Foto: Javier Calvelo / adhocFOTOS
A sus 89 años, y con su salud disminuida, el expresidente José Mujica concita más atención que nunca, tanto adentro del país como fuera de fronteras.
La chacra en Rincón del Cerro donde vive con su esposa Lucía Topolansky es un gran polo de atracción a donde llegan permanentemente dirigentes políticos, empresarios, periodistas, académicos, personalidades del exterior y hasta turistas.
Ese movimiento incluso se incrementó en los últimos días, después del triunfo en el balotaje de Yamandú Orsi, el candidato presidencial del Frente Amplio a quien Mujica impulsó luego de observar su gestión como intendente de Canelones.
El jueves de la semana pasada fue particularmente intenso en ese sentido.
En menos de cinco horas Mujica recibió por separado a los presidentes de Colombia y Brasil, Gustavo Petro y Lula da Silva. Cada uno de ellos llegó hasta su casa para entregarle la máxima condecoración que otorga su país.
Del presidente Petro, Mujica recibió la Cruz de Boyacá, por el apoyo que cuando era presidente le dio al proceso de paz que desembocaría en el desarme de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
El presidente brasileño, en tanto, le colocó la Orden Nacional de la Cruz del Sur, en reconocimiento por “su incansable lucha”, según publicó Lula en sus redes sociales.
-Y esta medalla que yo le estoy entregando a Pepe Mujica, no es por el hecho de que él haya sido presidente de Uruguay. Es por el hecho de que él haya sido Pepe Mujica.
-Yo te agradezco, querido. Yo no soy hombre de premios ni de medallas. Soy un hombre del pueblo. He hecho lo que he podido por mi pueblo. Y nada más. Pero este es un amigo de muchos años.
La agenda de Mujica ese jueves se completó al caer la tarde cuando ingresó a su chacra el canciller paraguayo, Ruben Ramírez Lezcano, que es candidato a secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), y ya cuenta con el respaldo del gobierno electo de Uruguay.
Y a día siguiente, viernes, Mujica recibió al presidente de Paraguay Santiago Peña, y al mandatario de Bolivia, Luis Arce. El gobernante boliviano dijo que en la charla Mujica bregó por la “unidad” en su país, que atraviesa una crisis por la disputa de poder entre Arce y el ex presidente Evo Morales.
¿Por qué Mujica sigue siendo referencia política dentro y fuera de nuestro país?
¿Por qué mantiene ese rol importante a nivel regional?
¿Es algo simbólico o verdaderamente tiene algún tipo de influencia?
La Tertulia de los Lunes con Miguel Brechner, Martín Bueno, Patricia González y Diego Irazábal.
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