
En la Cámara de Diputados culminó poco después de las siete de esta mañana la interpelación al ministro de Ambiente, Edgardo Ortuño, por la decisión del gobierno de descartar el proyecto Neptuno, que había sido impulsado por la administración pasada, y avanzar en un nuevo paquete de obras para reforzar el suministro de agua potable en el área metropolitana. Conversamos En Perspectiva con Joaquín Garlo, diputado del Frente Amplio

Luego de 21 horas de debate, la moción que logró la mayoría fue la de Cabildo Abierto con los votos del Frente Amplio. Si bien el texto no manifiesta una satisfacción expresa con las explicaciones del ministro, dice que “habiendo pasado ya interpelaciones a distintos ministros en distintos gobiernos, citaciones a comisiones legislativas, intercambios con fuerzas vivas”, se entiende “prioritario avanzar a la acción y construcción de las soluciones”.
“Compartimos la visión de la fuente de agua inagotable, apoyamos en el pasado en instancias presupuestales la compra del campo para la construcción de la represa de Casupá como obra complementaria”, añade el texto.
Antes había fracasado la moción presentada por el Frente Amplio, que declaraba satisfactorias las explicaciones del ministro, y también la de Identidad Soberana que contó con el respaldo de los partidos Nacional y Colorado, que declaraba insatisfactorias las explicaciones del jerarca.
Recordemos: después de 90 días de negociación con el consorcio Aguas de Montevideo, el Ejecutivo optó por un rediseño: una segunda planta en Aguas Corrientes, otra más chica en el Solís Chico con reserva de agua bruta, el refuerzo de líneas de bombeo de OSE y, en paralelo aunque por fuera de ese contrato, una represa en el arroyo Casupá. Según Presidencia, este esquema asegura el abastecimiento hasta 2045 y supone un ahorro frente al proyecto original.









