La corona británica quedó envuelta en una crisis esta semana luego de que los duques de Sussex, Harry y Meghan, anunciaron que abandonarán sus funciones de primer rango como miembros de la familia real.
La reina Isabel II, enfrentada a la renuncia de los dos miembros más jóvenes de la realeza, acordó ayer establecer un "periodo de transición" para que Harry y Meghan abandonen sus funciones reales como desean.
"Aunque hubiéramos preferido que siguieran trabajando como miembros de la familia real a tiempo completo, respetamos y entendemos sus deseos de vivir una vida más independiente", afirmó en un comunicado la monarca de 93 años.
La decisión de los duques de Sussex, motivada entre otras cosas por el cansancio a la exposición pública, tendrá consecuencias. Por un lado, salen de la línea sucesoria directa al trono. Pero además la familia real pierde a los miembros más populares y mediáticos, que generaban ingresos por la venta de productos varios, desde material escolar hasta bebidas alcohólicas.
La crisis de la corona británica no es la única que afecta a las monarquías europeas en los últimos tiempos. Las familias reales de Bélgica, Holanda y España se han visto envueltas en la polémica por casos de corrupción entre sus miembros.
La Mesa de Análisis Internacional con Leo Harari, Rafael Mandressi y Gustavo Calvo.
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Foto en Home: Harry y Meghan. Crédito: Daniel LEAL-OLIVAS / AFP