El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, comenzó ayer a implementar su programa de gobierno que apunta a “liberar al país del socialismo”, “el gigantismo estatal” y lo “políticamente correcto”, según dijo el martes durante la ceremonia de asunción.
En su primera medida como presidente, Bolsonaro decretó subir el salario mínimo a 998 reales (262 dólares), levemente por debajo de los 1.006 reales proyectados por el gobierno del presidente saliente Michel Temer.
Además, el nuevo gobierno decidió entregar la tares de demarcación de las tierras indígenas al Ministerio de Agricultura. Según la oposición, esa cartera es representante de los intereses del agronegocio y los hacendados, uno de los principales aliados del presidente de ultraderecha.
Bolsonaro también emitió una ordenanza, que excluye a la población LGBT como beneficiaria de las políticas destinadas a la promoción de derechos humanos del recién creado Ministerio de la Mujer, de la Familia y de los Derechos Humanos.
En materia internacional anunció un mayor acercamiento hacia Estados Unidos luego de reunirse con el secretario de Estado estadounidense Mike Pompeo.
Previamente, el nuevo canciller, Ernesto Araújo, explicó tras reunirse con Pompeo, que las dos mayores economías del hemisferio trabajan "por un orden internacional diferente".
(Audio Araújo)
Nuestra política externa se está alineando con el pueblo brasilero. Y el reflejo de eso es que nos vamos a aproximar a los grandes países, y también los pequeños que comulguen con nuestros ideales.
(Fin audio)
La Mesa de los Jueves con Nerena Bárcena, Victoria Vera, Juan Fernández, Melisa Feiría.
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