EC – En definitiva, ¿por qué decidió postularse a la Intendencia?
EN – Me fue bien en la vida, terminé el proyecto de Nuevo Centro Shopping, que creo que lo hice de conocer los barrios, pude conocer todos los barrios de Montevideo, todos los vecinos de Montevideo, por las ferias, por el babyfútbol de mis hijos, tuve la idea de poner un shopping en el medio de la ciudad, en el medio de los barrios. Hoy la gente está muy contenta con ese shopping, no solo porque puede comprar, sino porque ha prestigiado al barrio. El agradecimiento que tiene la gente hacia nosotros nos deja muy contentos.
Cuando termino ese proyecto empiezo a ver que se forma el PdelaC y empiezan a decir que va a tener tres candidatos, uno por el Partido Blanco, uno por el Partido Colorado (PC) y uno independiente. Las cualidades del independiente: puede ser un empresario, que sea apolítico… Estaban enumerando algunas cualidades y dije: “Ese soy yo”. Me siento joven, me siento con fuerza, me siento con ganas y quiero devolverle a Montevideo todo lo que me dio. Todas mis cosas las hice en esta ciudad y tengo un sentimiento de gratitud mío y de mi familia. Y creo que tengo condiciones para administrar muy bien la Intendencia.
EC – ¿Usted se propuso a sí mismo como el tercer nombre del PdelaC?
EN – Totalmente. Dije: “Es esto, esto es lo que quiero, quiero dedicar el resto de mi vida…”. No necesito más, mis gustos son como los suyos, como los de muchos montevideanos: salir, hacer algún viajecito con mi señora, comer algún asado con mis amigos. No necesito más. Y quiero devolver. Muchos devuelven haciendo donaciones, yo quiero devolver con mi trabajo.
Fui y hablé. Hablé con Lacalle Pou, hablé con Bordaberry, hablé con Larrañaga, hablé con Amorín Batlle, les dije: “Si están buscando una tercera persona, yo estoy dispuesto, yo quiero”.
EC – ¿Qué responde a quienes sostienen que usted es candidato porque está dispuesto a financiar su propia campaña, porque tiene dinero para financiarla en un momento en que las arcas de los partidos tradicionales están casi en cero?
EN – Eso es otra cosa. Es una ventaja, no tengo compromisos políticos porque puedo financiarme la campaña, con algún amigo que me quiera ayudar. Es una libertad y es algo muy bueno, que alguien sea intendente y no responda a compromisos políticos ni compromisos económicos. Es una cosa muy buena, y única.
EC – Por más que cuente con recursos económicos, ¿puede sostener una candidatura y llevar adelante una campaña electoral sin tener con usted un aparato partidario que lo respalde, que le permita insertarse en los barrios, tener conexiones con la gente, con determinado tipo de instituciones, etc.?
EN – Primero, yo no tengo un aparato político, pero sí tengo un grupo de técnicos y gente joven que me acompañan, que están muy concentrados en mi campaña, que están a gusto con mi campaña y me ayudan. Son profesionales, no quiere decir que sean políticos. Y yo he podido ir por todos los barrios…
EC – Pero la estructura partidaria tiene ventajas, cuando existe: hay líderes locales, caudillos, intermediarios, en definitiva.
EN – Cada vez menos. Yo he podido ir a todos los barrios, fui a los asentamientos; llegué y la gente me recibió muy bien, he hablado con todos, lo habrán visto. No necesité de caudillos para ir a los barrios, pude ir y la gente me atendió. Lo de los caudillos es cada vez menos importante, la gente ya no responde a ellos, ya no hay tantos caudillos de barrio. La actividad social no es como los bares, los clubes que había antes, donde los caudillos […]. La gente hoy es libre para votar.
Además las redes sociales han cambiado la forma del caudillo de barrio. Mucha gente se guía por las redes sociales, nosotros somos muy fuertes llegando a través de redes sociales, a través de Twitter, de Facebook. Hoy hay muchas maneras diferentes de llegarle a la gente. Y la gente hoy se guía más por esas opiniones –cada vez más– que por un caudillo.
