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200 años de la muerte de Napoleón: Macron pidió asumir su legado sin ocultar sus sombras

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Imagen: El emperador Napoleón en su estudio de las Tullerías, de Jacques-Louis David. 1812.

En Francia, el presidente Emmanuel Macron conmemoró el miércoles el bicentenario de la muerte de Napoleón Bonaparte, un aniversario que reaviva las polémicas en torno a esta figura compleja e ineludible en la historia de ese país.

Macron depositó una corona de flores a los pies de su tumba, bajo la majestuosa cúpula de los Inválidos de París. Antes, el jefe del Estado pronunció un discurso en el que pidió "mirar de frente" a ese "ser complejo" que fue Napoleón.

Respondiendo a quienes, sobre todo en la izquierda, cuestionaron la decisión de conmemorar a Napoleón, Macron llamó a no "ceder" a "la tentación del juicio anacrónico, que consistiría en juzgar el pasado con las leyes del presente". Francia es "un país de largo recorrido" que "avanza sin borrar, sin negar ni renegar, sino reinterpretando constantemente, reconociendo, buscando comprender", dijo.

El presidente francés recordó los aportes de Napoleón en temas como la administración del Estado, y la introducción de los códigos penal y civil. Sin embargo, no eludió otros asuntos espinosos y acusó a Napoleón de haber "traicionado el espíritu de la Ilustración" al restablecer la esclavitud en las colonias francesas en el año 1802.

Macron rompió así con la distancia que sus predecesores habían guardado con esta figura: ni Jacques Chirac ni François Hollande participaron en las efemérides de Napoleón durante sus períodos al frente del Palacio del Elíseo.

La Tertulia de los Viernes con Alejandro Abal, Juan Grompone, Marcia Collazo y Gonzalo Pérez del Castillo.

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