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El Ministerio de Salud Pública habilitó el viernes la venta de la semaglutida, una droga originalmente creada para tratar la diabetes tipo 2 pero que se ha convertido en todo un éxito de ventas por otro motivo.
¿Por qué? Porque uno de sus efectos es el adelgazamiento.
Quizás hayan leído titulares llamándola como “la droga mágica para adelgazar”. Es que la semaglutida reduce los niveles de azúcar en sangre, pero también provoca una pérdida de apetito y conlleva una veloz pérdida de peso.
Se la conoce por los nombres comerciales de Wegovy y sobre todo de Ozempic, y fue desarrollada por la farmacéutica danesa Novo Nordisk.
El año pasado tuvo una explosión de popularidad, mucho más allá de sus pacientes objetivo, los que padecen diabetes tipo 2. El multimillonario Elon Musk dijo que la toma para bajar de peso y los cambios rápidos que se han visto últimamente en las figuras de varias estrellas de Hollywood han disparado especulaciones sobre quiénes de ellos consumen Ozempic.
Sin embargo, esos efectos positivos trajeron dudas. Primero, lo básico que uno se pregunta ante una aparente droga mágica: ¿Se sabe qué efectos secundarios puede traer en el cuerpo? Y luego, algo más de fondo: ¿cómo puede impactar en personas que padecen trastornos de conducta alimentaria como la anorexia?
Ya hasta se acuñó un término, “cara de Ozempic”, para describir a quienes adelgazaron de golpe por inyectarse este medicamento, lo que también ha aumentado en el mundo las consultas por cirugía estética.
Hasta ahora el Ozempic circulaba en Uruguay pero traído desde los países vecinos, digamos, de contrabando, sin los cuidados necesarios de cadena de frío y sin médicos que pudieran recetarlo y hacer el seguimiento del proceso de los pacientes.
Por todo ello, la medida del MSP abre un nuevo capítulo, así que conviene mirar de cerca la noticia y tratar de responder las dudas.
Para eso, conversamos En Perspectiva con la doctora Mariana Elhordoy, endocrinóloga, especialista en sobrepeso y obesidad.
