Producción: Alejandro Rodríguez Dopico
Hoy es el penúltimo día del gobierno del presidente Tabaré Vázquez.
Ya se despidió de los funcionarios de la Torre Ejecutiva y el lunes de la semana pasada reunió por última vez a su gabinete.
Esta mañana, a las 9.00, le tributarán un homenaje los funcionarios de la Asociación Española, donde Vázquez hizo carrera y llegó a posiciones de responsabilidad en su profesión de médico, oncólogo y radiólogo. Y una hora después hará otro tanto el Casmu (Centro de Asistencia del Sindicato Médico del Uruguay).
En la tarde, sobre las 18.30, Vázquez se trasladará hasta la Plaza Lafone, en La Teja, su barrio de la niñez y uno de los bastiones de la izquierda en Montevideo, para participar del acto de reconocimiento a sus dos administraciones que vienen organizando el Frente Amplio, autoridades de su administración, sindicatos y organizaciones sociales.
De su agenda del día de mañana sabemos muy poco. Lo que se ha difundido es que al atardecer volverá a la Torre Ejecutiva, donde recibirá al rey de España, Felipe VI, quien arriba para tomar parte de los actos de transmisión de mando.
Y después, sobre las 18.45, en las horas finales de su segunda Presidencia, cruzará a la Plaza Independencia, donde encabezará la ceremonia tradicional de arriado del pabellón nacional. Como es habitual en estas ocasiones, el presidente que se va recibirá esa bandera uruguaya de integrantes del Regimiento de Blandengues.
Camino a 2005
Vázquez tiene ya más de 30 años de trayectoria como dirigente, expuesto a la opinión pública. Así que sabemos mucho sobre su vida: la personal, la profesional y la política. Para la campaña de 2004, que lo llevó a la Presidencia de la República por primera vez, el grabó un video de cinco minutos en el que, justamente, contaba su propia historia.
Sobre el final de aquel spot Vázquez definía cómo concebía la política y lo que significaba para él un gobierno progresista…
En aquellas elecciones del 31 de octubre de 2004, la fórmula Vázquez – Nin novoa se impuso ante el nacionalista Jorge Larrañaga y el colorado Guillermo Stirling.
La izquierda triunfó por primera vez en las urnas, quebrando la larga hegemonía de los partidos Colorado y Nacional, pero además el Frente Amplio accedió al gobierno sin necesidad de un balotage, y Tabaré Vázquez obtuvo mayoría parlamentaria propia.
Esa noche, frente a la Plaza Fabini, en el balcón del Hotel Presidente, que ofició de comando de campaña, se escucharon aquellas recordadas palabras: "¡Festejen, uruguayos, festejen!"
El 1° de marzo de 2005, Vázquez asumió la Presidencia de la República y Rodolfo Nin Novoa, el cargo de vicepresidente.
José Mujica, entonces primer senador de la lista más votada del Frente Amplio, había asumido quince días antes su banca, y por tanto fue el encargado de tomarle el juramento a su compañero.
A continuación, dirigiéndose a la Asamblea General, Vázquez pronunció la promesa de fidelidad constitucional.
"Yo, Tabaré Vázquez Rosas, me comprometo a desempeñar lealmente el cargo que se me ha confiado, y a guardar y defender la Constitución de la República, y juro trabajar incansablemente por la felicidad del pueblo uruguayo".
Luego ofreció un discurso potente que no pasó desapercibido. Dijo que sería la primera vez que juraría como presidente y seguramente la única, llamó a tender puentes entre todos los partidos políticos y, además, invitó a construir un Uruguay que recuperara “su capacidad de soñar y hacer sus sueños realidad”.
En uno de los palcos del recinto parlamentario lo observaba toda su familia. En la sala también se encontraban los presidentes de la época en la región, entre ellos Lula Da Silva, Néstor Kirchner y Hugo Chávez.
Los invito desde mis sentimientos, mis convicciones y mis responsabilidades a trabajar juntos en la construcción de un Uruguay donde nacer no sea un problema, donde ser joven no sea sospechoso, donde envejecer no sea una condena. Un Uruguay donde la alimentación, la educación, la salud y el trabajo decente sean derecho de todos, y todos los días. Un Uruguay confiado en sí mismo…"
Para 2014
En las elecciones de 2014, mientras José Mujica recorría los meses finales de su Presidencia, el Frente Amplio logró conservar la mayoría parlamentaria en la primera vuelta de octubre. Y un mes después, en el balotage, Vázquez se impuso a Luis Lacalle Pou.
Aquella noche, en un estrado montado en la avenida 18 de Julio, agradeció en nombre propio y en nombre del vicepresidente electo, Raúl Sendic.
Gracias por los que nos han dado esta oportunidad a Raúl y a mí, para que nos ocupemos la Presidencia y vicepresidencia de la República, y pueden estar seguros que no los vamos a defraudar. Pondremos al máximo nuestro esfuerzo, la inteligencia que podamos tener, nuestro deseo de trabajar, de mejorar, de avanzar, y de cumplir hasta el último punto y hasta la última coma con el programa de nuestra fuerza política…"
El 1º de marzo de 2015, ante la Asamblea General, Vázquez volvió a pronunciar la promesa de fidelidad constitucional.
En esa ocasión, la sesión era presidida por Lucía Topolansky, la primera senadora de la lista más votada del Frente Amplio, que había sido el lema más votado.
“La vida me da una segunda oportunidad”, manifestó.
Por ese entonces, Uruguay y el resto del planeta se encontraban aún sacudidos por el impacto de los ataques terroristas ocurridos en Francia. Estaban frescos el atentado contra el semanario francés Charlie Hebdo, perpetrado por dos jóvenes que pertenecían a la organización terrorista Al-Qaeda, y las acciones que Boko Haram se había adjudicado en Nigeria…
Hace exactamente diez años, desde este mismo lugar, me dirigí a la Asamblea General del Poder Legislativo, en ocasión de asumir la Presidencia de la República. Hoy, la vida me da una segunda oportunidad.
Ha pasado el tiempo y obviamente, muchas cosas ocurrieron en el Uruguay y en el mundo: algunas buenas, algunas malas, y otras sencillamente horribles. Es así que pocas veces en su historia la humanidad se vio tan sacudida, tan golpeada, tan abrumada como en estos tiempos. La violencia, el miedo, el terror y la intolerancia campean en distintas regiones de nuestro planeta.
Hoy llega al final la última semana de su gestión. Mañana recorrerá sus últimas 24 horas en el cargo. El domingo, sobre las 16.10, llegará a la Plaza Independencia para el acto de traspaso del mando. Estará acompañado de los ministros de su gabinete, que han sido invitados especialmente a la ceremonia. A las 16.30 le colocará la banda presidencial a su sucesor, Luis Lacalle Pou.
¿Y después?
El papel que tendrá Vázquez a partir del 2 de marzo no está claro. Descartó la idea, que se había manejado informalmente, de que asumiera como Presidente de la fuerza política. No se siente en condiciones de encarar una tarea como esa, por razones de edad (tiene 80 años recién cumplidos) y porque todavía debe terminar de recuperarse del cáncer de pulmón que se le detectó el año pasado y por el cual se sometió a un tratamiento riguroso de radioterapia que dio buenos resultados.
De todos modos, dejó en claro que será “un militante” frenteamplista, y que, como tal, no se quedará en su casa. Y dejó a más de uno intrigado cuando comentó que, una vez que se encuentre en el llano, se sentirá libre de hablar de algunas cosas que hoy prefiere guardar en reserva.
En el plano íntimo, luego del fallecimiento sorpresivo de su esposa, María Auxiliadora, en julio del año pasado, Vázquez se concentrará en su familia, sus hijos y sus nietos, y tendrá más tiempo para sus amigos, esos con los que cada tanto se va varios días al interior, al borde de un río, a acampar, pescar y pensar.
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Foto: Tabaré Vázquez durante la ceremonia de traspaso de la banda presidencial en Plaza Independencia de Montevideo, marzo 2015. Crédito: Javier Calvelo /adhocFotos