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La Mesa de Filósofos: Fútbol como religión, ¿por qué se sacraliza la pelota?

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Foto: En Perspectiva

Ayer cayó una fuerte helada en varios puntos del país, pero varios seguramente ni se enteraron tanto del frío, hundidos ya previamente en otra cosa.

Tapados por otra capa que se había extendido por el territorio uruguayo en la noche del miércoles, intangible aunque visible en los rostros y los ánimos de buena parte de los habitantes: la tristeza por la derrota de la selección uruguaya.

La eliminación de una Copa América en la que la Celeste llegaba como candidata, y que había despertado ilusión en los hinchas, tuvo más sensación de baldazo frío que la propia helada.

Y lo contrario habría pasado si se hubiera llegado a la final, ni que hablar si se hubiera conquistado el trofeo: ¿quién se hubiese dado cuenta del frío? La alegría habría calentado el pecho como cualquier estufa.

Es que el fútbol, con la selección como su ejemplo más transversal, tiene un impacto espiritual –para levantar, para dar esperanza, para movilizar masas- que no tiene prácticamente igual. Salvo por la religión. Tanto que hemos escuchado muchas veces la frase de que en países como Uruguay, el fútbol es casi como una religión.

Tiene sus templos, por supuesto tiene sus fieles, también tiene sus ritos, tiene las cábalas en las que cree hasta el más escéptico de los ateos. Hasta podríamos decir que, salvando las distancias, en ocasiones la forma en que sus fieles defienden a sus dioses se asemeja a una guerra santa.

¿Por qué se da esa sacralización del fútbol en nuestra cultura, más en un país que se precia de ser tan laico? Este es el tema para La Mesa de Filósofos.

Conversamos En Perspectiva con Miguel Pastorino, doctor en Filosofía, profesor de Alta Dedicación en el Instituto de Filosofía del Departamento de Humanidades de la UCU, coordinador de este espacio y un ateo de la religión futbolística; y también nos acompaña Néstor da Costa, doctor en Sociología, también profesor en la UCU, investigador en materia de sociología y religión, y, no menos importante, hincha de Peñarol.

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