"No creo que tenga rehabilitación. Lo único que pido es que lo dejen encerrado. Pido por favor que no lo suelten porque es un peligro". Esas palabras fueron dichas por Ana, la hermana de Williams Pintos, el hombre acusado por el asesinato de Brissa González, la niña de 12 años que desapareció el lunes 20 en el barrio Villa Española cuando iba caminando a la escuela, y cuyo cuerpo fue encontrado -con signos de abuso sexual- el pasado jueves en el balneario Las Vegas, en Canelones.
"La primera vez que cayó por atentado violento al pudor estuvo en el Hospital Vilardebó. Salió. Pedí que por favor no lo sacaran porque había que hacerle un tratamiento. Volvió a caer y del Vilardebó lo pasaron al Comcar", contó Ana.
A la hora de trazar un perfil de su hermano, Ana cree que no tiene recuperación. "No sé si es un psicópata, esto habría que haberlo estudiado mucho más. Yo pedí que no lo sacaran, [pero] lo largaron a la calle. Ahora tenemos esta consecuencia, mató a una niña llena de vida", dijo.
Williams Pintos cumple actualmente prisión preventiva de seis meses dispuesta por la justicia, a la espera de la audiencia condenatoria. En ese plazo la Fiscalía debe demostrar que el acusado (que se declara inocente) es el verdadero asesino, y lograr que se lo sentencie por el delito de homicidio muy especialmente agravado.
La muerte de Brissa ocurrió poco después de la violación seguida de homicidio de Valentina Walter, una niña riverense de nueve años que fue hallada sin vida tres días después de que su madre denunciara su desaparición.
En el sistema político las reacciones fueron varias. Entre las ideas más categóricas se encuentra la del senador Jorge Larrañaga, que propuso "discutir y analizar" la aplicación de la cadena perpetua para este tipo de delitos.
¿Cómo se debe penar a estos criminales? ¿Son “recuperables"?
La Mesa de los Lunes con Hoenir Sarthou, Gabriel Mazzarovich, Daniel Supervielle y Pablo Carrasco.
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