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La Mesa de Filósofos: ¿Cómo impactan la aceleración y la dispersión de estos tiempos en la vida política y las relaciones humanas?

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Foto: Shutterstock

Estamos atravesando la semana más rara del año: esa entre Navidad y Fin de Año. Ese limbo entre que muchos ya entran mentalmente en modo vacaciones, aunque la mayoría de las licencias empiecen recién el lunes que viene.

Una semana en la que muchos tienen apurarse a terminar todo antes de que termine diciembre, en la que tiene que quedar todo pronto para poder irse para afuera tranquilos… a la vez que hay que terminar de organizar esa ida para afuera.

Después vienen las vacaciones, donde hay que descansar pero también aprovechar para hacer lo que uno no tiene tiempo de hacer en el año. Leer una pila de libros, resolver pendientes, tomar sol, ver amigos, ver familia. Además de que hay que ocuparse más de los niños, de las tareas domésticas… Hasta el punto de que a veces uno siente que se tiene que tomar vacaciones de las vacaciones.

Claro que no es algo solo propio de esta época del año: la aceleración de la vida se ve a diario. Las redes sociales y los teléfonos celulares tampoco colaboran: se puede estar en la playa pero con la vista fija en una pantalla, porque uno se desacostumbra a estar sin hacer nada, y cuando está sin hacer nada agarra el celular.

Y todo esto puede tener un impacto en nosotros como seres humanos, en nuestra capacidad para concentrarnos, en una ansiedad elevada, hasta en problemas de memoria. La atención se ve muy afectada.

¿Qué consecuencias puede tener eso a nivel macro tanto en las relaciones humanas como en la vida política?

Este es el tema para una nueva Mesa de Filósofos, con Miguel Pastorino, doctor en Filosofía, docente de Filosofía y Ciencias de la Religión y coordinador de esta instancia, y Natalia Costa, doctora en Filosofía, licenciada en Humanidades y también docente.

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