¿Qué impacto tuvo en la imagen del Ejército y las Fuerzas Armadas la divulgación de las actuaciones del tribunal de honor que juzgó las conductas del teniente coronel retirado José “Nino” Gavazzo y el coronel retirado Jorge “Pajarito” Silveira?
Según lo que reveló el diario El Observador a partir de las actas del tribunal de honor, Gavazzo confesó en ese ámbito que fue el responsable de haber hecho desaparecer el cuerpo del del militante tupamaro Roberto Gomensoro, que murió torturado en una dependencia del Ejército en marzo de 1973; Silveira, en tanto, acusó a Gavazzo de haber sido el asesino de Gomensoro. El tribunal los sancionó porque dañaron el honor del cuerpo de oficiales, pero no por su participación en esos hechos, sino por haber permitido que otro colega, el coronel Juan Gómez, estuviera preso tres años por esta causa, sabiendo que era inocente.
El viernes, en una entrevista con el diario El País el politólogo Óscar Bottinellli opinó que en el fallo hubo una “inversión de valores” y hubo además una actitud “corporativista”. “Los generales que participaron en los tribunales piensan que la defensa corporativa es lo más importante. Esa es una inversión de los valores, es entender que deben protegerse las cosas que se hagan, aunque sean delictivas. Una parte de la oficialidad superior debe comprender que no es aceptable para la sociedad que consideren que la tortura y la muerte no afectan al honor militar”, dijo Bottinelli.
La Mesa de los Lunes con Christian Mirza, Adriana Marrero, Pablo Carrasco y Carina Novarese.
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