Europa fue escenario de seis atentados en tan sólo doce días, desde el 14 de julio, cuando un francés de origen tunecino arrolló con un camión a una multitud en Niza, matando a 84 personas.
El último ocurrió en Francia el miércoles pasado por la mañana cuando dos hombres armados entraron en una parroquia de la región de Normandía, tomaron como rehenes a cinco personas y degollaron a un sacerdote. Pero además, Alemania sufrió cuatro atentados entre el 18 y el 24 de julio en los que murieron diez personas.
En la mayoría de los casos, los atacantes eran extranjeros llegados a Europa como refugiados, lo que reanimó los reclamos por políticas más duras para limitar la entrada de inmigrantes.
En Francia el líder Los Republicanos, Nicolás Sarkozy, pidió medidas más firmes contra el terrorismo al Gobierno de François Hollande, entre ellas algunas propuestas por él que prevén la expulsión de todos los extranjeros sospechosos de terrorismo o su internación en “centros de retención”.
En Alemania la canciller Angela Merkel, defendió ayer su política de apertura migratoria ante las críticas de la derecha que la responsabilizaron por los ataques. De todas formas, Merkel anunció la eliminación de todos los obstáculos jurídicos que dificultaban la expulsión de los solicitantes de asilo que han sido rechazados.
Este fue uno de los temas tratados en La Mesa de los Viernes con Mauricio Rosencof, Juan Grompone, Hebert Gatto y Fernando Scrigna.
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