Foto: AFP
Desde el asesinato de Abraham Lincoln en EEUU en 1865 al del exprimer ministro japonés Shinzo Abe en 2022, pasando por el del presidente uruguayo Juan Idiarte Borda en 1897, o el del primer ministro sueco Olof Palme en 1986, la historia está regada de magnicidios: la muerte violenta dada a personas muy importantes por su cargo o su poder, según la definición de la RAE.
Un último episodio, todavía una tentativa, se dio este miércoles en Eslovaquia: el primer ministro, Robert Fico, recibió varios disparos y quedó hospitalizado en estado muy grave.
El victimario es un escritor de 71 años, un "lobo solitario", al decir de las autoridades, que decidió actuar porque estaba "descontento" con los resultados de las elecciones presidenciales de abril, que dieron la victoria a un aliado de larga data de Fico.
El caso está siendo comparado con el magnicidio quizás más famoso de toda la historia: el del archiduque austríaco Francisco Fernando, que es considerado un punto de inflexión en el comienzo de la Primera Guerra Mundial, en 1914.
Proponemos entonces mirar para atrás: ¿cómo pueden afectar el curso de la historia los magnicidios?
La Tertulia de los Viernes con Alejandro Abal, Marcia Collazo, Juan Grompone y Gonzalo Pérez del Castillo.
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