Foto: @taylorswift
Presentan: Fundación Telefónica Movistar y Lenovo
No ha sido raro, en las últimas dos décadas, que se filtren imágenes o videos privados, de índole sexual. Tanto que se creó la expresión “pornovenganza” para referirse a la difusión de ese material.
Claro, el tema siempre cobró más publicidad cuando se trató de famosos; particularmente de famosas mujeres.
La pornovenganza ya era un problema en sí mismo, entonces, pero estamos viendo ahora cómo las herramientas de Inteligencia Artificial (IA) lo multiplican. Y el quiebre se da también cuando afecta a una famosa.
El viernes pasado, en la red social X, se viralizaron imágenes pornográficas muy explícitas generadas por IA de la estrella pop Taylor Swift, tal vez la principal artista musical del momento.
Uno de los posteos fue visto por 47 millones de personas antes de que X suspendiera la cuenta.
Como respuesta, la red se vio inundada por fanáticos de Swift, que compartieron sin cesar fotos y videos reales de ella con palabras clave, para que quienes buscaran las imágenes falsas no las pudieran encontrar entre el mar de tuits.
El episodio movió a Swift a amenazar con ir a la Justicia, aumentó la presión sobre el Congreso de Estados Unidos para que apruebe la legislación sobre imágenes generadas por IA, y llevó a la red social X a contratar un centenar de moderadores de contenido, un departamento que había sido muy reducido cuando a la empresa la compró Elon Musk en 2022.
Conversamos En Perspectiva con nuestro compañero Gastón González.