Foto: ANWAR AMRO / AFP
Doce personas han muerto y 2.800 o 3.000, entre ellas un número indeterminado de miembros de Hizbolá, resultaron heridas al explotar de forma simultánea este martes los localizadores pagers, o beepers, que usaban para comunicarse. Aparentemente fue una operación sin precedentes precedentes del Mosad, los famosos servicios secretos israelíes en el exterior.
Tras una primera reacción sin señalar a Israel, la milicia Hezbolá lo ha acabado responsabilizando “plenamente” y ha prometido un “justo castigo en formas que espera y que no espera”. Como señala El País, de España, el ataque coordinado lleva a un punto aún más peligroso la guerra de desgaste que mantienen desde hace casi un año y que ya se venía recrudeciendo en las últimas semanas. Es también una de las mayores brechas de seguridad de Hezbolá desde su nacimiento en los años ochenta, precisamente durante la ocupación del sur de Líbano, a la que Israel puso fin en el 2000.
Desde primera hora de la tarde, las redes sociales y los grupos de mensajería han comenzado a llenarse de imágenes captando la explosión, o de personas ensangrentadas por los suelos en distintos puntos de Líbano, entre ellos en feudos de Hezbolá como Dahiye, a las afueras de Beirut, o el sur del país. Las detonaciones comenzaron cerca de las 16.00 hora local y duraron en torno a una hora. Se desconoce cómo se produjeron.
Algunos hospitales se han colapsado por el traslado de tantos heridos en tan poco tiempo. Uno de ellos, aunque de levedad, es el embajador de Irán en el país, Mojtaba Amani, según la agencia Mehr. También integrantes de Hezbolá en Siria (14, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos). Su líder, Hassan Nasralá, no ha resultado afectado, según el grupo.
La milicia chií solo ha acusado a Israel horas después del ataque, tras una “investigación en profundidad, tanto sobre el plano de seguridad como técnico” por parte de sus “servicios especializados”. En pleno recrudecimiento del conflicto que mantienen y que no deja de subir de temperatura, todo apunta a una operación del Mosad, que suele apostar por acciones —asesinatos, secuestros, sabotajes, envenenamientos…— no solo efectivas, sino también efectistas, cuyo objetivo es el daño, pero también la desmoralización, exhibiendo los medios técnicos y la capacidad de penetrar las defensas y comunicaciones del enemigo.
El portavoz del Departamento de Estado de EE UU, Matthew Miller, ha afirmado que su país ignora quién ha causado las explosiones. “Estamos recopilando información sobre el incidente. Estados Unidos no ha estado involucrado ni ha sido advertido previamente”, ha asegurado Miller en un comunicado. “No tengo ninguna valoración que ofrecer en un sentido u otro” respecto a quién ha sido el responsable, ha añadido.
Conversamos En Perspectiva con Ricardo Barboza, capitán de navío retirado, licenciado en Relaciones Internacionales.