Agro

La Mesa Agropecuaria
¿Puede ser el agro quien lidere la reactivación de la economía?

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GV —Yo prefiero rescatar lo positivo. Como quedó redactado contempla la posición que plantea Andrés, que si se da esa situación está tres meses en prisión, que va a ser sin cárcel, y cuando se dan los agravantes, que creo que es lo más importante, cuando se actúa no para comer sino con malicia, no hay opción, va a la cárcel mínimo dos años. El otro punto que creo que es importantísimo desde el punto de vista cultural es que castiga a quien recibe la mercadería, que antes no estaba contemplado; ahí es donde tiene que preocuparle a la gente sobre todo del interior. Hay mucha gente que se alimenta de milanesas, hamburguesas compradas en comercios no habilitados que provienen animales del abigeato faenados en condiciones sanitarias absolutamente contrarias a lo que se debe hacer.

PC —En el material que nos mandó la producción hay un comentario del diputado José Mahía que dice: “este proyecto le habría encantado al señor [Domingo] Ordeñana”. Ordeñana fue el fundador de la Asociación Rural en el siglo XIX, que debe ser el facho padrón en estos tiempos y debería estar en París con la medida del metro y todo eso. Habría que ponerlo, porque me parece que cuando dijo Ordeñana quiso decir facho. Así que algo hay, todavía quedan algunos relictos.

Pero me parece que las objeciones del Partido Colorado fueron que el que roba una gallina no es lo mismo que el que roba ganado, y eso está contemplado por otra vía.

Creo que se perdió una oportunidad de meter al operador del Sistema Nacional de Identificación Ganadera (SNIG), que es una especie de escribano, es la persona autorizada que en cada movimiento de ganado da fe, lee, manda, y que tiene una función –si bien la caravana no da propiedad– muy importante y podría ser donde suene la alarma. Así como los escribanos están penados de hacer ciertas cosas, yo habría puesto al operador del SNIG en este paquete.

GV —Pero es un agravante quien adultere…

PC —No está previsto como agravante, como un renglón de los agravantes no está. O capaz que está sugerido y yo no lo veo.

GV —Capaz que se me perdió, pero para mí está metido.

PC —Te diría que no.

AB —Está la instancia del Senado todavía.

PC —Bien, acá tenemos además al senador en ejercicio, porque no es el titular pero está en ejercicio. Lo otro es una cosa de la vida, que uno llega a una zona nueva en el campo y le dicen: “A este arroyo no te tires porque no da paso en cuatro días. Y ahí tenés a Fulano y a Mengano que son bravísimos, guarda porque esta gente…”. Los conocemos, podemos hacer un mapa más preciso que de suelos con respecto a los que lo van a robar. Entonces me parece que, más allá de que tenemos una ley, tiene que haber un cambio en la estrategia de arrimarse al problema del abigeato. Así como cuando sospechan que alguien no va a dar la vacuna lo intervienen y va el veterinario a vacunar, porque no le creen, los animales de los que roban –si quieren les pasamos la lista en privado– tienen por lo menos que tener todos hecho el ADN, cada movimiento tiene que ser distinto, el operador tiene que mandarlo al ministerio. Me parece que además de la ley –ya no es cosa de los parlamentarios–, el que la ponga en práctica tiene mucho que hacer.

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