
La Mesa Internacional con Gustavo Calvo y Leo Harari.
Este lunes terminó en Brasil la decimoséptima cumbre de los BRICS, el bloque de países emergentes que busca posicionarse como contrapeso al poder de Estados Unidos y Europa.

El grupo, que originalmente integraban Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, reúne hoy a 12 países que, en conjunto, representan cerca del 40 % del PBI mundial y casi la mitad de la población del planeta. De esta forma, se consolida como un actor central en la geopolítica del siglo XXI.
La reunión, celebrada en Río de Janeiro, estuvo rodeada por fuertes tensiones internacionales, ausencias notorias —no asistieron ni el presidente de Rusia, Vladímir Putin, ni el de China, Xi Jinping— y una agenda que combinó debates estructurales con crisis urgentes.
Brasil, país anfitrión, promovió una hoja de ruta centrada en la reforma del sistema multilateral, el financiamiento climático, la gobernanza de la inteligencia artificial y la paz global.
La declaración final condenó los ataques a Irán y a Gaza, pidió cambios en el Consejo de Seguridad de la ONU y cuestionó los aranceles unilaterales impulsados por Estados Unidos, aunque sin mencionar directamente a Donald Trump.
En una declaración a los medios de comunicación, al cierre de la cumbre, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva presentó a los BRICS como herederos del movimiento de países no alineados y llamó a evitar el “colapso del multilateralismo”.
“El multilateralismo es algo que ha funcionado. Quieren destruirlo. Así que tenemos que darnos cuenta de que el mundo tiene que cambiar. Hoy vivimos posiblemente el mayor período de conflicto entre países desde la Segunda Guerra Mundial. La guerra hace estragos en todas partes. Y lo más grave es que el Consejo de Seguridad de la ONU, que debería ser el paradigma para intentar evitar que se produzcan estas guerras, es el promotor”, afirmó el mandatario brasileño.
Entre los oradores también estuvo el presidente uruguayo, Yamandú Orsi, que asistió invitado por el propio Lula, quien lo definió como “la última obra de Pepe Mujica”. Orsi agradeció públicamente el gesto y remarcó la necesidad de preservar un orden internacional basado en reglas, en un mundo crecientemente interdependiente.
¿Qué refleja esta cumbre sobre el lugar que ocuparán los BRICS en el nuevo tablero global? ¿Cuánto margen tienen para construir una agenda común frente a las potencias occidentales? ¿Y qué significa para Uruguay haber sido uno de los pocos países invitados?
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