
EC – En esto de apoyar, de fortalecer el transporte en bicicleta, ustedes proponen la “redefinición de plazas de estacionamiento en la vía pública en aras de recuperar espacios para la creación de ciclovías y sendas de prioridad peatonal”. ¿Cómo se haría esa redefinición? Porque hoy hay un problema en cuanto a lugares para estacionamiento de autos, faltan estacionamientos de autos, y ustedes de hecho están sugiriendo sacrificar una parte de esos lugares para destinarlos a estacionamiento de bicicletas. Ahí hay un conflicto en el compromiso.
VC – Es que faltan, y si seguimos aumentando exponencialmente la cantidad de automóviles en la ciudad van a faltar siempre, no va a haber forma de sostener ese incremento de autos en la ciudad. Por lo tanto promovemos generar condiciones adecuadas para que podamos movernos en condiciones dignas en otros medios para ir desestimulando el crecimiento del parque automotor. Eso quiere decir un sistema de ómnibus realmente digno, que brinde un viaje digno y que se interconecte con los otros sistemas.
En ese sentido venimos pensando en cómo generamos una ciudad disfrutable para todos los montevideanos y montevideanas. Que sea disfrutable quiere decir que no solo importe dónde estoy y adónde voy, sino cómo voy en el medio, cómo viajo en ese trayecto. Entonces generar circuitos verdes para los peatones y, según las áreas, pensar incluso en veredas saludables, en recuperar la calle, recuperar la vereda, que es de todos y todas y no es solamente propiedad del auto.
EC – Ahí hay un déficit: el estado de las veredas de Montevideo es un problema. Y curiosamente no es la Intendencia en sí que tiene que hacer las obras, la obligación de mantener las veredas en buenas condiciones le corresponde al propietario del inmueble frente a esa vereda. ¿Qué piensan hacer en esa materia?
VC – Es un tema que nos preocupa bastante. Por un lado, al pensar que son propiedad de los vecinos llegamos a un punto que parece que no fueran de nadie y nadie se hace cargo, entonces cada vez se deterioran más. Tenemos que buscar las estrategias para ir avanzando en invertir en una mejora de las veredas. He escuchado que otros compañeros del FA también lo han impulsado…
EC – Sí, pero da la impresión de que hay un freno, una resistencia de la autoridad a exigirle al propietario de la vivienda o del edificio que haga la vereda. Sobre todo, supongo, en los barrios de clase baja o de clase media, ahí da la impresión de que cuesta ejercer la autoridad.
VC – Creo que no va por ahí. Para empezar, en los barrios más pobres no hay veredas, o sea que tenemos una problemática mucho más compleja. La mayoría de las veredas como tales están en las zonas de mayor poder adquisitivo. Es un tema de control, es muy difícil controlar eso, de repente podemos pensar en alguna forma de trabajo conjunto entre los vecinos y la Intendencia para la reparación. Estamos convencidos de que la Intendencia tiene que jugar un rol más fuerte en este tema y de que tenemos que poder invertir en la mejora de veredas pensando en conjunto con los vecinos y vecinas.
Pero es una problemática compleja y se están haciendo muchas cosas. En Casavalle se está haciendo todo el plan de recuperación y de integración, llevando infraestructura, llevando ciudad, se están construyendo veredas, porque no las había. La mayor parte de Montevideo tiene estas problemáticas todavía, fruto de políticas neoliberales, de que se construía ciudad solo hacia el sureste y el resto quedaba en el olvido. Entonces en ese sentido venimos dando pasos importantes.









