“Originalmente era un diplomático de carrera, con formación en Derecho. Pasó de ser un desconocido absoluto en la política uruguaya a transformarse en uno de los integrantes del circulo de confianza del presidente José Mujica". Fue el ministro de Relaciones Exteriores del segundo gobierno frenteamplista y luego, propuesto por aquel gobierno, asumió en mayo de 2015 en el cargo que ocupa hasta hoy: secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA).
Ahora, en el Frente Amplio lo catalogan de “traidor, rebelde y converso”, y dejan la puerta abierta a todo tipo de teorías conspirativas sobre quién fue, qué hizo y, además, qué representa para los intereses de los Estados Unidos. Mientras tanto, su gestión en la OEA es elogiada por la mayoría de los dirigentes de los partidos tradicionales.
Estas pinceladas aparecen en el libro “Luis Almagro no pide perdón”, de los periodistas Martín Natalevich y Gonzalo Ferreira, que profundiza en la vida personal y la trayectoria política de un personaje que en los últimos años ha sido muy controvertido y enigmático.
Por ejemplo, examina sus cambios a propósito de Venezuela.
En su período como ministro fue una figura amiga del gobierno chavista. En 2013, en Caracas, declaró su admiración por la figura del fallecido comandante Hugo Chávez, que había fallecido pocos días antes de su visita.
Porque la dimensión de estadista de Chávez es una dimensión que trasciende lo continental y lo hemisférico. Es algo que proyecta a Venezuela al mundo, como proyectó también a Latinoamérica al mundo. Hizo cosas extraordinarias, como reflotar la OPEP. Estamos hablando de alguien que tiene una dimensión internacional muy importante. Desconocer ese trabajo para cualquiera sería absurdo, ir para atrás con eso que ha ganado Venezuela en la región y el mundo sería absurdo.
Pero dos años después, con su llegada a la OEA, su mensaje sobre la Revolución Bolivariana cambiaría totalmente.
Con el gobierno de Nicolás Maduro la confrontación fue permanente, especialmente al denunciar violaciones a los Derechos Humanos y fraudes en los procesos electorales. A fines de 2018, divulgó un mensaje en el que reafirmaba su posición.
"La lucha del pueblo venezolano es mi lucha. Y no pienso dejarlos solos. Es más, mi misión es que la comunidad internacional entienda, comprenda, se concientice y ayude en lo que corresponda a poner las cosas en su lugar", expresó Almagro.
Esta mañana conversamos En Perspectiva con los autores de este libro que se publicó el mes pasado.
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Entrevista relacionada:
De nuestro archivo: Canciller Luis Almagro: «Fuimos contrarios al ingreso de Venezuela en estas circunstancias» (emitida el 02.07.2012)
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