Foto: Sebastien Salom-Gomis / AFP
Francia entra una semana clave de la crisis política y social desatada hace semanas a raíz de la reforma de las jubilaciones aprobada por decreto por el presidente Emmanuel Macron.
La primera ministra, Élisabeth Borne, citó ayer a los presidentes de los grupos parlamentarios en la Asamblea Nacional para entablar un diálogo y avanzar en la agenda legislativa. Pero los coordinadores del partido de izquierda, Francia Insumisa, del Partido Comunista y del Partido Ecología no concurrieron y en cambio convocaron para hoy a una marcha hacia la sede de gobierno.
Borne recibirá hoy a los principales líderes sindicales, que volverán a plantear al gobierno que congele la aplicación de la reforma, que entre otros puntos aumenta la edad de jubilación de 62 a 64 años. Sin embargo, el gobierno se niega a parar la reforma argumentando que es necesaria para la economía.
Para el jueves, los sindicatos convocan a una nueva jornada nacional de huelgas y manifestaciones. La asistencia a las marchas y la incidencia de los paros será el termómetro para determinar si la protesta social va a mantener su intensidad o si el gobierno logra apaciguar el país.
La Mesa de Análisis Internacional con Gustavo Calvo y Leonel Harari.
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