Hablamos ahora de “artistas militantes”: hombres y mujeres de teatro, TV, cine, música, letras, que tienen una importante intervención pública a favor o en contra del gobierno de turno.
Repasemos qué pasa al respecto en EEUU… Tras el aplaudido discurso contra el presidente electo Donald Trump, que formuló la actriz Meryl Streep en la gala de los Globos de Oro, un grupo de actores y actrices lanzaron su propio dardo contra el republicano, cantando el popular tema de Gloria Gaynor I will survive, todo un himno contra el dolor, la pena y el abandono.
En las pasadas elecciones en Argentina pasó algo similar. Varios actores, directores, músicos, escritores, cineastas, productores de cine y televisión, y periodistas tomaron partido por el candidato oficialista. Y repetían la consigna “por qué con Scioli la cultura es un derecho”.
En el caso de Uruguay, donde la música popular, de protesta, está ligada al Frente Amplio, en febrero pasado, el actor Diego Delgrossi desencadenó una polémica sobre las críticas de las murgas en Carnaval, que derivó en si hay murgas de “derecha e izquierda” y en el rol que debe tener el humor en el carnaval con respecto al poder.
Incluso en 2014, en plena campaña electoral, varios artistas cantaron el jingle “La canción no se detiene”, a favor de la candidatura del frenteamplista Tabaré Vázquez.
¿Qué rol ocupa el artista en la política? ¿Qué influencia ejerce en la opinión pública?
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