Esta mañana, en la pagina del Ejército, se publicó un video con un mensaje de despedida del general Guido Manini Ríos.
(Audio video)
Al haber cesado hoy en el cargo de comandante en jefe del Ejército, quiero dirigirme a todos y cada uno de los integrantes de la Institución, y expresarles los motivos que han llevado a esta decisión del Poder Ejecutivo.
En estos días elevé al Poder Ejecutivo un escrito que da cuenta del parecer del Ejército sobre la actuación de la Justicia hacia los militares en los últimos años. Sin justificar nunca situaciones que pudieron ser deshonrosas para nuestra institución, en ese escrito cito una decena de casos en los que queda demostrado, en forma incontrastable, que la Justicia actuó sin pruebas y sin respetar los más elementales principios del Derecho. A esta situación se agrega que el pasado lunes 18 fue procesado con prisión un sargento retirado de 74 años de edad por un delito cuya pena es excarcelable pero igualmente fue enviado a prisión, más de 4 décadas después de ocurridos los sucesos supuestos que se le imputan.
En reunión mantenida con el señor Presidente de la República, le expresé mi malestar por esa situación. Seguramente existen también otras razones para la decisión tomada por el Poder Ejecutivo, y hay que buscarlas en el clima de creciente deterioro en el relacionamiento que he tenido en los últimos tiempos con el mando superior de las Fuerzas Armadas, que quedó patentizado en los acontecimientos del pasado mes de setiembre, en los que se me aplicara una sanción inédita para un comandante en jefe. Siguieron las distintas instancias del tratamiento de la Ley de Retiro, finalmente aprobada con claras injusticias, particularmente con las franjas más bajas de las fuerzas. Y los críticos planteos que hemos realizado al Poder Ejecutivo sobre el proyecto de Ley Orgánica Militar, para el que se ha negado a los comandantes la posibilidad de concurrir al Parlamento a explicar cómo de aprobarse sin modificación afectará, entre otros aspectos, a la disciplina militar y a la carrera profesional de los integrantes de las Fuerzas Armadas.
En este año tan especial, quiero dejar bien claro mi concepto de que el Ejército Nacional debe mantenerse, como hasta ahora, al margen de toda lucha política partidaria. Consciente de que se debe al Estado Nacional y no a un partido político. Ajustando siempre sus procedimientos a la Constitución y a las leyes nacionales. En lo personal, al retirarme del servicio activo, si en el futuro yo entendiera que la trinchera política es la única que me permite lograr para la institución militar, y para los más frágiles de nuestra sociedad, la justicia que no he podido lograr desde otros puestos de lucha, no renunciaré a recorrer todos los caminos posibles y necesarios. Si por algo me he caracterizado a lo largo de más de 46 años de servicio a mi institución, es por ocupar siempre la primera fila en la lucha por las causas que he creído justas. Así lo podrán atestiguar los miles de subordinados, compañeros y superiores con los que he interactuado en todo ese tiempo.
Al dejar el cargo, quiero agradecer a los 15.000 hombres y mujeres que integran el Ejército Nacional: gracias. Muchas gracias por el incondicional apoyo que me han brindado en estos más de cuatro años en los que estuve al frente de la institución, en los que siempre, en el acierto o en el error, tuve como objetivo cumplir y hacer cumplir las misiones asignadas de la mejor manera posible. A todos pido disculpas por los errores que haya podido cometer.
He tratado de sacar adelante a nuestro Ejército enfrentando la incomprensión de muchos, las falsedades de burócractas incapaces de ver la realidad, enceguecidos en su soberbia, o atrapados en sus prejuicios ideológicos; y la acción de aquellos que lucran con la confrontación, convertidos en peones bien pagos de los centros de poder mundial, siempre dispuestos a ejecutar un perverso libreto que lleve a la destrucción de nuestras instituciones, y deje a los uruguayos en el más absoluto estado de indefensión. Hemos hecho propuestas para mejorar las condiciones de convivencia de los orientales, que nunca han sido respondidas, pero que han demostrado la sensibilidad social que anima a una institución que nació bajo la égida del más popular de todos los caudillos.
Al retirarme, dejo un Ejército profesional, integrado por hombres y mujeres comprometidos con lo que hacen, dispuestos a darlo todo en el cumplimiento de sus tareas, dentro y fuera de fronteras, anteponer sus obligaciones a sus derechos, cuando el servicio así se lo exige. Pero por sobre todas las cosas, dejo un Ejército unido, consciente de ser cada vez más la esperanza de los más desesperados; un Ejército que se ha constituido en una de las instituciones del país con mayor prestigio y reconocimiento por parte del pueblo uruguayo.
Agradezco la lealtad demostrada por todos y cada uno de los integrantes del Ejército Nacional, y en especial, a los señores oficiales generales, que han compartido conmigo las responsabilidades del mando en estos últimos años. A todos, gracias por su apoyo permanente, que en toda circunstancia significó para mi un estímulo para redoblar esfuerzo en la tarea de conducir a nuestra institución.
Convencido de que lo que está en juego es el futuro del propio Uruguay, creemos sinceramente que nuestro Ejército vale el sacrificio de todos, hasta el último suspiro de nuestras vidas. Las banderas de lucha que enarbolamos en este tiempo no se arrían, permanecerán en alto en el puesto que nos toque ocupar.
A quien me sucede en el mando, le deseo con toda mi alma que pueda conducir a nuestra institución con acierto, manteniendo siempre la lealtad necesaria hacia todos sus integrantes. Quiero que sepa que siempre tendrá en mi un soldado dispuesto a colaborar en lo que sea necesario.
Por la lealtad, por el afecto, por la comprensión, por la fe en el futuro, a todos: muchas gracias.
(Fin audio)
La Mesa de los Miércoles con Celsa Puente, Oscar Sarlo, Felipe Schipani y Guillermo Fossati.
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Foto en Home: Guido Manini Ríos. Crédito: Video de despedida de Manini Ríos, del sitio web del Ejército Nacional.
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