¿Qué hacer con el Águila del Graf Spee?
La pregunta volvió a la agenda esta semana luego de que el presidente Luis Lacalle Pou anunciara que el gobierno le había encargado al escultor Pablo Atchugarry transformar la pieza en un símbolo de paz. La idea era fundir el águila y utilizar luego el bronce para moldear una paloma diseñada por Atchugarry.
El anuncio generó muchísimo revuelo por lo que el presidente desistió de la idea.
El águila estaba originalmente ubicada en la popa del acorazado alemán Almiral Graf Spee, que pertenecía a la flota del régimen nazi y fue hundido por su capitán frente a las costas de Montevideo el 17 de diciembre de 1939, al comienzo de la segunda guerra mundial. Ese día el barco salía del puerto de la capital, a donde había llegado para ser sometido a reparaciones, perseguido por una flota británica con la que se había enfrentado en la llamada Batalla del Río de la Plata.
La escultura es propiedad del Estado luego de un extenso litigio que duró casi 15 años.
Luego de ser extraída del fondo del Río de la Plata, el Aguila se exhibió durante un mes en un hotel de Montevideo para luego quedar en un depósito bajo custodia de la Armada.
Durante el juicio se manejó la posibilidad de que el Estado vendiera el Águila y diera parte de las ganancias a los privados que la extrajeron. También se manejó subastarla, una posibilidad que fue rechazada por Alemania y organizaciones judías ante la posibilidad de que la pieza cayera en manos de un nazi.
Después de toda esta polémica, les pregungo a ustedes: ¿qué debe hacer el Estado uruguayo con el Águila del Graf Spee?
La Mesa de los Viernes con Alejandro Abal, Marcia Collazo, Juan Grompone y Gonzalo Pérez del Castillo.
Continúa en: 50 años del golpe de Estado
