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Marcha del Silencio: "Uruguay es chiquito y estamos hablando de 200 desaparecidos. Si hubiera realmente una orden y voluntad política de encontrarlos, sería muy fácil"

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El vocero de Familiares Ignacio Errandonea habló sobre la celebración de la 23ª Marcha del Silencio el domingo pasado.

La 23ª Marcha del Silencio tuvo lugar ayer domingo con la misma consigna del año pasado: "Impunidad, responsabilidad del Estado, ayer y hoy". Ignacio Errandonea, vocero de la organización convocante Familiares de Detenidos Desaparecidos, habló con En Perspectiva y explicó que se resolvió repetir el eslogan porque "los avances han sido prácticamente nulos".

Errandonea dijo que se excava en busca de restos de desaparecidos "a buen ritmo", pero sin resultados y sin que se dé lo que la organización pretende, que el Estado investigue en profundidad. En lugar de eso, la información que nutre el trabajo de los antropólogos sale de la propia Familiares. "Los desaparecidos no son fruto de un accidente; es el Estado uruguayo el que los hace desaparecer", dijo Errandonea.

"El Uruguay es chiquito y estamos hablando de una cifra de 200 desaparecidos. Si hubiera realmente una orden y una voluntad política de encontrarlos, sería muy fácil", agregó.

La organización se retiró recientemente del Grupo de Trabajo por Verdad y Justicia, que el segundo Gobierno de Tabaré Vázquez impulsó en su arranque. Sin embargo, según Errandonea, el grupo no tiene ningún "poder coercitivo" y está sujeto a datos aportados de manera voluntaria. Además, afirmó que desde que Vázquez asumió como presidente Familiares no ha conseguido reunirse con él. Ni siquiera ha obtenido respuesta.

Se trató de la primera Marcha del Silencio tras la creación de la Fiscalía de Delitos de Lesa Humanidad, algo que Errandonea dijo que se ve con expectativa. "Pero nos preocupan los medios con los que cuenta. Hay más de 200 causas judiciales desparramadas por todo el país… Lo vemos con cierto escepticismo".

Por último, Errandonea lamentó que no se reforme la Caja Militar, donde los militares gozan de privilegios que se otorgaron a sí mismos durante la dictadura, y lo indicó como prueba de que "ejercen una presión indebida dentro de una sociedad democrática".

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Foto: Pablo Porciúncula Brune / AFP

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