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Novick: “La deuda de Ancap es de US$ 2.250 millones, ¿esa es la gestión de Daniel Martínez?”

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EC – Pero por ejemplo, esa idea de no proveer las vacantes que se vayan generando cuando los funcionarios se jubilan o se retiran la he escuchado una cantidad de veces en campañas electorales a propósito de los funcionarios públicos del gobierno central, como manera de bajar la plantilla. Y después, cuando el candidato llega a presidente, se da cuenta de que no es tan fácil, de que varias de esas vacantes las tiene que proveer, porque si no, no funciona el servicio tal o el servicio cual. ¿Cómo está seguro de que va a poder ir por ese camino, de que la realidad después no le va a hacer cambiar ese objetivo?

EN – Estoy segurísimo, estoy totalmente claro de que lo puedo hacer. Una de las cosas que hay que hacer es digitalizar rápidamente la Intendencia, es una forma de que la Intendencia sea más ágil, de que se necesite menos personal y de que esté todo más informado. La Intendencia tiene que estar a tiempo real, todo en la Intendencia, los municipios. La descentralización que quiso hacer el Frente es una idea buena, pero, como tantas ideas buenas, fue mal ejecutada. Porque los municipios en vez de estar cerca del vecino para solucionar problemas hoy funcionan como filtro. Uno va a hacer un trámite ahí y lo duermen dos o tres meses, después va al Palacio central y se duerme de nuevo. Hay que estar cerca del vecino, hay que digitalizar, uno tiene que poder hacer un trámite por el celular, por la computadora. Agilizar todo, digitalizar todo. De esa forma –que va a llevar un tiempo mientras se digitaliza y se hace un buen programa, como ha de ser en el año 2015– se va reduciendo el personal y se va redistribuyendo en diferentes áreas.

EC – La informática va a ser su gran aliada en esa reforma de la Intendencia.

EN – No estoy inventando nada. En el mundo es así, en las empresas es así, las empresas han digitalizado y han trabajado con menos gente, y la gente se redistribuye en otras actividades.

EC – Usted ha dicho, comentando propuestas de otros candidatos, que quiere “poner la casa en orden” antes de plantearse la posibilidad de emprender megainversiones como subtes o trenes eléctricos. ¿Puede dar un ejemplo concreto de qué significa eso?

EN – Cuando ofrecían trenes eléctricos, subte, dijimos: “No vendamos espejitos de colores, hay cosas que se pueden hacer inmediatamente y sin dinero”. Por ejemplo el tránsito. En el año 2005 en Montevideo había 250.000 autos, en 2015 hay 500.000 autos. ¿Sabe todo lo más que recibe la Intendencia por cobro de patentes? El doble. Pero las calles, las avenidas, los semáforos, todo es lo mismo que hace diez años. ¿Qué se hizo con ese dinero?, ¿dónde está? Mal utilizado, mal gastado. Está en remuneraciones, en gastos de funcionamiento.

Le decía el caso de Barcelona. Pongamos uno de acá, la Intendencia de San José: Chiruchi tenía el 27 % del gasto para remuneraciones y el 19 % para funcionamiento; tenía el 54 % para gastar en inversiones. San José y Chiruchi, acá al lado de Montevideo. Y nosotros tenemos apenas el 13 %, porque tenemos 52 % para remuneraciones, 35 % para funcionamiento; apenas 13 %. Y ese 13 % lo tiramos a la calle como hicieron con el corredor Garzón; pusieron gente no especializada a hacer un plan en un lugar –más allá de todas las contras– que no era prioridad. El corredor Gral. Flores, tampoco, Gral. Flores necesitaba mucho más un corredor de bulevar Batlle y Ordóñez hasta el Palacio que de Batlle y Ordóñez hacia fuera. ¡Cosas incoherentes de esta administración, que ha tirado la plata a la calle!

Yo quiero ir a Montevideo a cuidar el peso de todos los montevideanos, cuidar el peso a peso. Eso se puede hacer. Entonces dije: “Agilicemos el tránsito. ¿Cómo lo hago sin dinero?”. Una cosa que no inventé yo y está en todos lados del mundo. En la rambla hay cuatro horas con problemas de tránsito, de 7 a 9 de la mañana y de 6 a 8 de la tarde. Ayer tuve que venir a la Ciudad Vieja desde Carrasco y demoré 55 minutos, tuve que pedir disculpas, salí 8.20 de mi casa y llegué 9.13 a la Ciudad Vieja. Dije: “Flechen la rambla dos horas”. Es simple, no se necesita plata.

Después dije –fui el único que lo dijo–: “Hay 330 inspectores de tránsito, ¿dónde están? Están en la Ciudad Vieja, en el Centro o atrás de la esquina o atrás del árbol para cobrarnos multas. Sáquenlos a agilizar el tránsito”. Lo hicieron, los pusieron. Yo me quedé contento, porque funcionó. Me levanté 7.30 y fui a hablar con los inspectores de tránsito. Ellos estaban dirigiendo el tránsito y la gente estaba contenta. Lunes, martes, miércoles funcionó… ¿Sabe qué pasó el jueves? Llovió, y los inspectores de tránsito no trabajan. Yo les pregunto a usted y a sus colaboradores: ¿usted no va a trabajar?, ¿la gente no va a trabajar, no va a estudiar? ¿Cómo los inspectores de tránsito se quedan jugando a las cartas en el Palacio Municipal mientras llueve, que es cuando más se necesita? Porque hay mucha gente que va en ómnibus, pero el día que llueve saca su autito. Además las calles están resbaladizas y hay más accidentes. Fue un caos ese jueves. ¡Eso es gestión!

Eso es lo que yo quiero: estar en la calle, estar al lado de los vecinos, estar al lado de los problemas, porque eso es lo que he hecho toda mi vida, estar. Yo dije hace tiempo: no tengo secretaria, no tengo oficina, a mí me gusta estar al lado de la gente, al lado de los negocios. Yo voy a estar en la calle, voy a estar en los barrios, voy a descentralizar, voy a llevar el gabinete una semana a cada municipio y vamos a ir a estar al lado de los vecinos. Cada municipio son alrededor de 200.000 personas. ¡Un departamento entero!

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