Ayer domingo, Uruguay se desayunó con una noticia impactante: tres infantes de la Marina habían sido asesinados en un destacamento cercano a la fortaleza del Cerro.
Alan Rodríguez, Alex Guillenea y Juan Manuel Escobar estaban encargados de proteger una antena de transmisiones marítimas de la Armada. Fueron encontrados con disparos a la altura de la cabeza.
Les habían robado sus armas de reglamento: tres pistolas Glock de 9mm. Pero no se habían llevado ni sus chalecos antibalas ni sus armas largas.
El hecho motivó el decreto de duelo nacional para hoy lunes y mañana martes. “En Uruguay no van a ganar las bandas criminales sino el Estado de Derecho”, publicó en su Twitter el ministro del Interior, Jorge Larrañaga. Javier García, ministro de Defensa Nacional, aseguró que se utilizará “toda la fuerza del Estado” para resolver el crimen.
Por la noche, el presidente Luis Lacalle Pou brindó una breve conferencia de prensa al respecto, donde dijo que la investigación de los hechos está “abierta a todas las hipótesis”.
"No estamos dispuestos a que se naturalice la violencia en la sociedad. Lo hemos repetido una y mil veces y desde el gobierno vamos a utilizar todas las herramientas constitucionales y legales que permitan utilizar la fuerza del Estado para repeler la agresión a los ciudadanos uruguayos y aquellos que habiten nuestro país", dijo Lacalle Pou.
Además, el Frente Amplio emitió un comunicado en el que condenó lo sucedido y expresó “su absoluto respaldo a la institucionalidad republicana”.
¿Qué hay detrás de estos homicidios? Lo conversamos esta mañana En Perspectiva con Diego Sanjurjo, quien es politólogo, especializado en políticas públicas de seguridad y desarrollo, con énfasis, entre otros puntos, en seguridad ciudadana y políticas de armas y drogas. Sanjurjo asesoró en la campaña política pasada al candidato colorado Ernesto Talvi y también pueden conocerlo por sus participaciones en La Tertulia.
***
Foto: Captura de pantalla de Google Maps.