Las tensiones entre los obispos alemanes y el Vaticano amenazan con derivar en una grave crisis en la Iglesia católica, según informó esta semana el diario El País de Madrid.
Pese a la oposición de la Santa Sede, la Conferencia Episcopal de Alemania decidió seguir adelante con el incipiente debate reformista, nacido luego de la investigación sobre abusos sexuales en ese país.
El pasado fin de semana, los obispos se reunieron con representantes de organizaciones católicas para preparar el llamado “camino sinodal”, un foro en el que se prevé tratar asuntos como el papel de la mujer en la Iglesia, la homosexualidad o el celibato. El Vaticano advirtió que dichas cuestiones son competencia exclusiva de la Iglesia Universal y no de una especie de sínodo nacional. Pero Alemania, pese a las advertencias por escrito, seguirá adelante.
El presidente de los obispos alemanes, Reinhard Marx, miembro del reducido consejo que asesora al Papa en las reformas de la Iglesia y hombre teóricamente cercano a Francisco, tenía previsto un viaje a Roma para defender el diálogo reformista. Pero los problemas, según la información de El País, vienen de lejos; el reclamo de los católicos alemanes para que se imprima mayor velocidad a la transformación y apertura comienza a abrir importantes grietas entre la Santa Sede y la Iglesia más rica del mundo.
Una investigación encargada por la Conferencia Episcopal Alemana documentó hace un año 3.677 casos de abusos sexuales a menores cometidos por miembros de la Iglesia. Desde entonces crece la presión para debatir y reformar las estructuras que permitieron esos abusos, la cuestión del celibato o el papel de la mujer en la jerarquía eclesiástica. Lo impulsan unas bases que ven cómo su Iglesia pierde miembros a marcha forzada.
La Tertulia de los Viernes con Juan Grompone, Fernando Butazzoni, Gonzalo Pérez del Castillo y Carmen Asiaín.
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Foto: Catedral católica de San Hedwig en Berlín. Crédito: Wikimedia Commons
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