El ginecobstetra Gustavo Malinger, quien integró el equipo que descubrió la relación entre el zika y la microcefalia en recién nacidos en Brasil, dijo a
Gustavo Malinger dijo que en esta época “la expansión del conocimiento es muy rápida, a veces demasiado, porque la información puede crear más confusión” en temas complejos como el del zika. Agregó que hay información importante con la que todavía no se cuenta, como si las personas infectadas quedan inmunes ante el virus, lo cual es relevante para la creación de una vacuna.
El zika se contagia a través de la picadura del mosquito Aedes aegypti y “teóricamente” por relaciones sexuales o contacto con los fluidos personales con una persona que tenga la enfermedad, dijo Malinger. Aclaró que se trata de “una enfermedad que en este momento casi no tiene complicaciones, en general es benigna”, y que el 20 % de las personas que la contraen no desarrollan síntomas.
En el caso de los bebés que nacen con microcefalia, Malinger indicó que no todos los casos han sido correctamente diagnosticados y señaló que la relación entre madres contagiadas con zika y bebés que nacen con microcefalia no es constante en todos los países. Como ejemplo, mencionó que en Colombia unas 2.000 mujeres embarazadas contrajeron zika pero solo una tuvo un bebé con microcefalia.
Consultado acerca del pedido de la ONU de que se permita abortar a las mujeres que estén embarazadas con un bebé con microcefalia, Malinger dijo que actualmente es muy sencillo diagnosticar si un bebé que todavía no nació tiene microcefalia y agregó: “Yo sé que en Sudamérica hablar del aborto es prácticamente un tabú, pero pienso que desde el punto de vista ético y legal es mucho más sencillo permitir que se tome la decisión”. Además, mencionó que en Recife, Brasil (donde el aborto es legal solo si existe peligro para la vida de la madre, si es un embarazo producto de una violación o si el bebé tiene anencefalia), un juez federal autorizó un aborto porque el bebé tenía microcefalia y existían pocas posibilidades de que sobreviviera.
En el caso concreto de Uruguay “no hay ninguna necesidad de causar pánico”, dijo Malinger, porque en este momento “está relativamente seguro”: Uruguay ni siquiera tiene dengue, eso significa que o el mosquito no está o no está transmitiendo la enfermedad, por lo cual es menos probable que tenga zika, indicó. Además, el hecho de que Uruguay sea un país chico permite hacer una buena campaña de fumigación en caso de que haya una presencia masiva de Aedes aegypti o que éste esté transmitiendo dengue o zika.
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Foto en Home: Un bebé con microcefalia nacido en Recife, Brasil, 2 de febrero de 2016. Crédito: Heriberto Araújo/Notimex/AFP Photo.