
La Tertulia de los Lunes con
Miguel Brechner, Pablo Díaz,
Victoria Pasquet y Lucía Zapata

La cumbre de jefes de Estado del Mercosur, realizada el sábado en Foz de Iguazú, Brasil, tuvo como hecho central la postergación de la firma del acuerdo de asociación entre el bloque regional y la Unión Europea, que estaba prevista para concretarse en ese ámbito. Se trataba de uno de los hitos más esperados del encuentro y su postergación terminó marcando el tono general de la cumbre.
La firma no fue posible por la falta de consenso político dentro de la Unión Europea, en particular por las reticencias de países como Francia e Italia, presionados por sus sectores agropecuarios.
Los países del Mercosur expresaron su “decepción” por el desenlace, aunque dejaron claro que el acuerdo sigue vigente y que el proceso continúa abierto. En ese sentido, manifestaron su expectativa de que el bloque europeo complete sus trámites internos para poder avanzar en una nueva fecha para la rúbrica.
Por otro lado, el encuentro también dejó en evidencia diferencias de enfoque, sobre todo entre los gobiernos de Brasil y Argentina, sobre la situación de Venezuela.
El presidente brasileño, Luiz Ignácio Lula da Silva, advirtió sobre los riesgos de una eventual intervención externa en Venezuela, en un contexto de mayor tensión regional tras el despliegue de fuerzas estadounidenses en el Mar Caribe.
“Más de cuatro décadas después de la guerra de las Malvinas, el continente sudamericano vuelve a verse amenazado por la presencia militar de una potencia extrarregional. Se están poniendo a prueba los límites del derecho internacional. Una intervención armada en Venezuela sería una catástrofe humanitaria para el hemisferio y un peligroso precedente para el mundo”.
En contraste, el presidente argentino, Javier Milei, expresó su respaldo a la presión internacional sobre el gobierno de Nicolás Maduro. Afirmó que ya no hay margen para posiciones moderadas frente al régimen venezolano y llamó a una condena explícita por parte de la región, marcando una diferencia clara con la postura del gobierno brasileño.
“Este peligro y esta vergüenza no pueden seguir existiendo en el continente o nos terminará arrastrando a todos consigo. La Argentina saluda la presión de los Estados Unidos y Donald Trump para liberar al pueblo venezolano. El tiempo de tener un acercamiento tímido en esta materia se ha agotado. Instamos además a todos los demás integrantes del bloque a secundar esta posición y condenar tajantemente este experimento autoritario”
Debido a estas divergencias, el tema quedó fuera de la declaración final del Mercosur. No obstante, en un comunicado aparte, Argentina, Paraguay, Bolivia y Panamá —este último como Estado asociado— reclamaron el restablecimiento del orden democrático “por medios pacíficos”, manifestaron su preocupación por la crisis humanitaria y migratoria, y exhortaron a las autoridades venezolanas a respetar los derechos humanos, liberar a las personas detenidas arbitrariamente y garantizar el debido proceso legal.
Uruguay no adhirió a esta declaración y eso tuvo su repercusión a nivel interno.
El ex ministro de Relaciones Exteriores Omar Paganini expresó en redes sociales: “Francamente no se comprende por qué Uruguay no firma esta declaración sobre Venezuela. ¿Siguen con la idea de ser neutrales entre el pueblo y la dictadura? “, se preguntó. Su mensaje fue “reposteado” por el expresidente Luis Lacalle Pou.
La postura del gobierno, señalaron fuentes oficiales a El País, está íntegramente reflejada en la intervención de Orsi de este sábado, en la que expresó su “voluntad inquebrantable de colaborar activa y constructivamente en la restauración pacífica del orden institucional y democrático” en el país gobernado por Maduro.
Continúa en: Cámara de Diputados compró 600 sets de parrilla para regalar a legisladores y funcionarios por fiestas de fin de año











