Foto: JOHAN ORDONEZ / AFP
En Guatemala, Bernardo Arévalo asumió esta madrugada la Presidencia con más de nueve horas de retraso, debido a un desacuerdo en el seno del Congreso que el propio mandatario electo atribuyó a un intento de evitar su asunción.
La ceremonia fue retrasada por una inédita jornada parlamentaria en la que los diputados salientes y luego los de la nueva legislatura se enfrascaron en debates a favor y en contra de la minoritaria bancada de Arévalo.
La incertidumbre en torno a la investidura de Arévalo provocó que los representantes de Estados Unidos, la Unión Europea, la OEA y presidentes latinoamericanos, presentes en Guatemala, urgieran al Congreso a cumplir con la voluntad expresada por los guatemaltecos en las urnas.
Arévalo, también exdiplomático y filósofo, pasó inesperadamente en junio a la segunda ronda presidencial con una candidata conservadora aliada del oficialismo, a quien venció cómodamente con un 60% de los votos por su mensaje anticorrupción.
Resistió durante meses arremetidas del Poder Judicial, que él atribuyó a un intento de golpe de Estado por su promesa de combatir a los corruptos de la élite política y económica que han controlado los destinos del país.
“Nuestro primer gran compromiso: nunca más el autoritarismo, jamás permitiremos que la violencia sea empleada como medio para promover agendas políticas o preservar privilegios. No toleraremos la intolerancia y la arbitrariedad. No permitiremos que nuestras instituciones se dobleguen otra vez ante la corrupción y la impunidad”.
Arévalo también aseguró que "la crisis política" de la que emerge Guatemala ofrece "la oportunidad única de edificar una institucionalidad democrática robusta y saludable".
Con música y bailes, ondeando banderas, miles de seguidores de Arévalo festejaban en la Plaza de la Constitución, frente al Palacio Nacional.
El ahora nuevo mandatario dijo ayer que esta misma semana le pedirá la renuncia a la fiscal general Consuelo Porras, a la cabeza de la ofensiva en su contra y sancionada por Washington por "corrupción" y por "socavar la democracia". Sin embargo, una renuncia de Porras es poco probable, según los analistas. Y aunque este domingo logró acuerdos políticos, lidiará con un Congreso de 160 curules, en su gran mayoría de partidos tradicionales conservadores.
La Guatemala que hereda ocupa el puesto 30 de 180 países en el ranking de corrupción de Transparencia Internacional y con 60% de sus 17,8 millones de habitantes en la pobreza, uno de los índices más altos de América Latina.
La Mesa Internacional con Gustavo Calvo, Leonel Harari y Gabriel Mazzarovich.
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