¿Qué dejó el cónclave de presidentes convocado por Lula?

Foto: Sergio Lima / AFP

El cónclave de presidentes sudamericanos organizado ayer por el presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula Da Silva, finalizó con una declaración negociada, en la que los mandatarios se comprometieron a “elaborar una hoja de ruta” para una nueva integración de América del Sur.

En el texto, titulado “Consenso de Brasil”, los países acordaron “establecer un grupo de contacto”, encabezado por los cancilleres, para la “evaluación de las experiencias de los mecanismos sudamericanos de integración y la elaboración de una hoja de ruta para la integración de América del Sur, a ser sometida a la consideración de los Jefes de Estado”.

Además, los presidentes se comprometieron a “trabajar por el incremento” del comercio y las inversiones entre los países de la región, “teniendo como meta una efectiva área de libre comercio sudamericana”.

Por último, acordaron “volver a reunirse, en fecha y lugar a ser determinados, para repasar el curso de las iniciativas de cooperación sudamericana y determinar los próximos pasos a tomarse”.

Por el camino quedó un punto de la declaración original propuesta por Brasil, en que se planteaba la reactivación de la Unasur. Ese tema no tenía el apoyo, entre otros, del presidente Luis Lacalle Pou, cuyo gobierno dispuso la salida de Uruguay de la Unasur en
marzo de 2020.

En su discurso de apertura, Lula llamó a sus pares suramericanos a superar las diferencias «ideológicas» y a trabajar en la integración regional.

«Dejamos que las ideologías nos dividieran e interrumpieran esfuerzos de integración, abandonamos canales de diálogo y mecanismos de cooperación, y con eso todos perdimos», afirmó Lula en sus palaras de bienvenida, antes de la cita a puertas cerradas, que tuvo lugar en Itamaraty, sede de la cancillería».

A su turno, el presidente Luis Lacalle Pou pidió “pasar a la acción” con las organizaciones multilaterales ya existentes en vez de estar reflotando y creando nuevas. “Chega de instituciones”, dijo el presidente en portugués.

«Venimos tratando de que estas reuniones generen consecuencias reales, positivas Yo quiero celebrar el concepto del presidente de Guyana: a nosotros se nos va a juzgar por las acciones. A nosotros se nos va a juzgar por los resultados, con lo cual creo que debemos parar esa tendencia a la creación de organizaciones. Vayamos a las acciones».

El otro punto que generó rispideces en la reunión fue la situación en Venezuela, cuyo presidente Nicolás Maduro estaba presente en sala, luego de haber sido recibido con honores por Lula Da Silva, el lunes.

Concretamente, Lacalle Pou criticó a su par brasileño, que aseguró que las denuncias de autoritarismo en Venezuela se deben a una «narrativa».

«Si hay tantos grupos en el mundo que están tratando de mediar para que la democracia sea plena en Venezuela, para que se respeten los derechos humanos, que no haya presos políticos, lo peor que podemos hacer es tapar el sol con un dedo», agregó.

En la misma línea, el presidente de Chile, Gabriel Boric, dijo que la situación venezolana «no es una construcción narrativa» sino una «una realidad, seria». «Los derechos humanos deben ser respetados siempre y en todo lugar independientemente del color político del gobernante de turno», dijo.

La Mesa de los Miércoles con Gabriel Budiño, Teresa Herrera, Diego Irazábal y Desireé Pagliarini.

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2 Comentarios

  • Todo el tema amerita un extenso análisis, Brasil/Lula, Venezuela/Maduro, Chile/Boric, Uruguay/Lacalle y un poco o bastante más también; no lo voy a hacer aquí, acaso no sea el lugar indicado.

    Me decepcionó la tertulia ¿por qué? porque un tema geopolítico, por cierto complejo y difícil de abarcar, no tuvo el tratamiento obvio (lo escribí en el mensaje); la iniciativa regional planteada es ALTERNATIVA e INDEPENDIENTE a la tutela de EEUU (OEA, hablando de organismos) y su historial en la región, ése es el quid: un BLOQUE con VOZ PROPIA en un mundo multipolar signado por el enfrentamiento de EEUU que rehúsa perder hegemonía económico financiera y el surgimiento de China como competencia a la par (amén de todos los conflictos satélites, incluso bélicos)
    Sin siquiera nombrar el escenario y los guiones, detenerse en el gesto de los actores pierde sentido.

    Un último apunte mas sobre lo que digo Desireé «asfixiar al régimen para que caiga el tirano» ¿y después?
    Las experiencias de asfixia las han padecido en la historia cercana mucho más y peor los pueblos que los dictadores, cayó Gaddafi y Libia que era el país con mejor nivel de vida de África es ahora un despojo, Irak caído Husseim sin armas de destrucción masiva es un episodio similar; hay otros casos, nombré esos dos por un denominador común con Venezuela: PETRÓLEO.

  • Parece que la discusión fuera sobre Venezuela y no sobre la reunión. No fue muy feliz la idea de Lula de opinar sobre el tema, pero tampoco fue feliz la intervención de Lacalle en la Cumbre Iberoamericana criticando al gobierno de Venezuela. Y creo que no da para más el tema. Lo mejor es ir a lo que importa: los negocios y la defensa en bloque de intereses comunes. Como bloque de países pobres, tecnológicamente atrasados y relegados a proveer de materias primas a los países desarrollados la única preocupación debería ser romper con esos condicionamientos. Esa emancipación no va a llegar como una concesión de parte del mundo desarrollado como premio a nuestra sumisión. Si algún día llega, será de la mano de una comunidad de intereses que nos haga más fuertes para negociar con más fuerza. E insisto con lo de los intereses, porque la emotividad de la patria grande y de la hermandad latinamericana desvía la atención de lo material. No creo en ninguno de esos intangibles porque la humanidad es una sola. Lo que no tenemos es la misma posición en las cadenas de producción ni jugamos con las mismas reglas para apropiarnos de la riqueza. Así como las sociedades tienen clases sociales, los países también tienen poder relativo y deberían ser conscientes de eso.

    Dicen por ahí que Lacalle no quiso que en la declaración se dijera «multipolaridad¨. Ese es el gran drama de estos países, no el debate de Venezuela. La servilidad que tienen de no querer que el poder se divida, de preferir que el mundo esté gobernado por un solo país y que ese país sea casualmente el que gobierna América. Por eso estas cumbres nunca van a servir de nada, por el miedo a romper el cascarón que tienen estos gobiernos con cabeza de administración colonial. Y eso no es precisamente atribuíble a Maduro, ahora rehabilitado por el gran hegemón al que Lacalle no quiere que la declaración ofenda. Maduro igual ahora tiene cuerda para rato porque ya encontró cómo seguir administrando su colonia petrolera, abajo del ala del gran hegemón.

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