La situación en el país andino se mantiene tensa: las marchas continúan, los reclamos persisten, y la Comisión de Derechos Humanos de la ONU confirmó el envío de una misión para examinar de cerca el panorama.
Hace una semana, una protesta estudiantil contra el aumento del boleto del metro derivó en la mayor protesta social de la historia reciente de Chile
Hoy, los manifestantes se mantienen en la calle y exigen un pedazo más grande de la prosperidad que hizo de ese país el más estable de América Latina.
En estos siete días de manifestaciones, enfrentamientos, saqueos e incendios que han abarcado Santiago y también otras ciudades, el saldo es de 19 muertos y más denuncias de abusos de derechos humanos, que motivaron incluso el envío de una misión de Naciones Unidas para investigar.
Ante la multiplicación de testimonios sobre la acción de los militares, que desde el sábado fueron desplegados en las calles, la Alta Comisionada de la ONU para Derechos Humanos, Michelle Bachelet, ex presidente de Chile, anunció que se enviará una misión de verificación para examinar la situación en el país.
Ayer, en un intento por descomprimir las tensiones, el presidente actual, Sebastián Piñera, informó de la intención de avanzar en un plan para terminar con los toques de queda, que se impusieron por primera vez desde el final de la dictadura de Augusto Pinochet, que gobernó entre 1973 y 1990.
Para comprender mejor la situación actual del país, estuvimos en contacto con Fernando Rosenblatt, politólogo uruguayo colaborador de En Perspectiva, radicado en Santiago de Chile.
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Foto: Manifestantes chocan con las fuerzas de seguridad en Santiago, el 24 de octubre. Crédito: Pedro UGARTE / AFP