La Tertulia de los Viernes con Marcia Collazo, Juan Grompone, Fernando López D´Alessandro y Ana Ribeiro.
México y España dieron la semana pasada un paso firme hacia su reconciliación diplomática luego de casi siete años de enfriamiento a raíz de un choque de interpretaciones en torno a la Conquista.
La situación se arrastraba desde el año 2019 cuando el entonces presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador demandó que la Corona española pidiera perdón por la violencia cometida en la época de la conquista contra los pueblos indígenas, una exigencia que ha hecho suya la actual presidenta, Claudia Sheinbaum.
España, que en un inicio descartó de plano toda posibilidad de emitir una disculpa como la reclamada, reconoció el viernes 31, a través de su ministro de Exteriores, José Manuel Albares, que en aquella época los pueblos originarios de América sufrieron “dolor e injusticia”.
El diario El País de Madrid destacó que, si bien el pronunciamiento no estuvo a cargo de la Corona, como esperaba el gobierno mexicano, “fue un gesto de enorme relevancia simbólica y política, encaminado a recomponer la maltrecha relación diplomática, que a veces llegó a la hostilidad, entre dos naciones que comparten más que la lengua”.
Los gestos de acercamiento de posturas se venían asomando, no por la vía de la política, sino de la cultura. Este año España concedió dos premios Princesa de Asturias a México: el de las Artes a la fotógrafa Graciela Iturbide, y el de la Concordia al Museo Nacional de Antropología. A su vez, México cedió más de 400 piezas prehispánicas referentes al arte de las mujeres indígenas para que se exhibiesen en cuatro exposiciones en Madrid.
Precisamente, la inauguración de la muestra en el Instituto Cervantes, titulada “La mitad del mundo. La mujer en el México indígena”, fue el escenario elegido para desenredar el nudo que complicaba el vínculo bilateral.
En su discurso en ese acto, Albares dijo que la historia que tienen en común México y España, “como toda historia humana, tiene claroscuros”.
“Hubo injusticia. Justo es reconocerlo hoy, y justo es lamentarlo, porque esa es parte de nuestra historia compartida, y no podemos ni negarla ni olvidarla”
De paso, el ministro reiteró la gratitud del pueblo español al mexicano por la acogida de los exiliados del franquismo, otro de los puntos que confirman la relación fraterna entre los dos países.
La presidenta Sheinbaum, que había insistido hasta el último momento en la exigencia del perdón, recibió con beneplácito el reconocimiento del funcionario español.
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