En entrevista con En Perspectiva Agustín Berríos, militante de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), que reúne a la oposición en Venezuela, aseguró que en Venezuela no hay democracia. Además, dijo que desde que asumió Tabaré Vázquez ven un “cambio gradual” en la posición del gobierno Uruguayo respecto al de Nicolás Maduro.
EN PERSPECTIVA
Martes 2 de mayo, hora 8.13.
(Audio Leopoldo López.)
“Hoy millones de venezolanos, la inmensa mayoría de los venezolanos queremos un cambio. Pero al igual que nosotros, el ciudadano común, la democracia en Venezuela está presa. Presa de una elite corrupta que solo tiene como interés aferrarse y mantenerse en el poder. Por estas razones, por las violaciones permanentes a nuestros derechos, a nuestras familias, al futuro y al presente de millones de venezolanos, Daniel Ceballos y yo hemos decidido empezar hoy una huelga de hambre.”
(Fin audio.)
EMILIANO COTELO:
El líder opositor venezolano Leopoldo López anunciaba así, la semana pasada, una huelga de hambre para pedir la liberación de lo que él considera “presos políticos”.
López está recluido desde hace un año y medio, acusado de instigar protestas violentas contra el gobierno de Nicolás Maduro. A través de un video filtrado a la prensa desde su celda, el dirigente convocó a una marcha para reclamar que se fije una fecha para las próximas elecciones legislativas, la liberación de los presos políticos y el cese de la persecución a la disidencia.
La manifestación, que se realizó este sábado, no contó con el apoyo orgánico de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), una coalición que reúne a unos 28 partidos opositores. Pese a ello, las principales figuras de esta alianza, como el gobernador del estado de Miranda, Henrique Capriles, sí asistieron pero a título personal.
Desde ayer, una delegación de la oposición venezolana se encuentra de visita en Montevideo. Vamos a conversar con uno de sus dirigentes, Agustín Berríos.
Empecemos aclarando algunos términos. ¿Qué es la Mesa de la Unidad Democrática?
AGUSTÍN BERRÍOS:
Es básicamente una alianza de partidos para efectos electorales, para concurrir unitariamente a las elecciones cuando las elecciones se convoquen. Lo hicimos así en el 2010, lo hicimos en la elección presidencial de 2012, lo hicimos de nuevo en la elección del 2013 cuando murió Chávez. Cuando ha habido elecciones hemos tenido candidatos unitarios. Pero no es una dirección política como tal para resolver el día a día. Entonces es complejo resolver temas como convocar una marcha con unas horas de anticipación.
EC – ¿Cómo está integrada la MUD? ¿Todos los grupos y partidos de la oposición forman parte de ella?
AB – La MUD como tal agrupa a todos los partidos democráticos que confrontan al régimen y que lideran la lucha para que Venezuela recupere la democracia.
EC – Usted, en particular, ¿cómo se ubica dentro de la MUD?
AB – Yo soy un militante de la Unidad. Soy socialcristiano, fui presidente de la Juventud Demócrata Cristiana, fui secretario general de Copei (Comité de Organización Política Electoral Independiente), toda la vida fui un dirigente de Copei, y soy un colaborador muy cercano del alcalde metropolitano de Caracas, que es socialdemócrata, Antonio Ledezma.
En Venezuela el tema no es ideológico, está planteada una confluencia de las ideologías en torno a un objetivo histórico que es recuperar la democracia. De manera que las diferencias ideológicas no son relevantes, no tenemos por delante planteado elaborar un programa que se cargue a la izquierda, que se cargue a la derecha, sino la confluencia de las ideologías para superar unitariamente este momento tan difícil, derrotar el intento totalitario del régimen del chavismo, restaurar las instituciones y transitar un proceso de reunificación, un gobierno de transición, que será un gobierno de unidad, hasta que Venezuela pueda resolver democráticamente sus diferencias.
EC – Mencionó que es asesor del alcalde de Caracas, Antonio Ledezma. Antonio Ledezma está preso, está en prisión domiciliaria, recuperándose de una intervención quirúrgica. ¿Cuál es la situación de Ledezma?
AB – Ledezma fue detenido arbitrariamente el 19 de febrero por hombres armados, algunos con el rostro cubierto, con armas largas, que irrumpieron violentamente en su oficina. Durante días lo habían estado persiguiendo patrullas del Sebin (Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional). Sin orden judicial, no estaba sometido a ningún proceso de juicio, no había sido citado por la Fiscalía.
EC – El procedimiento del arresto fue muy polémico, fue filmado, se vieron los videos.
AB – Fue un procedimiento brutal, que retrata un régimen militarizado, militarista, que viola los derechos humanos. Se lo llevaron, no había orden judicial, estuvo durante horas desaparecido, ni su esposa ni nadie sabía dónde estaba. Dijeron que estaba en una sede policial, ahí se congregó la gente por horas y horas, después se supo que estaba en otra sede policial y en la madrugada lo pudieron ver su esposa y el abogado. Lo llevaron a una prisión militar, donde están también Leopoldo López y Daniel Ceballos.
EC – ¿Cuál es la acusación concreta en su contra?
AB – Una cosa totalmente infundada. Los testimonios son cosas absurdas. Por ejemplo, citan la acusación de conspirar que le hace Diosdado Cabello en un programa de televisión, ni presentan el video de las acusaciones. Citan un artículo de un portal que se llama Aporrea, del chavismo más radical, que lo acusa de conspirar.
Ledezma es un hombre de una trayectoria democrática muy limpia. Ganó la alcaldía de Libertador; fue por cierto alcalde de Libertador cuando el presidente Tabaré Vázquez era intendente de Montevideo, y se conocieron, hicieron una relación de respeto. Después ganó durante el chavismo dos veces la alcaldía metropolitana, luchando en desventaja contra todo el abuso y el ventajismo del gobierno. Es un demócrata de una gran trayectoria.
Es una acusación totalmente infundada. El martes próximo es la primera audiencia, ahí debería decidirse si lo dejan en libertad o lo someten a juicio definitivo. Nosotros tenemos razonables expectativas de que la presión internacional, la falta de pruebas, la presión interna, su trayectoria tan democrática, tan limpia, lleven a que lo liberen. Pero en este régimen los jueces responden a una llamada telefónica del Poder Ejecutivo, de manera que si Maduro decide estará en libertad, porque los jueces y los fiscales responden al Poder Ejecutivo. Un dato muy relevante es que en Venezuela no hay en absoluto separación de poderes.
EC – ¿Cómo es la salud de Ledezma, que está en prisión domiciliaria ahora?
AB – Ledezma el año pasado fue operado de una hernia. Durante las protestas del año pasado él fue una de las figuras que más participaron. Esas protestas gigantescas que hubo en todo el país, que nos costaron 43 muertos, algunos asesinados descaradamente, activistas de barrios que fueron fueron asesinados selectivamente, crímenes que no se han aclarado, que no se han castigado.
Durante esas protestas Ledezma tuvo una hernia y fue operado. Esa hernia se le reprodujo en prisión, se le detectó una inflación. A comienzos de abril el juez dio la orden de que lo examinaran, y el comandante militar de la prisión se negó, se negó, se negó a que fuera trasladado para que le hicieran unos exámenes, hasta que la presión externa obligó a que lo trasladaran. Fueron dos médicos del gobierno, lo vieron y se alarmaron porque estaba en una situación delicada. Lo trasladaron de emergencia. Lo querían trasladar a un hospital militar, pero él se negó porque en ese hospital militar había muerto un líder, un hombre humilde, un campesino que estaba en huelga de hambre porque le habían quitado su pequeña parcela y nunca, nunca se la devolvieron ni se la pagaron. Se puso en huelga de hambre, el gobierno lo llevó al hospital militar, contra su voluntad, y ahí murió; esa muerte nunca nos quedó clara. Entonces él se negó a ir al hospital militar, y finalmente la presión internacional hizo que el gobierno accediera a que lo operara de nuevo su médico en una clínica fiable.
Ledezma está en recuperación, en unos días se le vence el período de recuperación y el gobierno tendrá que decidir si lo vuelve a enviar a Ramo Verde o lo libera. Nosotros pensamos que tienen que liberarlo, que es un hombre inocente, que no hay ningún cargo contra él, pero estamos en manos de una justicia completamente politizada.
EC – ¿Cuál es el motivo de la gira que esta delegación viene realizando por América Latina y que en estos días los ha traído a Uruguay?
AB – Pensamos que Uruguay puede jugar un papel determinante en la solución de la crisis venezolana. Es un país pequeño en geografía, en población, pero con una experiencia, con una trayectoria, con un prestigio democrático grande. Un país que vivió dictadura, que vivió los efectos del terrorismo y que supo salir de esas crisis aprendiendo de los errores. La democracia venezolana, modestamente, cuando aquí había dictadura, dio su aporte para que ustedes recuperaran la democracia. Y hoy requiere apoyo, requiere solidaridad de los uruguayos, de los chilenos, de los argentinos, muchos vivieron allá en tiempos de los gobiernos militares aquí. Uruguay es fundador del Mercosur, es fundador de la Unasur, y el Mercosur y la Unasur tienen un rol en la crisis venezolana.
La crisis venezolana, para tener una salida democrática, pacífica, requiere un involucramiento activo de la comunidad internacional, en particular de la región latinoamericana y en particular de los países del Mercosur. Algunos países de manera insólita han volteado para el otro lado cuando en Venezuela se reprime, se violan los derechos humanos, se encarcela a los líderes de la oposición, se cierran periódicos, se compran periódicos por testaferros del gobierno…
EC – ¿A qué países alude? ¿Cuáles son los que se dieron vuelta?
AB – El Uruguay en buena medida.
EC – ¿En qué sentido? ¿Cómo ve la posición de Uruguay?
AB – Uruguay ha dado signos positivos en las últimas semanas. La declaración de la Cancillería reconociendo que en Venezuela hay presos políticos es muy importante. La declaración del presidente Tabaré Vázquez y de la presidenta de Brasil reconociendo expresamente que hay una crisis política en Venezuela y que requiere una solución constitucional pronta es muy importante. Es un cambio gradual, no brusco, pero es un cambio importante.
EC – ¿Usted nota cambios en la posición de Uruguay desde que asumió el presidente Vázquez?
AB – He notado en esta Cancillería una declaración que es muy relevante, que tiene mucha autoridad, que puede ser determinante en la solución de la situación venezolana. El presidente Tabaré Vázquez conoce al alcalde metropolitano de Caracas, ambos fueron en un momento dado alcaldes de sus respectivas capitales y coincidieron en organizaciones internacionales que agrupan a los alcaldes. Ahí el alcalde Ledezma tiene una expectativa razonable, fundada…
EC – ¿De qué? Espera que el gobierno de Uruguay haga ¿qué?
AB – Uno, que se involucre, que haga valer su prestigio, su peso, su influencia en el Mercosur, en la Unasur, su voz en la región para que en Venezuela se encuentre una solución. La solución es convocar a la soberanía popular para que elija un nuevo Parlamento. Esa elección tiene que hacerse este año, porque la Constitución manda que la Asamblea Nacional se tiene que instalar el 5 de enero de 2016.
EC – Lo que está anunciado es que esas elecciones ocurrirán en el último trimestre de este año.
Ad – Pero no tienen fecha.
EC – ¿Y cuál es el problema de que no esté fijada todavía la fecha? Estamos a principios de junio recién.
Ad – Fíjese una cosa. En el año 2010 fue la última elección parlamentaria, se realizó el 26 de setiembre, y se convocó en enero. Debía haberse convocado hace tiempo, el último trimestre no es una fecha, es un lapso. El gobierno está pateando el balón para adelante, tratando de ver si consigue algún resquicio, alguna crisis para que no se haga la elección, porque va a perder cualquier elección.
EC – ¿Por qué entienden que le sirve o que le serviría al gobierno del presidente Nicolás Maduro cancelar las elecciones?
Ad – No le sirve; simplemente teme la consulta al pueblo, teme la convocatoria al pueblo.
EC – Pero hasta ahora le ha ido bien al gobierno de Venezuela, al chavismo le ha ido bien. Ha convocado no sé qué cantidad de elecciones y en todas ha terminado imponiéndose.
Ad – Se preciaban de convocar elecciones porque ganaban por el liderazgo de Chávez, por el dinero del petróleo, por el populismo, por el ventajismo…
EC – Pero incluso ganaron después de la muerte de Chávez.
Ad – No, la elección del 14 de abril, en que el Consejo Nacional Electoral (CNE) proclamó a Maduro por 1% de diferencia, nunca quedó clara. Nunca cumplieron ni el CNE ni el gobierno el compromiso de un recuento. El CNE es un ministerio de elecciones del gobierno, completamente parcializado, completamente al servicio del gobierno. Pero con todo y eso, con el CNE se […] el gobierno, con un ventajismo descarado del gobierno, sin observación internacional, nosotros tenemos fuerza hoy para, convocado el pueblo, ganar la elección. Y eso es lo que pedimos, que se convoque.
EC – Ustedes entienden que ahora cambia el escenario.
Ad – En Venezuela hay una crisis pavorosa, la inflación de este año va a ser de tres dígitos, hay una escasez total de alimentos, de medicinas, de repuestos, de llantas de automóviles… Venezuela tiene unos niveles de violencia inusitados, increíbles, tiene una acumulación de deuda. Todos los países petroleros, OPEP y no OPEP, en ese boom petrolero tan prolongado que tuvo el mundo acumularon gigantescos fondos, con los cuales las próximas generaciones tienen cubierta buena parte del futuro. Venezuela acumuló una gigantesca deuda.
EC – El chavismo sostiene que lo que hizo fue hacer políticas sociales.
Ad – No, lo que hizo fue un robo brutal y descarado, un derroche gigantesco. No hay infraestructura, no hay parque industrial, no hay ahorro nacional, hay deudas. El chavismo no tiene popularidad, no tiene dinero, no tiene quién le preste y tiene deudas por todos lados. Entonces lo que ha hecho es acorralar –porque quedan empresas privadas– lo poco que queda de libertad de expresión.
En Venezuela quedan muy pocos medios libres. El Nacional, que es un periódico de una gran tradición, reducido ya a una especie de hojita dominical de iglesia, con muy pocas páginas, está acorralado. Y ahora, porque publicó una información que daba cuenta de las acusaciones contra el presidente de la Asamblea Nacional que fue publicada en el mundo entero, por periódicos de España, de Estados Unidos, un juez, a petición del presidente de la Asamblea –que algunos dicen que es el segundo del régimen, otros dicen que es el número uno–, le dicta una medida. Y 22 personas vinculadas quedan libres pero no pueden salir del país, con lo cual las están condenando antes del juicio, porque el juicio no se hará y las personas quedan completamente restringidas en su libertad. Ese es el cuadro venezolano.
En ese cuadro venezolano, en medio de un inmenso blackout informativo, hay una resistencia de la gente, hay una fibra civil de la gente que es lo que mantiene la lucha del pueblo. Esa lucha necesita solidaridad de países hermanos como el Uruguay que pueden jugar un papel. Esa es nuestra expectativa.
EC – Por lo que usted venía señalando, el punto crítico es la fecha de las elecciones parlamentarias, que se fije la fecha cuanto antes. ¿Cuándo deberían ser esas elecciones, según ustedes?
Ad – Deberían ser en setiembre de este año, porque la Asamblea tiene que instalarse el año que viene. Deberían haber sido convocadas hace tiempo.
EC – Pero importa que esa fecha, supongamos setiembre, se dé a conocer ahora, cuanto antes. ¿Cuál es la relevancia de que el anuncio se haga a tiempo, que se haga con esa diferencia?
Ad – Hay que cumplir con cronogramas. Una cosa importantísima de la fecha es que se haga una elección con observación internacional, la primera condición de transparencia para esa elección es que se admita la presencia de una observación internacional calificada. No turismo electoral de esos grupos amigos financiados por el chavismo que van a avalar y a legitimar las irregularidades. No, una observación electoral que se haga con tiempo, que vea el proceso previo, que pueda denunciar los abusos del régimen, que haga valer los reclamos de la oposición para que la elección sea mínimamente limpia, mínimamente justa, mínimamente transparente. Sabemos que no va a ser una elección completamente equilibrada, pero es tal el rechazo al régimen que tenemos total confianza en que la oposición va a ganar en forma clara, categórica.
Otra cosa. ¿Por qué una fecha? Recuerdo un consejo que nos dio hace años el presidente Ailwyn a la oposición venezolana…
EC – El expresidente chileno Patricio Ailwyn.
Ad – “Tengan una fecha, porque una dictadura cuando tiene una fecha electoral es menos.” Y es verdad, porque con una fecha todos los reflectores de la región, los reflectores de los medios se van a centrar en Venezuela y en esa elección, y después de fijada la fecha, va a ser difícil que el gobierno pueda posponerla, pueda cambiarla. Además, fijada la fecha, esta crisis tan tremenda tiene una expectativa, una válvula de escape, porque el riesgo de que esto se desboque en una situación social explosiva es muy alto.
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EC – Agustín Berríos tiene 63 años, es economista, máster en Administración Pública por la Universidad de Harvard; es dirigente de la Mesa de la Unidad Democrática, asesor del alcalde de Caracas, Antonio Ledezma, que actualmente se encuentra en prisión domiciliaria.
En esta entrevista pregunto yo y también preguntan los oyentes. Por ejemplo, dice Marcelo de la Aguada: “No entiendo. El señor Berríos sostiene que en Venezuela hay dictadura, pero el gobierno fue elegido en elecciones. Además se está discutiendo incluso la fecha de una nueva elección, de comicios parlamentarios. Se está discutiendo la fecha, no su realización. ¿Cómo es esto?”.
AB – También Hitler fue elegido, y además hizo todo dentro de la ley. En Venezuela ha habido elecciones, la última ya la comentamos, hubo un resultado muy apretado, nunca se pudo escrutar, nunca se pudo revisar, como prometió Maduro, comprometió con la Unasur que iba a un recuento y no se realizó.
El gobierno está obligado a convocar la elección –porque está en la Constitución, eso es lo que estamos reclamando–, y se resiste, se resiste. Pero una democracia no es solo elecciones. Una democracia es separación de poderes, y no hay separación de poderes; una democracia es prensa libre, y no hay prensa libre; una democracia es respeto a los derechos humanos, y hay represión; una democracia es respeto a las regiones, a la descentralización, y el alcalde de Caracas, Antonio Ledezma, ganó la elección y a los tres meses esa asamblea unicameral que controla el régimen le quitó el 99% del presupuesto y prácticamente todas las funciones: los hospitales, la policía, los bomberos… Estos pertenecían a la alcaldía metropolitana, los sacó y los llamó Cuerpo de Bomberos Socialista, como si hubiera incendios socialistas e incendios capitalistas. Eso no es democracia.
EC – ¿Es dictadura? Es una democracia sin duda con problemas y con afectación seria de las garantías. ¿Se puede decir que es una dictadura?
AB – Cuando el gobierno dicta las leyes, cuando el gobierno dicta las sentencias, cuando el gobierno dicta las decisiones de todo el mundo, ¿qué es? La discusión no es académica, es política. En Venezuela, en medio de la mayor bonanza petrolera se produjo el mayor saqueo y el mayor empobrecimiento del país. Hace unos días vi un reportaje de El País de acá, que decía que están llegando a Uruguay –que queda tan lejos de Venezuela– 60 venezolanos mensualmente.
Venezuela era un país donde recibíamos gente, adonde iba gente de todas partes cuando había dictaduras, cuando había crisis. Venezuela era un país de inmigrantes, recibía gente del Caribe, de los países andinos, de Europa. Tenemos grandes comunidades de italianos, de portugueses que fueron allá huyendo de la guerra o de la crisis o del hambre y se arraigaron.
Ahora Venezuela es un país que exporta gente, que exporta talento. Se estima que en estos últimos años han salido de Venezuela –no hay estadísticas, no sabemos– un millón de venezolanos. Y ahora no está emigrando de Venezuela la clase media profesional ilustrada, están emigrando peluqueras, plomeros, albañiles, obreros calificados, porque se les cierra el futuro.
Y todo ese inmenso desastre es impune, porque no hay forma de que un tribunal independiente pueda investigar. Aparecen acusaciones contra el presidente de la Asamblea Nacional. ¿Quiénes hacen esas acusaciones? Una persona que fue escolta de Chávez, un militar chavista; una persona que fue ministro de Finanzas de Chávez y gobernador de Chávez del estado de Guaragua; una persona que fue juez militar, después fue llevada al Tribunal Supremo de Justicia y fue nombrada presidente de la Sala Penal y confiesa que recibió instrucciones para enjuiciar a opositores, que se va y se declara testigo protegido en Estados Unidos. Esos son los que declaran, gente de altísimo nivel, que ha tenido posiciones, militares o civiles, en el régimen. Pero esas acusaciones no se pueden investigar. ¿Qué hace la Asamblea Nacional cuando la oposición pide una investigación? Hace un pronunciamiento en defensa del presidente de la Asamblea Nacional. ¿Y qué hace el Tribunal Supremo de Justicia, que debería ser el garante de un juicio correcto? Se pronuncia anticipadamente en defensa del presidente de la Asamblea Nacional. ¿Eso es una democracia, donde no se puede investigar?
Hay persecución a los dirigentes de la oposición. El juicio a Leopoldo López…
EC – Hablemos de Leopoldo López. Ustedes demandan que se fije la fecha de las elecciones parlamentarias, sienten que la oposición tiene chances esta vez de imponerse, pero me interesa averiguar cómo está la oposición, cómo trabaja.
En los últimos días la vida política y social de Venezuela quedó muy marcada por la marcha convocada por Leopoldo López, que tuvo lugar el sábado y que no contó con el apoyo formal de la MUD. Sí estuvieron los principales dirigentes, pero a título personal. ¿Qué fue lo que pasó? ¿Por qué esa diferencia de criterios?
AB – Porque la oposición es plural, es muy diversa, no hay una dirección única, no hay un líder único. Los partidos han sido muy acorralados, muy perseguidos, la oposición lucha en unas condiciones muy precarias, de desventaja. Los acuerdos no son fáciles. La marcha fue convocada con 76 horas de anticipación, se hizo un esfuerzo para tratar de llegar a un punto común sobre la ruta, la fecha. Finalmente la Mesa dijo: no es convocada por la Mesa, pero por supuesto la gente va a ir….
EC – Pero mire cómo quedó planteada la diferencia. La esposa de Leopoldo López, Lilián Tintori, dijo que “el que no vaya a la manifestación no quiere fecha de parlamentarias, tampoco quiere la libertad de nuestros presos políticos, y menos quiere que se acabe la represión en el país”. La MUD sostuvo que la propuesta hecha por Leopoldo López había sido inconsulta y que por eso optó por acompañar, pero con un comunicado en el que marcaba una serie de discrepancias, hacía una serie de puntualizaciones a propósito de los procedimientos.
AB – Sí, claro, hubo una diferencia en la convocatoria. Pero esas diferencias las resolvió la gente, porque el gobierno aspiraba a que la marcha fuera flaca, raquítica, violenta y divisionista, y al final la marcha fue robusta –a pesar del blackout informativo; ningún medio informó que se hacía la marcha, informaron las diferencias–, pacífica, cívica y muy unitaria, porque ahí en la tarima estaban la esposa de Leopoldo, la esposa de Ceballlos, estuvo Capriles en una de las marchas del interior del país.
Fue profundamente unitaria porque el gran reclamo de la base opositora es la unidad. Y la unidad se logra con diferencias, porque la oposición es un movimiento muy plural, confluyen ahí gente de izquierda, gente de derecha, gente de centro, gente de partidos históricos, gente de partidos más nuevos como el partido de Leopoldo y el partido de María Corina. Esa es la oposición venezolana, muy plural, pero en lo sustantivo está unida. Está unida en la búsqueda de una salida democrática. Está unida en la comprensión de que después de esto tiene que haber en Venezuela un gobierno de unidad nacional, de reconciliación. Está unida en el compromiso de que Venezuela no saldrá de esto sino por un gran esfuerzo de unidad que tiene que incorporar al chavismo, que es un sector del país.
EC – Algunos medios y algunos analistas sostuvieron que esta convocatoria a la marcha realizada por Leopoldo López había sido un intento de él de marcar perfil y fijar la línea de la MUD de cara a las elecciones legislativas, para las cuales la oposición tiene que definir por consenso más de 100 candidatos. ¿Hay efectivamente una puja de liderazgos entre Leopoldo López por un lado y Henrique Capriles por otro?
AB – No, no, en Venezuela hay un liderazgo plural en la oposición, no hay un líder único. Capriles fue nuestro candidato, es una figura muy relevante. Leopoldo es una figura muy relevante, y además ha hecho un sacrificio inmenso, que es su propia libertad, en función de la recuperación de la libertad de Venezuela. Ledezma es un gran líder, con un gran prestigio, un gran unificador. María Corina es una gran líder. Es un liderazgo plural que se tiene que poner de acuerdo y se pone de acuerdo en lo sustantivo.
Leopoldo hizo eso. Hay que comprender sus condiciones, es un preso aislado; además de que está preso injustamente, lo envían a la celda de castigo a cada rato, lo incomunican. La otra vez cuando dio una entrevista por teléfono a un canal de televisión americano, en los minutos que tiene de llamadas telefónicas, lo castigaron horriblemente. Le han lanzado estiércol humano, más de una vez le han prohibido la visita familiar, la visita conyugal.
En esas condiciones convoca a una marcha. Claro que lo hizo sin consulta, pero ¿qué consultas puede hacer con todas esas limitaciones?
EC – Del comunicado de la MUD me llamó la atención que señala que las protestas “deben tener cauce democrático”. Quizás ese planteo remite a diferencias que existen dentro de la MUD que el año pasado se vieron con bastante claridad. Por ejemplo en cuanto a los métodos para sacar a Maduro del poder. El año pasado Capriles fue muy crítico con el llamado que habían hecho Leopoldo López, Corina Machado y Antonio Ledezma para manifestarse en las calles en aquello que se llamó “La Salida”. Capriles dijo en aquel momento: “Nuestra agenda es social… nosotros no creemos ni en salidas violentas ni en salidas por golpes de Estado”. Y siguió: “Yo no avalo golpes de Estado. Quien plantee una salida sin pasar por un proceso electoral que te explique de qué se trata”.
Aquella polémica interna dentro de la MUD, ¿no está latente todavía?
AB – Hubo esa polémica, que se expresó en dos lecturas de la situación venezolana. Una lectura que decía “esperemos las elecciones”, y otra lectura, que es la que tenían Ledezma, María Corina, Leopoldo, que decía: para que haya elecciones tenemos que hacer una gran presión de la calle, porque el gobierno está cerrando medios, porque el gobierno está encarcelando dirigentes, porque el gobierno está quitándoles el fuero a los diputados, porque el gobierno a los alcaldes de la oposición les quita los recursos, les quita las competencias. Entonces no podemos decirle a la gente “esperen, que dentro de un tiempo habrá elecciones”. La única manera de que haya elecciones y de que las elecciones cuenten es que la gente vaya a votar. Porque la gente tiene muchas dudas del Consejo Nacional Electoral, porque es un instrumento parcializado del gobierno. La única manera es que la gente nos vea luchando. Además, decíamos, la situación se está agravando peligrosamente. El año pasado Venezuela tuvo una inflación gigantesca, de 76, 77%, reconocida. La crisis se va a agravar. Vamos a protestar para obligar al gobierno a la elección y a la rectificación.
Hubo esas dos lecturas, por eso hubo unos que básicamente pusimos el énfasis en la lucha de calle, que no descarta nunca la elección, sino que es una manera de presionar por la elección, y hubo otros que no es que condenaron la calle, pero no le dieron la prioridad que nosotros le dimos.
EC – Dicen quienes conocen el tablero interno de Venezuela que detrás de aquella posición de Capriles tan firme en contra de “La Salida” había el temor a un golpe de Estado, a que al plantearse la cosa en esos términos terminara habiendo, de adentro de las Fuerzas Armadas, un golpe de Estado. El fantasma del golpe de Estado está sobrevolando en Venezuela todo el tiempo. Lo maneja el oficialismo, diciendo que ustedes, los dirigentes de la oposición, están planeando un golpe, incluso que tienen el apoyo de Estados Unidos. Y lo manejan algunos dirigentes de la oposición, que entienden que los militares chavistas podrían llegar a tomar el poder. ¿Entonces?
AB – Los golpes en Venezuela los ha dado el chavismo. El chavismo controla los militares, los golpes los dan los militares. La oposición ha dado una lucha de 16 años desde la calle, ha sido reprimida por los militares, el gobierno está tomado por militares (los ministerios, los institutos autónomos, las gobernaciones). En Venezuela hay un riesgo: hoy por hoy las acusaciones a militares vinculados al narcotráfico son peligrosas, esos militares saben que ese es un delito condenado internacionalmente, que la mano de la justicia te alcanza en cualquier parte. Ese es un riesgo.
Lo que decíamos nosotros cuando convocamos las protestas era: tenemos que salir a la calle. Porque además es lo que te va quedando. Este año los tiempos y la crisis juntaron los dos planos, la lucha de la calle y la lucha por el voto. Entonces una consigna que inventó Ledezma después de la elección de alcaldes y gobernadores era “voto y calle”. El tiempo y la crisis juntaron las dos estrategias, y eso es el reclamo. La huelga de hambre de Leopoldo y Ceballlos tiene como primer reclamo el reclamo de la MUD: fijen la fecha, en eso estamos absolutamente todos contestes. Pero fijada la fecha tenemos que movilizarnos, porque el régimen está avanzando en cerrar las rendijas, los resquicios de libertad que quedan. Entonces lo que te queda es la calle y la presión internacional, esos dos planos son muy muy importantes.
***
EC – ¿Cómo son las gestiones acá en Uruguay? ¿Con quiénes están teniendo contactos? ¿Qué pasa en particular a nivel del gobierno?
AB – Hemos hablado con todo el arco opositor, ahí hay un amplísimo respaldo a la lucha democrática venezolana. Hay estos gestos del gobierno que son muy importantes, que valoramos, que queremos estimular y que pueden llevar a que Uruguay, en particular el presidente Tabaré y su canciller, juegue un papel muy decisivo en la solución de la crisis venezolana, lo cual sería un gran aporte a la causa democrática latinoamericana. Hemos hecho contactos con funcionarios de la Cancillería y tenemos otros pendientes.
EC – ¿Ustedes pretenden una reunión con el ministro Nin Novoa o con el presidente de la República?
AB – Pretendemos que el mensaje que traemos llegue al más alto nivel. Pero queremos ser discretos, porque al fin y al cabo lo que nos importa de esto es la gestión, no una fotografía, no una declaración pública nuestra con un alto funcionario del gobierno o una declaración inmediatamente después de nuestra visita. Queremos hacerles llegar, de la forma más directa posible, la valoración que tenemos de esta posición del gobierno y la lectura que tenemos de que el gobierno de Uruguay puede tener un rol determinante en la liberación de los presos políticos, en la fijación de la fecha y en la presencia de una observación internacional calificada en la elección venezolana. Pensamos que el gobierno uruguayo está leyendo correctamente la situación venezolana, y eso hay que estimularlo; que tiene una autoridad moral, que tiene una credibilidad, que tiene un papel que puede cumplir. Y esperamos que lo cumpla.
Transcripción: María Lila Ltaif