La semana pasada, el presidente de EEUU Donald Trump se enfrentó contra la compañía de redes sociales Twitter.
Un muy asiduo usuario de esa plataforma, donde lo siguen 80 millones de personas, Trump se encontró con dos de sus tuits marcados como falsos. En ellos, el presidente difundía información engañosa sobre la campaña electoral.
Pocos días después, cuando se desataron disturbios y saqueos en Minneapolis, en protesta por la muerte de un hombre negro desarmado a manos de un policía, Trump publicó en su cuenta que estaba dispuesto a enviar a las Fuerzas Armadas a esa ciudad. “Cuando empiezan los saqueos, empieza el tiroteo”, tuiteó.
Esta vez, Twitter fue un pasó más lejos y ocultó el mensaje, aunque no lo eliminó ni sancionó al presidente. Pero sí puso un cartel por encima aclarando que ese tuit violaba la normativa de glorificación de la violencia. No se lo eliminó porque podía tener interés público, señalaba el texto en cuestión.
Estas movidas de la empresa llevaron a Trump a presentar un decreto para quitarles protección legal a las redes sociales, consideradas según la legislación estadounidense actual como plataformas de distribución y no como medios de comunicación, por lo que se les permite moderar contenidos según sus propias reglas.
¿Qué potestades tienen las redes como Twitter para censurar? ¿Y qué consecuencias puede traer este episodio?
Para responder estas cuestiones, conversamos esta mañana En Perspectiva con Pablo Schiavi, abogado especializado en Derecho de la Información.
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Foto: Doug Mills / POOL / AFP