Sobre las visiones contrastadas que retrata la película de Benedicto XVI y Francisco I, sobre el rol que la Iglesia católica tuvo en las dictaduras militares de la región, y sobre la posibilidad de una reforma eclesiástica, conversamos esta mañana con Miguel Pastorino, Rafael Mandressi y Nicolás Iglesias
Sobre fines del año pasado, Netflix estrenó uno de sus platos fuertes en materia de cine: Los dos papas, el relato ficticio de un encuentro entre el papa Benedicto XVI, interpretado por Anthony Hopkins, y el entonces cardenal Jorge Bergoglio, antes de que se convertiera en Francisco, encarnado por el muy parecido Jonathan Pryce.
Ficticia es la reunión y las conversaciones que ambos mantienen en la película, pero no los sucesos de contexto, como la decisión de Benedicto de dejar su cargo, la primera vez que un sumo pontífice renunciaba en 700 años, y también las acusaciones que penden sobre el rol que Francisco jugó como un importante sacerdote jesuita durante la dictadura militar argentina.
Uno sale de Los dos papas con la sensación de que Benedicto es un hombre extremadamente conservador, de otro tiempo, mientras que el Francisco del presente, que no tanto el de antes, queda bastante mejor parado, visto como un gran reformista.
Pero, ¿qué hay de cierto en la visión que este film presenta de ambos papas? ¿Es necesaria, y posible, una reforma de la Iglesia? ¿Qué rol jugó la institución eclesiástica durante los gobiernos militares de la historia reciente en la región? ¿Y qué cara tiene el catolicismo del siglo XXI?
Para profundizar en este tema, estuvimos esta mañana con Miguel Pastorino, profesor de Filosofía y Ciencias de la Religión en la Universidad Católica; Rafael Mandressi, filósofo, historiador y escritor; y Nicolás Iglesias, trabajador social e investigador especializado en religión y política, director del documental Fe en la resistencia: Religión y dictadura en Uruguay.
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Foto: Captura de escena del film Los dos papas.
