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El gobierno flexibilizó las exigencias para el etiquetado frontal de alimentos, algo que beneficia "en particular a los lácteos"

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El gobierno flexibilizó, a través de un nuevo decreto que regirá desde el 1º de febrero, las exigencias para el etiquetado frontal de alimentos.

La medida aumenta los valores que definen cuándo un contenido es excesivo en sodio, azúcares, grasas y grasas saturadas. 

Con la nueva norma se hicieron más laxos los requerimientos para comenzar a aplicar el etiquetado.

La diputada frenteamplista Cristina Lustemberg criticó el cambio. La ex subsecretaria de Salud Pública escribió en Twitter: "Lamentamos que a tres días de la aplicación de la norma sobre etiquetados de alimentos que tanto trabajo de técnicos y especialistas llevó redactar y acordar, el gobierno decida aumentar los límites para todos los nutrientes, lo que hace que la medida pierda efectividad y no cumpla con su objetivo que es informar a la gente sobre los productos que tienen elevados contenidos de grasas, azúcares y sal".

Sobre esta decisión del gobierno conversamos esta mañana En Perspectiva con el sociólogo Diego Rodríguez, integrante de la sociedad civil Alianza Contra las Enfermedades No Transmisibles.

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