El Papa Francisco llegó ayer a Chile con la misión de salvar a una iglesia en graves problemas por escándalos de abusos sexuales, en medio del descon-tento de diferentes grupos que atacaron parroquias con artefactos explosivos incendiarios.
Es que en Chile, el país latinoamericano que junto a Uruguay tiene un porcentaje menor de católicos y mayor de ateos, el caso del sacerdote Fernando Karadima, condenado por el Vaticano por abuso sexual de menores, hizo que la confianza en la iglesia católica se desmoronara hasta un 36 %.
Y Francisco, quien ha insistido en que tiene “tolerancia cero” para el abuso, reabrió las heridas del escándalo en 2015 cuando nombró a uno de los protegidos de Karadima como obispo de la diócesis sureña de Osorno
El impacto económico de la visita papal y la declaración de días feriados también provocaron reproches de parte de sectores políticos y sociales, que recuerdan que Chile es un Estado laico
La Mesa con Yanina Olivera, Mauricio Rabuffetti, Leo Harari y Rafael Mandressi
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Foto en Home: AFP.