Estados Unidos comenzó a preparar con banderas a media asta el funeral del ex presidente Jimmy Carter, que falleció el lunes a los 100 años de edad.
El homenaje oficial durará seis días. Los restos serán velados mañana en Plains, Georgia, la ciudad natal de Carter. Luego serán trasladados a Atlanta, sede del Centro Carter, posteriormente al Capitolio en Washington Dc, para retornar el jueves a la residencia familiar en Plains.
A los funerales asistirán cientos de mandatarios y líderes mundiales, entre ellos Donald Trump, que dijo que Estados Unidos “tiene una deuda de gratitud” con Carter, que fue crítico de las gestiones del republicano.
Jimmy Carter, presidente de Estados Unidos entre 1977 y 1981, fue ampliamente reconocido por su enfoque humanitario y su compromiso con los derechos humanos, tanto durante su presidencia como en su vida posterior.
No puede haber tarea más noble y ambiciosa para Estados Unidos, que ayudar a moldear un mundo justo y pacífico que sea realmente humano, dijo en su ceremonia de asunción.
Su administración presidencial se destacó por acuerdos históricos, como los Acuerdos de Camp David, que facilitaron la paz entre Egipto e Israel, y por su enfoque en la política energética y ambiental. Sin embargo, su mandato también enfrentó desafíos significativos, incluida la crisis de rehenes en Irán y problemas económicos internos.
Para Latinoamérica, su gestión fue significativa ya que condenó las dictaduras militares de la década del 70, lo que marcó un cambio significativo respecto a las políticas previas de apoyo tácito a regímenes autoritarios en la región.
Luego de su muerte, Carter continuó abogando por el respeto a la democracia y los derechos humanos a través del Centro Carter, una organización que se encargó entre otras cosas de vigilar la transparencia de elecciones en todo el mundo.