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La Mesa Agropecuaria: La innovación en el campo uruguayo

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El agro uruguayo tiene fama de “conservador”, de productor de materias primas “no industrializadas” o “sin valor agregado”. Sin embargo, según concluyen estudios realizados, por ejemplo, por CINVE, aquella imagen está muy lejos de la realidad. Y eso también lo confirma quien hace una recorrida en estos días por la Expo Prado.

¿Por qué, entonces, no se visualiza al agro como un sector innovador y altamente tecnificado? ¿Falta conocimiento de quienes no están en este rubro? ¿Falta comunicación de quienes forman parte de este sector?

Estos fueron algunos de los temas tratados en La Mesa Agropecuaria con la presidenta de Fucrea, María Eugenia Oholeguy, el presidente de ARU, Ricardo Reilly, y los integrantes del equipo de Agro En Perspectiva Daniel Laborde y Gabriel Carballal.

Coordinación: Rosanna Dellazoppa

EN PERSPECTIVA
Miércoles 16.09.2015, hora 9.10

EMILIANO COTELO (EC) —Si yo les pregunto cuál es el sector de la economía uruguaya donde se apuesta más a la innovación y a la aplicación de nuevas tecnologías, ¿ustedes qué contestan? ¿Se les ocurre que puede ser el agro?

El agro uruguayo tiene fama de “conservador”, de productor de materias primas “no industrializadas” o “sin valor agregado”. Sin embargo, según concluyen estudios que ha realizado, por ejemplo, el CINVE, aquella imagen está muy lejos de la realidad. Y eso también lo confirma quien hace una recorrida en estos días por la Expo Prado

¿Por qué, entonces, no se visualiza al agro como un sector innovador y altamente tecnificado? ¿Qué es lo que falta, conocimiento de quienes no están en este rubro, o falta comunicación de quienes forman parte de este sector y deberían divulgar mejor lo que hacen? Son preguntas válidas que vamos a ir recorriendo en estos próximos minutos en esta nueva edición de La Mesa Agropecuaria que tiene cuatro invitados. Rosanna, ¿podemos ir presentándolos?

ROSANNA DELLAZOPPA (RD) —Si, el dueño de casa, Ricardo Reilly que es presidente de la Asociación Rural del Uruguay [ARU] y director de la cabaña La Alborada en Cerro Largo.

EC —Te costó resolver eso, Rosanna, ¿no había que presentar primero a la dama de la casa?

RD — [Risas.] Empecé al revés, tenés razón. María Eugenia Oholeguy, que ya nos ha acompañado en otras oportunidades, es presidenta de la Federación Uruguaya de los Grupos Crea [FUCREA] y es integrante del Grupo Crea: “Ganaderos de Florida”.

Sigo con Daniel Laborde, integrante del grupo de este año de Agro En Perspectiva, productor lechero del departamento de Flores, y Gabriel Carballal, productor de Soriano, también integrante del equipo de Agro En Perspectiva. Quiero aclarar que Daniel es lechero y Gabriel es agrícola, porque queríamos tener una mesa en la que cuando habláramos de innovación pudiéramos tocar los principales rubros.

EC —Vamos a la primera pregunta para empezar a ocuparnos del tema que hemos propuesto. Para eso les propongo comenzar por una definición básica: ¿Qué es innovación?

RICARDO REILLY (RR) —Bueno, cuando uno habla de innovación, yo me tomé el trabajo de buscar la definición de la Real Academia Española con una aplicación que tiene para el celular que es muy práctica cuando uno quiere encontrar alguna definición rápida. “Acción y efecto de innovar. Creación o modificación de un producto y su introducción en el mercado”, esa es la definición que parece escueta pero en realidad puede decir muchas cosas. Cuando vamos ya a una definición aplicada de la innovación a nivel de la economía o a nivel productivo, que es más personal, innovar termina siendo aplicar nuevas ideas, prácticas y conceptos haciendo o logrando que los factores de producción se combinen de una forma más novedosa y eficiente, incrementando la productividad y por lo tanto el resultado económico de la empresa. Es decir, la innovación tiene sustento en la medida que se vea traducida en productividad que, a su vez, se vea traducida en rentabilidad, o sea, en un incremento en el margen del negocio. Puede ser, como decía hoy, hacer lo mismo de una manera diferente. Esa es, más o menos, una idea de lo que yo entiendo que es la innovación.

EC —Ya quedó dicho entonces qué es innovación. ¿Qué importancia tiene la innovación?

RR —Creo que no es menor, porque todo proceso de innovación, que es clave para el crecimiento económico de cualquier país, tiene que tener alguien que lo lidere. Quienes lideran los procesos de innovación en el mundo en definitiva son los emprendedores. Todo proceso de innovación requiere de emprendedores que puedan difundir e implementar estos cambios de manera aplicada, en estos casos en sus diferentes sistemas de producción, para poder incrementar esa productividad y esa rentabilidad. El productor agropecuario ha demostrado tener un fuerte espíritu emprendedor cuando tiene el contexto adecuado para hacerlo.

RD —Daniel, ¿algún agregado? Quiero hacer un apunte: parecería que el tema está muy asociado a rentabilidad, quisiera saber si hay algún otro aspecto que comprenda la innovación.

DANIEL LABORDE (DL) —La innovación está en el ADN del productor lechero ya. No es porque uno tenga la camiseta puesta, pero el lechero debe ser de los sectores más emprendedores del agro por dos razones fundamentales: una porque usa los insumos en forma muy intensiva, y otra porque es un trabajo sacrificado y por lo tanto una de las limitantes más importantes que tenemos es el tema de la mano de obra. Innovar en el relacionamiento con la mano de obra, en la forma del pago del salario, todas esas cosas, hacen no solamente a la eficiencia, a la rentabilidad del negocio, sino también al bienestar de la gente que trabaja.

Yo no reduciría el tema de innovar al tema de la rentabilidad, sino que también tenemos que innovar para que la gente viva mejor.

RD —¿María Eugenia?

MARÍA EUGENIA OHOLEGUY (MO) —Yo agregaría al concepto que innovar es para obtener un mejor resultado económico, para vivir mejor, para producir más, pero además para lograr sustentabilidad.
Por supuesto que desde el punto de vista de los productores siempre el fin es obtener un buen resultado, pero hay otras cosas que juegan en el sistema de producción de forma muy importante y una de ellas me parece que es la sustentabilidad del negocio y de los recursos que manejamos. Creo que en ese camino también hay innovaciones o un trabajo amplio en ese sentido.

EC —Y para esta primera ronda, una última intervención:

GABRIEL CARBALLAL (GC) —Me sacó ella el término de la boca. Innovación es aplicar el conocimiento a favor de la producción, de lo que uno hace, y en un rubro tan dinámico como es la agropecuaria es fundamental. Los cambios que se vienen produciendo se han realizado de la forma en que se han realizado gracias a la innovación de los emprendedores que estamos activos ahora.

EC —Sería bueno ahora empezar a bajar a tierra esto para que el oyente, sobre todo el que no está estrictamente vinculado al agro, entendiera un poco mejor cómo se aplica, en qué se traduce la innovación. Podríamos hablar de rubros o aspectos de la actividad agropecuaria en los que se innova, o podríamos ver ejemplos ya muy concretos, ¿por dónde prefieren ir ustedes?

RD —Ricardo tenía algo para agregar…

RR —No, no, para aclarar: coincido con todo lo que están agregando. Yo traté de reducir el porqué de la innovación, porque en el mundo nadie innova, invierte o arriesga si no ve, en el trasfondo, un incremento en la productividad y la rentabilidad. Pero estamos de acuerdo en que la productividad y la rentabilidad tienen que hacerse de manera sostenible desde todo punto de vista.

Quería agregar eso para que no quede ese mensaje, pero todo proceso de innovación requiere, entre otras cosas, de normas claras, estables y de respeto a esas normas, que generen la inversión y el conocimiento, y después sí la prosperidad y el desarrollo social del cual estamos hablando. Pero no existe innovación si no hay un contexto adecuado para que haya riesgo y para que el emprendedor tome ese camino.

RD —De acuerdo.

EC —Daniel, ya que hablabas de tu sector y con la camiseta tan puesta: ¿ejemplos concretos?

DL —Bueno, si uno conversa con un tambero de hace 20 años y observa la realidad de tener que sacar los tarros de leche todos los días, esperar el camión que pase y ve la realidad del tambo hoy, cuando el camión entra dos o tres veces al tambo por la existencia de los tanques de frío…

EC —¿Dos o tres veces cada cuánto?

DL —Por día, una o dos veces por día, por la existencia de los tanques de frío. Eso es innovación, que genera más rentabilidad, más calidad de producto y más bienestar para la gente. Un dato concreto: en estos 10 años…

EC —¿Cuándo se extendió el uso de los tanques de frío?

DL —Te diría que desde hace seis o siete años todo productor lechero tiene que tener un tanque de frío. Más sencillo: como productor lechero recibir los análisis del volumen de leche que remitiste diariamente, cuánta grasa y proteína tiene esa leche, cuál es la calidad de la leche en tu celular, es una innovación que permite un control fundamental.

EC —Ese control, por ejemplo, ¿para qué sirve?

DL —Yo recibo en mi celular la calidad de la leche y sé si estoy teniendo problemas. Me puedo comunicar directamente con el encargado del establecimiento y encontrar una solución al problema, por ejemplo.

RD —María Eugenia tenía algo para agregar.

MO —Me parecía agregar algo a lo que decía Daniel, que el sector lechero tiene como un ADN innovador, y lo que mencionaba Ricardo, de que es importante el contexto, cómo opera el contexto favoreciendo la innovación. Me parece que una cosa bien clara es que cuánto se ha ido innovando en cada sector depende un poco de la articulación de cada una de las cadenas. Es claro el tema en el sector lechero, que es una cadena bastante articulada, capaz que en el caso del arroz es parecido, entonces se promueve más fácilmente la innovación porque está bien clara la asociación entre el que demanda el producto y el productor, está claro qué es lo que se tiene producir y cuál es el camino, entonces ahí la innovación siempre parece mucho más dinámica.

RD —¿Y en el caso de la carne, ahora que tenemos dos ganaderos, no es tan así?

RR —Creo que no es menor, porque hoy Emiliano cuando empezó a comentar hablaba de lo que puede ser el imaginario colectivo respecto a la innovación en el campo o en determinados productos, está bien, sacando al sector lechero, porque sin lugar a dudas que es visto hasta por el propio ciudadano como un sector mucho más intensivo por un montón de razones que se estaban explicando recién, con otra aplicación de tecnología…

Hay una encuesta que hace la ANII [Agencia Nacional de Investigación e Innovación] que me parece que es muy buena, la he mencionado en alguna otra ocasión, y termina demostrando con números cómo el sector agropecuario en términos generales es líder en innovación. Allí lo que mide es un porcentaje de los diferentes productores que utilizan prácticas innovadoras en sus sistemas productivos. En el caso de la ganadería, por ejemplo, que se podría pensar que de pronto es uno de los sectores -sin entrar, que después podemos hablar, en el concepto de valor agregado, innovación y desarrollo-… pero esa encuesta termina concluyendo que prácticamente el 70 % de los productores vinculados a la ganadería aplica técnicas innovadoras dentro de sus sistemas productivos.

Acá vuelvo a la definición de hoy, porque hay cosas que pueden decirse en lo que es la alimentación, la aceleración de los ciclos de producción, la baja de la edad de entore, la baja de la edad de faena, que eso hace además a la calidad de los productos, ni entrar en el tema de la genética, todo eso…

RD —Todos esos son ejemplos de innovación en ganadería.

RR —Claro. Uno puede decir que todas esas cosas ya existían, ¿por qué no se hacía?, y ahí vuelvo a lo que decía hoy: hacer lo mismo de manera más novedosa cuando está el contexto adecuado para hacerlo, porque ese incremento en la productividad se ve directamente ligado a una mayor rentabilidad y margen del negocio. ¿Por qué surge toda esta innovación, por qué esta encuesta termina explicando esto?, porque cosas que de pronto ya existían se empiezan a aplicar y a combinar de manera más novedosa y más eficiente, procurando incrementos en la productividad, en la rentabilidad, y por lo tanto -que no voy a entrar todavía- en los efectos de multiplicación del sector.

RD —¿Cómo unís eso con lo que decía María Eugenia, que hay otras cadenas en las cuales es más clara la innovación ya está en el ADN, ya está incluida, y en la ganadería no? ¿Qué es lo que le falta a la ganadería para tener ese incentivo más claro?

RR —Pero es que yo creo que la ganadería es innovadora porque cuando vamos al concepto de innovación, que lo mencionamos al inicio, en el caso del estudio del CINVE [Centro de Investigaciones Económica], que es muy reconocido, cuando mide el nuevo concepto de valor agregado, que es cuánto hay de innovación y de desarrollo en relación al valor del producto generado, termina concluyendo que dentro de la propia ganadería hay valor agregado bajo este concepto. Por ejemplo: cuando ingresa un animal a la planta de faena tiene un siglo y medio de selección genética que nace en la cabaña nacional y después se va transfiriendo y multiplicando en los rodeos comerciales. Tiene a su vez una alimentación más intensiva porque de pronto [el productor] está buscando una sinergia con la agricultura que a su vez también aplica técnicas de última generación que hacen a la preservación del uso de suelo, que está vinculado a la siembra directa, a un plan de suelos, a un sistema de trazabilidad… Cuando metemos todo eso nos damos cuenta de que hay un proceso…

RD —Tecnología de procesos sería, ¿no?

RR —Que es previa a lo que es la transformación industrial, que en realidad tenemos que valorar en su justa medida.

EC —Y si vamos a la agricultura, justamente: ¿qué ejemplos de innovación podemos destacar ahora?

GC —Yo creo que toda innovación parte de una demanda, es importante darse cuenta de eso. Si nosotros nos ponemos a pensar que desde hoy 2015 hasta 2050 se va a producir la misma cantidad de alimentos desde que nace la agricultura en el mundo hasta hoy, es un número muy fuerte. ¿Y cuál es la demanda? La demanda es que hay 7.500, 8.000 y 9.000 millones de personas que necesitan de ese alimento, que el recurso del que sacamos ese alimento hasta hoy es el mismo y que tenemos que tratar de, sin presionar más ese recurso, generar lo mismo o un poco más de alimento para satisfacer esa demanda.

En el rubro nuestro la innovación es visualmente impactante: uno va a un campo agrícola y la ve funcionando. Hay innovación en el proceso productivo, hay técnicas de siembra nueva, hay insumos nuevos, hay materiales genética, agroquímicos; hay innovación en la parte operativa. El cambio que ha habido en la mecanización es impresionante, hoy ya hay tractores que funcionan sin operarios: eso es algo que hace diez años nos parecía de ciencia ficción y hoy está pasando, funcionan y la sociedad, que se ha urbanizado, genera ese cambio…

EC —El auto de Google sin conductor en el agro ya existe, es el tractor.

GC —Exacto. Hoy el auto de Google está en la palestra, la gente discute si está bien o mal, y en el campo ya está pasando: hay tractores que funcionan sin operarios.

EC —Claro, la ventaja es que en el campo hay menos tránsito [Risas.].

GC —Mucho menos tránsito, por supuesto.

EC —Es mucho más fácil lidiar con los obstáculos, pero los hay, y hay que programarlos.

GC —Y están funcionando. Yo creo que la innovación más grande que ha habido es el manejo de información, las cosechadoras hoy cosechan grano pero además muchísima información que vale un montón porque en base a ella se hacen cosas a posteriori.

RD —¿Información de qué tipo, por ejemplo?

GC —Rendimiento, humedad, variabilidad, miles de datos que no se podían obtener hasta que la informática logró las prestaciones que se existen hoy. Eso hace que no solo a la información que se cosecha sino también a la accesibilidad a esa información, el tema de los celulares hoy es algo natural, no sabemos cómo trabajábamos hace 10 años sin celular, lo tenemos tan adaptado a la forma de trabajo actual que es así.

EC —Por ejemplo, en tú caso, con el celular, supongo que inteligente, ¿qué ventajas te aparecen?

GC —Por ejemplo, en la parte de mercado, yo puedo operar mercados de futuro y opciones en el extranjero desde el medio del campo. O el acceso a información, tecnología como el WhatsApp, que de repente en la parte urbana se utiliza de una forma menos intensiva, el poder transmitir fotos, imágenes, videos, información a un entomólogo porque tengo una duda por un insecto que me apareció en un cultivo y no sé cómo resolverlo y en 10 minutos obtengo la respuesta de esa persona, que me dice: “Hacé tal cosa y lo solucionás”…

RD —¿Y con los operarios?

GC —Con los operarios también. Ahí el movimiento de información es muy bueno, a veces ellos utilizan esa tecnología para distraerse, que a veces no es tan bueno, pero bueno… [Risas.]

RD —Pero la vinculación, las distancias y eso…

GC —Totalmente, se puede manejar un emprendimiento desde distancias que antes eran impensables. Realmente es una innovación.

***

EC —¿Qué dicen los oyentes? También participan, hacen llegar sus puntos de vista en torno a este tema de la innovación en el agro, que es el que nos ocupa en La Mesa Agropecuaria de hoy. Por ejemplo: Sergio dice que una de las utilidades más importantes en la actualidad es programar la alimentación del ganado de acuerdo a cuál sea la explotación; o sea, no es lo mismo en un tambo que en un establecimiento dedicado al engorde, etcétera. ¿Ustedes coinciden con esa apreciación?

MO —Sí, coincidimos con esa apreciación. Hoy tenemos herramientas para poder planificar en cada situación en cada sistema de producción, las pasturas que vamos a usar, el concentrado, todo eso es innovación.

Volviendo un poco a lo que veníamos hablando, lo que me parece es que hay sectores en los que el contexto y la articulación de la cadena han jugado a favor de promover esa innovación. Entiendo que la ganadería es un sector que ha sido innovador, no quise decir que no lo fuera, capaz que fue un poco más lento pero si hoy nos ponemos a mirar, lo que uno hace en los sistemas de producción de hoy no tiene nada que ver con lo que hacíamos hace 20 años. Por ejemplo, acabamos de pasar una situación de sequía que todo el mundo conoce, capaz que hace 30 años era impensable pensar que todo el mundo iba a dar de comer, a encerrar animales, sin embargo hoy eso fue lo más normal…

EC —Cuando tú dices que era impensable que todo el mundo en una situación de sequía diera de comer a los animales es darles forraje, por ejemplo.

MO —Darles ración…

EC —No depender exclusivamente de lo que se pudiera comer en el mismo campo.

MO —Exactamente. Acercarles el alimento y sobre todo en estos casos son alimentos concentrados.

EC —Raciones, etcétera.

MO —En lechería eso se viene haciendo desde hace muchos años, pero hace 30 años en ganadería capaz que había un porcentaje de productores que lo hacía pero hoy por hoy la gran mayoría de los productores lo utilizaron como una herramienta más. Eso es algo en lo que se ha ido innovando.

EC —En seguida vamos a volver a esta mesa preguntando, por ejemplo, si hay sectores más innovadores que otros, si son los rubros o las personas las que innovan más en comparación… Ya continuamos.

***

RD —Daniel, te damos la palabra porque quedaste con algo pendiente.

DL —Yo creo que estos 10 últimos años de muy buenos precios en general de los granos, la leche y la carne, permitieron un avance muy importante de la innovación en sí, pero existe un camino amplísimo para mejorar. Creo que si bien el agropecuario es un sector innovador y ha avanzado en su innovación, no es de los sectores más innovadores, porque hay mucho margen para mejorar, sobre todo en la medida que no competimos contra nosotros mismos. Si uno va a las empresas del software sin duda que la innovación es mucho más exigente porque si te quedaste te pasaron por arriba, a nosotros como productores no nos pasa eso, y eso frena un poco la adopción de innovación.

Creo que sí, el agro es innovador, pero existe mucho margen para crecer, para mejorar, y ahora que estamos entrando en un período en el cual los precios no son tan buenos, vamos a tener que usar la innovación para bajar costos: ahí está el desafío. No solamente la innovación en los momentos en los cuales los precios son buenos, sino que también tenemos que usarla…

RD —¿Como sinónimo de creatividad, capaz?

DL —Como sinónimo de creatividad para poder bajar costos y mantenernos en pie.

RD —Daniel dijo algo que me gustaría saber qué opinan los demás: ¿no competimos entre nosotros?, ¿competimos con los de afuera?

GC —La puntualización que me gustaría hacer es que en el mundo globalizado en el que vivimos hoy hay una competencia muy grande, quizás no es la misma que en el software pero sí la hay, intra-rubro, la agricultura contra el tambo, contra la ganadería y la forestación. “Contra” es una palabra fea porque no es que estemos peleando, pero nos tratamos de repartir los recursos que hay, que son finitos. Y no solo dentro del país, sino también con el resto del mundo: hoy vienen productores de afuera a producir en Uruguay, hay productores uruguayos produciendo afuera, con lo cual hay que ser innovador porque, si no, quedás afuera muy rápidamente.

Y 100 % de acuerdo con lo que dice Daniel: en este momento de contracción probablemente es cuando más innovadores tenemos que ser porque los números no nos permiten hacer cosas que antes sí nos permitían hacer.

EC —Y, por ejemplo, ¿qué innovaciones podrían introducirse en algunos de los sectores que están representados en la mesa?

DL —Por ejemplo Conaprole inició una consultoría de eficiencia energética, uno cuando la leche estaba a US$ 0,50… ya cuando está a US$ 0,34 repasás la decisión. Esa consultoría en mi caso particular me permitió bajar 50 % los costos de uso de energía mediante inversión.

EC —¿En qué instrumentos?

DL —Por ejemplo, uno de los gastos de energía más importantes del tambo son las bombas de leche, que permiten que la máquina ordeñe a la vaca: poner un variación de frecuencia que hace que esa bomba ande más rápido cuando más energía se precise y más lento cuando menos energía se necesite, me permitió bajar mi liquidación de UTE en un 50 %. Eso es innovación y es trabajo nacional.

EC —Sí, al lado tuyo te miran con asombro y con impresión, ¿no? Te encantó eso de bajar 50 % los costos de UTE.

GC —Si [Risas]. El agro, la agricultura específicamente, pasó por un proceso similar a fines de los 90. La innovación más grande que apareció acá en Uruguay, y se quedó de tan buena que era, fue la siembra directa, que fue un cambio de paradigma en la forma en que se producía la agricultura. Pasamos de hacer laboreos tradicionales que insumían litros de combustible por hectárea a producir simplemente sembrando, controlando malezas y sembrando encima. Ese ahorro, ese cambio, permitió que Uruguay, que considero que en agricultura es un país marginal porque no tenemos la capacidad productiva que pueden tener otros países, entrara en el plano agrícola de forma interesante, a tal punto que venía gente de Argentina a producir en Uruguay. Fue un cambio drástico de paradigma que hizo que se viabilizara algo que hasta el momento no era tan viable.

EC —La ventaja no eran solamente los costos de producción, ¿no?

GC —No, no.

EC —También en la preservación del recurso suelo.

GC —Sobre todo en la preservación del recurso suelo.

EC —Uno de los mensajes que nos mandan los oyentes va por ese lado: “Innovar es producir más alimento sin destruir recursos, como los suelos o el agua”.

RD —Ricardo, ¿querías decir algo?

RR —No, últimamente siempre me pasa lo mismo, apunto tantas cosas que no va a dar para…

RD —Claro, corto y conciso es la clave.

RR —Sí… Y eso que lo hablamos antes de entrar [Risas.]. Laborde mencionaba que el sector agropecuario de pronto no era tan innovador comparado con otros sectores de la economía. Yo no sé si coincido y la encuesta de la ANII dice otra cosa en realidad, habla justamente de que el sector agropecuario en general incorpora un alto nivel de innovación a todo lo que son sus sistemas productivos. Incluso un nivel de innovación que es más alto que el de otros sectores de la economía, lo compara con industria, comercio, servicios y en muchos casos hasta con la industria del software.

Entonces, hay que ver cómo se mide la innovación, bajo qué paradigma y qué parámetros. Ahí podemos volver al estudio del CINVE, que creo que es muy bueno, porque derriba un paradigma que es aquel de que la producción primaria no agrega valor: lo hace desde varios aspectos.
Me quedé con otra cosa, perdonen el desorden…

EC —Ricardo anota y anota.

RR —Sí, no sé si es una buena práctica, quizás es por la falta de experiencia… Hay un estudio que hace una reconocida consultora, Deloitte, sobre lo que es el complejo oleaginoso en Uruguay. Esto ya no es por meterme en los rubros de los demás, pero él estaba hablando de la agricultura y termina concluyendo que del 100 % de la soja exportada hay un 75 % de esa soja que queda en el país bajo el concepto de valor agregado. ¿Cómo mide el valor agregado?, fue del año pasado o del anterior y decía que de US$ 1.700 millones que se exportan hay US$ 1.200 que quedan en territorio nacional, o los encadenamientos que tiene el sector agropecuario, en donde también habla de lo que estábamos mencionando respecto a la siembra directa, a lo que tiene que ver con la conservación del medio ambiente, a los arrastres de tierra, a tecnologías que busquen incrementar la productividad.

Para redondear un poco, estaban hablando hoy también respecto a la alimentación de los animales y el por qué, por qué ahora se alimenta a animales en un período de sequía que antes de pronto el productor no tenía esa expectativa y no lo hacía, y vuelvo a lo que decía hoy: porque la innovación está directamente aplicada a una expectativa del negocio, nadie es innovador, invierte y arriesga si no tiene la perspectiva de que va a tener un retorno económico cuando lo haga. Después voy a hablar de los efectos de multiplicación que tiene el agro respecto a eso mismo.

MO —Yo quería agregar a raíz de todo lo que se comentaba, yo pienso: ¿qué es lo que vemos hoy los que estamos en el interior, que hemos vivido un último período, unos 10 o 15 años?, en un contexto favorable muchísimas cosas fueron cambiando en todos los sectores, incluso, algo para agregar que también me parece muy innovador, la forma de organización: las empresas también se organizaron de otra manera, hubo otras asociaciones, hubo capitales que entraron al agro a participar del negocio, eso también fue innovador y promovió el crecimiento que tuvo en estos años el sector.

RD —De hecho hay un libro sobre eso, ¿no? Transformaciones en el agro uruguayo. Nuevas instituciones y modelos de organización empresarial.

GC —Hay algunos mensajes en el tono de que seguimos exportando lo mismo, dónde está la innovación… Hay cosas que…

EC —Sí, Gabriel se refiere a un mensaje que le leí durante la pausa, por ejemplo este de Guillermo: “Si hay tanta innovación, ¿por qué no se generan tantas patentes? Sudamérica está a la cola de la generación de patentes de inversión”. Este es uno de los que venía por ese lado.

GC —Innovar para mí, además de los cambios productivos que se ven, de las cosas que se ven, es por ejemplo esto que recibí, que es que una hectárea de maíz produce un suministro de aire limpio para 300 personas debido a la respiración natural que tiene el cultivo y elimina aproximadamente 20 toneladas de dióxido de carbono del aire. Eso es respuesta a la innovación de la siembra directa, de los cultivos, de la agricultura que se está haciendo hoy, y es algo intangible, que no se ve, pero que a la sociedad le genera un beneficio enorme si lo multiplicamos por las millones de hectáreas que se producen de la forma en que se producen. El problema es que no se ve, y es difícil hacer llegar eso a la sociedad. Creo que es algo fabuloso.

DL —Yo personalmente coincido con parte del mensaje de Guillermo, porque en realidad nuestras innovaciones en su mayoría son adopciones de tecnologías generadas fuera de Uruguay. Por eso tal vez no tenemos patentes, porque no somos inventores, no somos un país de inventores, somos un país que innova con tecnologías que copiamos o adoptamos de otros países. Yo coincido con Guillermo y me gustaría hacer una reflexión en ese sentido. En ese escenario de buenos precios y de buena situación de la economía nacional creo que ha habido un esfuerzo importante del gobierno en apostar a la innovación a través de la creación de institucionalidades como la ANII o el Servicio de Investigadores. Pero ayer estuve conversando con algunos investigadores y me decían que en un país de escasos recursos muchas veces se vuelca dinero sin analizar su rentabilidad. Muchos de esos dineros, millones de dólares, se invierten en innovación, invención o investigaciones y realmente como país no estamos analizando su rentabilidad. Las cosas se analizan como: pusimos tantos millones de dólares en este proyecto de investigación, en este de innovación, ¿pero cuál fue el impacto real de esa investigación o esa innovación, hubo rentabilidad, fue un negocio para el país haber invertido en eso? Creo que en el marco de la innovación y la investigación tenemos mucho para avanzar en ese sentido.

***

EC —¿Qué está faltando, Rosanna, a propósito de la innovación en el agro uruguayo?

RD —Un apunte a ver si el tema de innovación está más asociado a los rubros o a las personas que están por detrás en cada caso. No sé cuál es la opinión de ustedes.

RR —Yo creo que está vinculado a las dos cosas, y vuelvo a lo mismo: tiene que estar ese contexto para que aparezcan los emprendedores. El espíritu emprendedor del cual hablo es como decía hoy, que todo proceso de innovación requiere de la existencia de quienes puedan emprender estos proyectos y difundir estas tecnologías, que de pronto, como estaban mencionando hoy, son tecnologías que ya existen en el mundo que lo que hay que hacer es tratar de aplicarlas. Hay muchas cosas que ya están inventadas, lo que hay que hacer es elegir qué es lo que hay que aplicar y tratar de aplicarlo bien.

Yo reitero eso porque creo que es importante: el productor agropecuario muchas veces ha sido criticado, y hay mensajes que a veces llegan preguntando qué es lo que están haciendo, por qué hablan de innovación, esto y lo otro, y yo creo que estos últimos 10 años han servido para echar por tierra parte de esos conceptos de que el productor agropecuario no es innovador. Sí lo es y sí ha demostrado…

EC —¿Entonces qué es lo que falta, comunicación?

RR —Bueno, creo que falta comunicación, quizás, de parte de quienes estamos en estas tareas, pero también hay que hacer por informarse y ver la importancia y la relevancia que tiene el agronegocio en la vida del país. Parte de lo que estaba apuntando era como ayuda memoria, pero creo que es importante saber de los efectos de multiplicación que genera el campo en las distintas actividades, cada dólar que genera el campo se multiplica por seis. Esos no son datos que inventé yo, están estudiados por Udelar, por la Facultad de Ciencias Sociales.

El 80 % de las exportaciones son de origen agropecuario, más del 30 % del Producto Bruto Interno nacional está explicado por el sector agropecuario. Son todos datos objetivos, estos son de OPYPA [Oficina de Programación y Política Agropecuaria] 245.000 puestos de trabajo de manera directa, sin contar comercio minorista y transporte son generados por el sector agropecuario y sus actividades conexas, a nivel de Montevideo pero sobre todo también del interior profundo. Y hay que recorrer el país, hay que ver para opinar, para comentar, hay que recorrer y ver cómo han llegado a la población las transformaciones productivas.

EC —Eso, el efecto multiplicador, ¿puede ser uno de los ángulos? No sé por dónde iba Gabriel.

GC —Sí, Uruguay es un país donde el contexto económico a veces nos juega en contra. Muchas veces aquellos que innovamos terminamos saliendo peor que los que no hicieron absolutamente nada. Eso es algo que en el ADN del productor está grabado, entonces a veces es difícil innovar.

En realidad el hecho de que en un país donde no existen subsidios, ni seguros de cobertura como hay en otros países, y donde encima tenemos cierta marginalidad a la hora de producir, por lo menos en el rubro mío, en la agricultura, el hecho de que el productor igual se innovador y sea uno de los más innovadores del mundo es algo que creo que es para resaltar. Es un poco lo que nos ha llevado a la situación actual: Uruguay producía 300.000 hectáreas hace15 años y hoy la agricultura de Uruguay se acerca a las dos millones de hectáreas.

RD —¿Coincidís con Ricardo en que hay falta de información en el resto de la población?

GC —Coincido con la segunda parte de lo que dijo: nosotros tenemos una falencia, nos es difícil a veces acercar lo que hacemos a la ciudad, pero también está la otra mitad, la ciudad acercarse a lo que hacemos nosotros no solo en semana santa sino durante todo el año.

RD —¿María Eugenia?

MO —Sí, creo que en ese punto hay veces que no está bien comunicado lo que se hace y la importancia que tiene. Sobre el otro punto que se estaba tratando yo creo que la innovación depende del contexto y también de las personas, y el trabajo en grupo -yo hoy represento a FUCREA pero como integrante de un grupo- es un ámbito muy propicio para que la innovación esté presente. En lo que decía Daniel (no es que nosotros inventemos cosas, lo que hacemos es aplicar), el tener un ámbito donde discutimos y vemos lo que hace uno y otro favorece el proceso de innovación, y muchas veces es un ámbito de discusión es para decir: “Vamos para adelante con esto”, o no, o son cosas que a veces aparecen como innovación pero, sea por resultado económico o por sustentabilidad, no son tecnologías que debamos adoptar.

RD —Te estás refiriendo ahí a lo que implica el sostén de ser parte de un grupo.

MO —Como ámbito donde se favorece el proceso de innovación.

RD —Por efecto contagio.

MO —Por efecto contagio y que depende de las personas, en ese ámbito uno ve personas que sí y otras a las que de repente les cuesta un poco más.

EC —Desde la audiencia siguen llegando preguntas, y una de ellas alude a algo que ya fue mencionado, pero capaz que podemos desarrollarlo en el final: ¿qué implica la innovación desde el punto de vista social? Ustedes han manejado varias de las ventajas que tiene la innovación, en este caso en el agro, pero en cuanto a su impacto y repercusión social, ¿qué dicen?

DL —El otro día estaba con un productor lechero de 50 años en Flores y me transmitía lo que era ser tambero hace 30 años en comparación con lo que es hoy. En mi caso toda la gente va y viene todos los días a la ciudad, está con su familia, tiene acceso a internet, a la televisión por cable, y si eso se compara con lo que era hace 30 años, cuando el productor ordeñaba a mano, perdía prácticamente las 24 horas de su vida en actividades que no aportaban valor ni a la producción ni a su vida, desde el punto de vista social la innovación es abismal. Lo mismo en la agricultura o en la ganadería. El esfuerzo que hay que hacer hoy para producir es 100 veces menor al que había que hacer hace 20 años.

RD —Pero de hecho existen ahora carreras que están vinculadas a gestión de capital humano donde se habla y se trabaja justamente en la innovación del trabajador de campo.

DL —Ahí está una de las claves, el agro tiene muchísimo para aprender de otros sectores de la economía que vienen haciendo eso hace 20 años, el manejo de los recursos humanos y todas técnicas que de repente la capacidad nuestra tiene que ser la de adaptarlas a la realidad del agro, no son directamente transferibles porque las realidades son distintas. Ahí hay un margen brutal para avanzar en una de las limitantes que estamos teniendo, seguramente el sector lechero es el primero en tenerlas, que es el tema de los recursos humanos.

EC —Rosanna, ¿vamos terminando?

RD —La respuesta al oyente quedó clara, ¿no?

RR —Si, yo traté de ser sintético…

RD —Lo que pasa es que el mensaje no lo habíamos dicho, en realidad iba por el lado de la dificultad en la comunicación y que parecería a veces como que tratamos de contar en poco tiempo todas las cosas que se hacen…

RR —Y hay una cosa que es importante a la que tú también hacés referencia a veces cuando decís: el campo hablando con el campo. Si serán importantes programas como este, a veces, de comunicación, la importancia de la comunicación, de lograr llegar a ámbitos que no son tan agropecuarios… Muchas veces, y a todos nos pasa, terminamos discutiendo y hablando entre nosotros, me refiero a los que estamos dentro de lo que es el agro, el agronegocio… Si será importante comunicar hacia afuera lo que hacemos todos los días, con el sacrificio, con mucho esfuerzo, también si será importante tener en cuenta, analizar e informarse de todo lo que implica el agro, que parte lo mencioné.
Me quedaron cosas del proyecto de eficiencia y conversión que se está haciendo en la mejora de competitividad de la ganadería uruguaya, compartimento ovino… podríamos seguir hablando, pero creo que va por ahí la cosa.

EC —Vamos a seguir hablando en seguida, pero antes cerramos el espacio.

***

EC —Hemos estado en La Mesa Agropecuaria desde la Expo Prado 2015 con Rosanna Dellazoppa y con nuestros invitados. Vamos a continuar porque mientras volvemos a estudios para que Romina actualice la información a media mañana acá vamos a intercambiar con el público presente en la sala. En general han dado buenos resultados estas experiencias cuando las hemos puesto en marcha en otras ocasiones. A ver, ¿disparas tú, Rosanna, dispara alguien desde la platea?

RD —Dispara Gonzalo, que siempre nos manda mensajes.

GONZALO —Me gustaría poner un toque un poco discordante en el centro del tema que se analizó hoy. Personalmente, luego de más de 30 años de ejercicio de la profesión y 20 años de productor, el concepto de innovación yo lo relativizo en forma importante. La innovación no es ni buena ni mala en sí misma, es una forma distinta de hacer las cosas, pero puede traer situaciones críticas o de riesgo para un productor que no la valora en su justo término. Me refiero a que la producción agropecuaria es una actividad de alto riesgo: es a cielo abierto y por lo tanto dependiente del clima, y es tomadora de precios y por lo tanto dependiente del mercado. Si la innovación implica en cualquier caso intensificar el uso de los recursos productivos puede volvernos vulnerables al riesgo del clima, si la tecnificación implica aumentar en grado extremo los costos de producción, nos puede volver muy vulnerables a los mercados. Por eso es importante entender que el productor que ha sido exitoso y ha perdurado en el tiempo a través de muchas crisis no es el yuppie de la tecnología sino el más reflexivo e inclusive más conservador. En ese sentido…

EC —Ese planteo es muy provocativo.

GONZALO —Pongo mi toque de discordancia en cuanto a mitificar la innovación como un bien en sí mismo. Gracias.

EC —¿Quién le contesta?

RR —No, más que contestarle… No sabía que ibas a salir con eso [Risas.], me hubieras avisado antes.

MO —Ayer, tratando de hacerme la idea y leyendo algunas cosas pensaba qué es innovar, innovar es incorporar alguna novedad en el sistema de producción, pero no es algo que yo invente o que necesariamente signifique incorporación de tecnología o aumento de costos. Por ese lado imagino yo que viene el proceso de innovación. Lo que alguien mencionaba hoy: en un contexto en el que ahora, por ejemplo, vamos a movernos con precios de los productos algo inferiores, capaz que la innovación o el proceso de repensar un poco nuestro sistema de producción va por el lado de decir cuáles son aquellas cosas que tengo que hacer en la manera de producir para disminuir el costo o hacer más eficiente el uso de tal recurso. Me hago esa idea. Claro, el concepto de innovación debe ser muy amplio, pero no necesariamente implica que el innovador sea aquel que está metiendo más plata o gastando más insumos, muchas veces está innovando o poniendo una idea o una manera de producir que haga, justamente, que los costos bajen o que sea…

RD —Acordate el ejemplo del productor ganadero en la jornada de InterCREA. Había un productor que no llegaba a 500 hectáreas, que era él solo, era muy dependiente de él, pero toda la parte de la creatividad aplicada en ese caso para mantener a su familia, para vivir de eso, con el trabajo de dos era un ejemplo bien claro de innovación.

DL —El planteo de que el productor tiene que ser conservador es un planteo equivocado.

RD —¿Lo decís por experiencia propia?

EC —Gonzalo [el del público] está de lo más divertido con la crisis que provocó acá. Yo pregunto, por ejemplo, un productor conservador, como el que destacaba Gonzalo, ¿sobrevivió a las últimas épocas del agro uruguayo?

RD —Según la escala.

EC —Por ejemplo, al aumento del precio de la tierra y todas esas variables que se dieron.

DL —Sin duda que sobrevive. Primero, yo estoy de acuerdo en que no tiene sentido que la innovación que sea un fin en sí mismo. Uno innova para algo, ya sea para ganar más, para bajar costos y ganar más, para que la gente viva mejor o para hacer al sistema sustentable en el tiempo. Innovar por innovar o para perder plata no tiene sentido, para romper el suelo no tiene sentido, para contaminar la cañada no tiene sentido.

Ahora, que más vale ser conservador porque vamos a durar más, en ese planteo no estoy de acuerdo. De hecho hay innumerables ejemplos de productores innovadores que no son conservadores y que sistemáticamente a lo largo del tiempo han perdurado mejor que los productores extremadamente conservadores a las crisis y han hecho más plata. Seguramente si un productor de 500 hectáreas hoy, o 200 de Coneat 100, no es innovador, se lo lleva la corriente.

RD —Cecilia.

CECILIA GANDOLFO —Ahí voy a lo que decía María Eugenia hoy hablando de los grupos y las reflexiones en grupo, porque atrás de las empresas tenés personas, y no todas las personas admiten determinados tipos de innovación. Creo que todo el mundo quiere progresar, pero a veces una innovación en un productor que no está capacitado o que no la admite, va para atrás, ese productor probablemente cayó y quedó; capaz que ese productor debería ser más conservador. Entonces, no es que la innovación sea buena o mala, sino que en realidad… Y eso para mí es lo más rescatable de los grupos, en realidad el grupo sitúa, alguien toma una innovación y la van viendo en el proceso, criticando y ayudando, la hacen ir para atrás o dar un salto hacia adelante.

RR —Yo me quedo un poco más contento porque nos vamos acercando a la definición con la que abrí hoy cuando hablaba de la innovación vinculada a lo que es la economía o a nivel productivo. Recién se dijo: “Innovar para perder plata no tiene sentido”, y vuelvo a lo mismo: la innovación está directamente ligada a ganar más plata. No quiero quedar como un capitalista, pero en el mundo la innovación tiene sustento si detrás de eso hay un negocio que da más plata y eso después genera un impacto económico y social de por sí. Aquellos países que prosperan y avanzan son los que realmente innovan. Para eso, respecto a lo que decía Gonzalo, que después vamos a tener una discusión [Risas.], coincido en parte con lo que dice porque creo que ahí juega un poco -sin entrar en debates políticos-, la importancia de dar certezas en aquellas cosas en las que podemos darlas frente a un negocio que de por sí es incierto porque depende de cosas que no manejamos, como son el clima y los mercados. Vuelvo a lo mismo: contexto adecuado se basa en normas, en reglas claras, en respeto a las leyes, en respeto a la propiedad intelectual y ni que hablar que a la propiedad privada. Los países que prosperan, avanzan y se desarrollan, no discuten estos temas. Después podemos entrar a hablar de costos y otras cosas de ineficiencias del Estado que se trasladan a la producción, pero sería más largo. De parte del Estado y de los gobiernos [es necesario] dar certezas en aquellas cosas que generen el marco adecuado para la inversión y el crecimiento.

GC —Y ahí aparecen los verdaderos emprendedores, que era a lo que referías tú al principio. A veces al principio el que innova pierde y gana más el que no innova que el que se puso a innovar. Yo viví todo el nacimiento de la siembra directa y los primeros tres o cuatro años fueron de pérdida, era realmente a pérdida porque el que producía a la vieja usanza -laboreando el suelo, gastando más dinero- cosechaba más grano, y nosotros teníamos algunas complicaciones que eran bastante insalvables en aquel momento y que hacían que la producción decayera capaz que al 50 %. Ahora, esos innovadores, esos emprendedores, esos que dijeron que esto había que sacarlo adelante porque si seguíamos como veníamos nos quedábamos sin país, fueron los que llevaron a que la realidad de hoy exista. En ese momento eran realmente muy… todo el mundo decía: “Lo que están haciendo es un disparate porque producir para generar menos no funciona”. Y ahí es donde se ve a los emprendedores, esas personalidades que cambian el trayecto de lo que se hace.

EC —¿Quién más tiene preguntas o comentarios?

PÚBLICO —Un comentario nada más desde otra industria totalmente diferente, que es la de la tecnología o de la información: hay un lugar en el mundo donde la innovación es la más avanzada, rápida y frecuente, que es Sillicon Valley. Hay mucho estudio sobre eso, pero principalmente una de las razones es bien darwinista y bien de supervivencia del más hábil y apto, que requiere una frecuencia altísima de fracasos, de nacimiento y muerte de emprendedores a una frecuencia que no sabemos si existe siquiera en esta región. Ahí es donde se crea la real innovación, en errarle, el que no le erra no aprende, el aprendizaje viene después del error, no antes. Entonces ser conservador está bárbaro, es una postura muy para preservarse, pero la innovación viene de hacer, probar, equivocarse y volver a intentar a escala nacional, no local.

EC —Tengo la impresión de que en el caso del agro esa disposición a eventualmente fracasar tiene que ser algo muy duro de asumir. Quiero decir: una cosa es que fracase en su emprendimiento alguien que empezó a armar una empresita en un garaje, caso típico de las tecnologías de la información, ¿cuánto queda en juego allí, qué es lo que se pierde?, muy poco, unos fierros, unos dólares. ¿Qué pasa si fracasa un productor agropecuario?, tanto uno grande como uno chico, que capaz que tiene toda su vida jugada allí, es la historia familiar, el futuro de sus hijos, está todo puesto en ese pedazo de tierra. No sé cómo juega ese factor a la hora de alentar o desalentar al emprendedor del campo.

DL —Yo creo que la competencia contribuye muchísimo a la innovación. Como Gonzalo [el del público], yo estoy muy lejos de la ARU y de la Sociedad de Criadores, porque cruzo Jersey con Holando, entonces… [Risas].

EC —¿Estás lejos de la ARU y por lo tanto no te va a rezongar Ricardo después, cuando termine la actividad acá? [Risas]

DL —Al contrario de otros países como EEUU o Nueva Zelanda, donde la genética de la leche va varias décadas delante de la genética de la carne, en Uruguay la genética de la carne va delante de la de la leche, y estoy convencido de que la razón principal es que hay dos razas que compiten: la Hereford y la Aberdeen Angus. La competencia entre esas dos razas ha llevado a que ambas tengan que innovar para mantenerse en el mercado. Para mí es un claro ejemplo, hoy la Hereford está haciendo cosas bien interesantes en el aspecto genético, y la Aberdeen Angus también. Eran dos sociedades que uno las visualizaba como bastante conservadoras -tal vez porque era bastante más joven- y creo que el hecho de que hoy estén realmente pujando fuerte con proyectos muy innovadores es en parte por la competencia y el crecimiento de una y otra. Creo que la competencia en la innovación cumple un factor muy importante.

RD —A ver, Ricardo es herefordista, ¿los corrió Angus, o no?

RR —Como criador de Hereford me estás hablando, ahora voy a tener un lío con la gente de otras razas, así no puedo [Risas]. Está bien, está bueno el concepto, pienso que sí. La raza Hereford siempre tuvo una larga trayectoria y tradición por todo lo que ha sido la innovación desde el punto de vista de las pruebas de progenie y una larga historia en la búsqueda de esa cantidad de herramientas objetivas que ayuden a predecir o a hacer después más previsible la producción de la progenie, a la de los EPD, hoy se suma otra serie de pruebas.

Me parece que está bueno, porque dimos pie a lo que yo mencioné hoy, que es un proyecto de mejora de la competitividad de la ganadería uruguaya que se está llevando adelante justamente en la Central de Prueba de Kiyú, por parte de la Sociedad de Criadores de Hereford pero también con un grupo importante de distintas entidades e instituciones en un claro ejemplo de integración público-privada, que también es importante para que existan estos procesos de innovación y en ese sentido Uruguay tiene una activo.

Este proyecto concretamente lo que busca es ver qué líneas de sangre o qué animales son más eficientes en la conversión de alimento en carne, en calidad de esa carne y luego a través de la genómica se sigue la genealogía para identificar la combinación de genes a través de marcadores moleculares para ver qué líneas de sangre son más eficientes, generando lo que decía hoy: una mayor rentabilidad -porque si no, no tendría sentido- pero a su vez con un impacto importante en el caso de animales más eficientes que tienen una menor emisión de gases de efecto invernadero, generan una menor cantidad de efluentes… en fin, toda una serie de cosas.

PÚBLICO —Hablando sobre el tema de razas, un poco por el lado de la Aberdeen Angus [Risas], están esas razas que van creciendo también. No es para hacerle competencia a la Hereford ni nada por el estilo, pero hoy por hoy entre los elementos innovadores están apareciendo en el medio otras razas para cruzar que son carniceras también. Esos son emprendimientos innovadores, se están presentando acá en el Prado, por ejemplo, la Senepol. Hay gente que puede hacer el emprendimiento de probarlas y ver qué sucede a futuro, [aunque] para un productor chico esa parte se le complica. Un poco comparando con lo que decía Reilly del Hereford, sí, la Aberdeen Angus hoy viene creciendo mucho en virtud de ventajas de la raza que se están explotando más, y así como ellos tienen estudios la Aberdeen Angus está haciendo análisis de las ventajas de la raza y de cómo se viene adaptando al medio. Pero sin lugar a dudas que el cruzamiento entre ambas razas anda muy bien y eso es una realidad para la producción de carne, que es lo que produce el país.

ESTEBAN CARRIQUIRY (ECa) —Yo soy productor CREA también, tenía dos preguntas, una ya la contestó María Eugenia y la completó Cecilia Gandolfo, que es respecto al estímulo que introduce un grupo CREA en la innovación y el freno que a veces ofrece a la novelería como defecto de la innovación.

La otra pregunta que quería formular es: la innovación es un gran negocio también, hay detrás de la innovación un gran negocio, y normalmente se define más en tecnologías de insumos y a veces procesos asociados a esos insumos, pero encuentro que hay carencias importantes en la generación de innovaciones que vayan más hacia los procesos. Entiendo que esto no es neutro si no que es bastante excluyente y que hay muchos productores en Uruguay de pequeña y mediana escala que en realidad en general son un poco excluidos en ese proceso innovador. La pregunta al panel es cómo hacer que la innovación sea, además, un proceso inclusivo para esa cantidad de gente que en realidad es una matriz social importante en el agro nacional.

RD —Qué preguntita…

MO —Pero a qué te estás refiriendo, o un ejemplo de cuáles son los productores excluidos. ¿En qué estás pensando?

ECa —Estoy pensando en el 70 % de los productores familiares que normalmente quedan excluidos de muchas innovaciones por capital, por escala, por conocimientos, por capacitación, porque la tecnología no es muy neutra, es bastante… En la agricultura es clarísimo, en la lechería por ahí es un poco más moderado y en la ganadería es bastante excluyente.

RR —Fueron varias preguntas dentro de una pregunta, digo lo mismo que dije hoy: me quedo contento porque veo que vamos llegando a parte de la definición que mencionamos hoy de la innovación aplicada a la producción y la parte económica, en donde también la difusión juega un rol muy importante. Yo no coincido tanto en eso de que haya una exclusión, puede ser, porque ahí entran varias aristas que pueden estar también ligadas a la construcción de capacidades, a la educación, puede haber muchas cosas, podríamos tardar horas y habría que desglosar un poco la pregunta. Sí creo que la innovación tiene un pie fundamental cuando se logra difundir de manera correcta y cuando se logra aplicar. No sé si coincido tanto, creo que ha habido un proceso de innovación muy grande a toda escala, incluso a nivel de pequeños productores con detalles muy chiquitos.

Solo voy a mencionar uno, vuelvo a la encuesta de la ANII que mencionaba hoy, en algo tan elemental como pueden ser productores que realicen diagnósticos de gestación. Ese es un dato que ha crecido, muchos productores no realizábamos diagnósticos de gestación, algo tan elemental, y hoy vemos que ha avanzado muchísimo más, porque hay una perspectiva de incremento en la productividad al realizar un diagnóstico de gestación, poder hacer un manejo diferencial de las hembras, poder atender mejor las que van a parir, darles una mejor condición para que se vuelvan a entorar. ¿Por qué?, y vuelvo a la definición: porque hay una mayor rentabilidad esperada.

Yo no tengo tan claro que haya un 70 % de productores que estén excluidos o en esa situación. Ahí sí juegan un rol importante instituciones que sean ese vector para llevar no solo la innovación sino también la investigación, bajarla a tierra y llevarla al potrero, al campo, y que pueda ser aplicada por todos los productores del país.

GC —Una puntualización bien cortita: en la agricultura específicamente la generación de prestadores de servicios, que era algo que en Uruguay hace 15 años prácticamente no existía, llevó a una inclusión impresionante de productores que capaz que no podían acceder a cierta tecnología comprándola pero sí alquilándola. Creo que eso fue una innovación per se que generó ese acercamiento.

RD —Y el trabajo en grupo lo mismo, la generación de escala.

MO —Y creo que otro tema, que ya lo mencionamos, es la articulación dentro de la cadena, que de cierta forma genera o promueve ese contexto para que los productores se puedan incluir, da condiciones para eso. Creo que en la lechería hay ejemplos de eso.

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Transcripción: Andrea Martínez

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