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El multimillonario Elon Musk viene manteniendo un enfrentamiento con varios líderes europeos en las últimas semanas.
El jueves de la semana pasada, Musk arremetió contra el primer ministro británico, el laborista Keir Starmer. En un posteo en X, la red social de la que es dueño, Musk aseguró que cuando Starmer estuvo al frente de las fiscalías, no tomó medidas en relación a un caso de explotación sexual de 1.500 niñas ocurrido en Inglaterra entre 1997 y 2013.
Días antes, había apoyado una publicación en la que se pedía al rey Carlos III que disolviera el Parlamento y convocara elecciones para destituir al gobierno laborista.
La semana pasada, Musk se entrometió en la campaña electoral para las elecciones federales del 23 de febrero en Alemania. En un editorial publicado en el diario Die Welt, Musk pidió el voto para el partido de extrema derecha Alternativa para Alemania, argumentando que es la única opción que puede salvar a ese país del “colapso económico y cultural”,
Estas salidas, motivaron la respuesta de los principales líderes europeos. Starmer acusó a Musk de propagar desinformación. Por su lado el canciller alemán, el izquierdista Olaf Scholz también condenó el apoyo de Musk a la extrema derecha.
Ayer se sumó a las críticas el presidente francés Emmanuel Macron, que aseguró que Musk lidera “una internacional reaccionaria”.
"Hace diez años, si nos hubieran dicho que el dueño de una de las redes sociales más grandes del mundo apoyaría una nueva internacional reaccionaria e intervendría directamente en las elecciones, incluso en Alemania ¿quién lo hubiera imaginado?", dijo Macron.
La Mesa de Análisis Internacional con Gustavo Calvo y Gonzalo Pérez del Castillo.
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