
La Tertulia de los Viernes con Alejandro Abal, Marcia Collazo, Víctor Ganón y Juan Grompone
El miércoles pasado, 24 de setiembre, se cumplieron doscientos años de un episodio clave de la historia nacional: la Batalla del Rincón.
Ese enfrentamiento, que formó parte de la Guerra de Independencia contra el Imperio del Brasil, ocurrió apenas semanas después de la proclamación de las Leyes Fundamentales del 25 de Agosto de 1825.
En ese escenario, el general Fructuoso Rivera, con apenas 250 hombres, se atrevió a una arriesgada operación: atacar a las fuerzas imperiales que custodiaban miles de caballos en el Rincón de Haedo, entre el río Negro y el río Uruguay. Lo que comenzó como un golpe logístico para hacerse de caballada terminó en una victoria militar resonante: más de un centenar de bajas enemigas y cientos de prisioneros.
Esta batalla marcó la primera gran derrota de las tropas brasileñas y allanó el camino hacia Sarandí. Fue, además, una gesta que consolidó la figura de Rivera como estratega y reafirmó la viabilidad de la cruzada emancipadora iniciada por los Treinta y Tres Orientales.










