“No se puede someter a un niño a una frustración tan grande como lo es la repetición cuando la verdadera carencia fue de la propia institución".
Así justificó magistrado Gerardo Álvarez, juez de familia, su decisión de promover a una niña del colegio Santa María con dificultades de aprendizaje, y dar lugar al recurso de amparo que habían presentado sus padres, a pesar de que la maestra y los sicólogos del colegio habían resuelto que debía repetir cuarto año.
La resolución judicial, que fue apelada por el colegio y será analizada ahora por un tribunal de Apelaciones de Familia, fue cuestionada por el consejero de Educación Inicial y Primaria, Héctor Florit, la directora general de ese consejo, Irupé Buzzetti, y el Sindicato de Trabajadores de la Enseñanza Privada (Sintep).
Todos coincidieron en que no puede ser un juez quien determine que un niño sea promovido, que el fallo menoscaba la autonomía de la Educación Primaria y que vulnera el derecho de la alumna. Esas opiniones, recogidas por la prensa, fueron calificadas por la familia como “una forma de presionar a la Justicia”.
La Mesa con Adriana Marrero, Rafael Porzecanski, Felipe Schipani, Guillermo Fossati.
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