En Francia, tres alcaldes de localidades costeras prohibieron por razones de seguridad el uso de burkinis, un traje de baño islámico que cubre de pies a cabeza a las mujeres musulmanas. La decisión suscitó críticas hacia los jerarcas, que fueron acusados de alimentar la islamofobia y distorsionar el principio de laicidad.
Hasta ahora, tres mujeres que llevaban burkini fueron multadas en Cannes y tuvieron que pagar 38 euros cada una.
El primer ministro francés, Manuel Valls, expresó su respaldo a los alcaldes. Según Valls, “las playas, como todo espacio público, deben ser preservadas de reivindicaciones religiosas”. “El burkini es la traducción de un proyecto político, de contrasociedad, fundado sobre todo en la esclavitud de la mujer", declaró.
Este fue uno de los temas tratados en La Mesa de análisis internacional con Mauricio Rabuffetti, Camilo López, Rafael Mandressi y Carlos Loaiza.
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