La pobreza creció de golpe para varios a partir de la crisis del coronavirus. Miles de trabajadores fueron a seguro de paro y muchos informales directamente perdieron ingresos de raíz.
El hambre se acentuó y muchas personas y familias dejaron de tener un plato de comida en la mesa.
A lo largo y a lo ancho del país se abrieron ollas populares por parte de vecinos, entrega de viandas a adultos mayores, y merienda a niños de familias más vulnerables.
En este contexto, donde aumentaron las personas que van a buscar un plato de comida, pero las donaciones se mantuvieron estables, empezaron a faltar ingredientes para hacer los platos de olla.
Ante la escasez de recursos y el aumento de personas pidiendo un plato caliente, las ollas populares de Montevideo se agruparon y generaron la Coordinadora de Ollas Populares.
Para entender qué está pasando en las calles hoy, conversamos esta mañana con Esteban Corrales, integrante de la olla popular de Palermo y vocero de la Coordinadora de Ollas Populares y con Andrea Rodríguez, Coordinadora de la olla popular del barrio Asociación Civil Esperanza, en Carrasco Norte.
Foto: Santiago Mazzarovich / adhocFOTOS
