vista energético, por lo tanto poco económico, y también puede provocar efectos nocivos para la salud.

Hoy les propusimos, entonces, hacer una suerte de manual de buenas prácticas para el uso de la leña.

Para eso, nos acompañaron Pablo Franco, ingeniero químico en la Unidad de Calidad de Aire del Servicio de Evaluación de la Calidad y Control Ambiental de la Intendencia de Montevideo, y Magdalena Hill, encargada del departamento de Calidad del Aire de la Dinacea, la Dirección Nacional de Calidad y Evaluación Ambiental del Ministerio de Ambiente, lo que antes conocíamos como la Dinama.

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Enlace relacionado: Manual para el uso responsable de la leña

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